"Lo que más me gusta es educar al paciente"
ANTOFAGASTINIDAD. Erika Segura, enfermera del Hospital Regional.
Erika Segura es enfermera supervisora (s) de la Unidad de Diálisis del Hospital Regional. Lleva un poco más de una década ejerciendo esta profesión, que ha sido una de las protagonistas alrededor del mundo a causa de la pandemia del covid-19.
Según explica Erika, decidió estudiar para ser enfermera porque "mi abuelita se enfermó y conocí el Hospital, junto con la labor de la enfermera de manera personal ya que nos preparó para lo inevitable y doloroso. Esto fue lo que llamó mi atención y decidí dedicarme a esto".
¿Cómo recuerda su infancia en Antofagasta?
-Recuerdo mi niñez jugando en la avenida Brasil con mis abuelitos, mi mamá me arrendaba juegos de Nintendo en la Guarida de Mario y mi papa me llevaba a los flippers que estaban en calle Matta. Desde pequeña fui gamer con mis primos.
¿Qué es lo que más ama del norte?
-El desierto y su historia. Tenemos mucho patrimonio en la ciudad y alrededores para conocer y el clima no lo cambio por nada. Esto es algo que no comprende mucha gente pero que el nortino de corazón ama y extraña sobre todo cuando viaja a otros lados.
¿Cómo fue aquel primer día ejerciendo su profesión?
-Fue hace 11 años y lo recuerdo con una sonrisa porque me sentí muy acogida por las enfermeras que me formaron en hemodiálisis, quien fue la primera Enfermera Supervisora de la UCI - hoy ya retirada- y conocida por todas, la señora Emperatriz Guevara y la señorita Eliana Collao. Aprendí mucho de ellas y me sentí segura en todo momento. Posteriormente trabajé con la señora Vinka Astorga. Después de otros trabajos llegué al Hospital Regional, donde aprendí de la fundadora de la Diálisis, la señora Verónica Bacarrezza, a quien le tengo un cariño y aprecio grande, y de quien seguí aprendiendo de sus 41 años de experiencia en el servicio público. Tuve la suerte de trabajar con varias enfermeras con mucha experiencia que son parte de la Enfermería regional y me transmitieron los valores que tengo como profesional. A ellas les tocó trabajar en tiempos más duros en donde no estaba la tecnología de hoy, sin derecho a quejarse de las extensas jornadas incluso sin pagar. Para todas ellas les entrego mi profundo respeto y admiración.
¿Qué es lo que más le motiva de su trabajo con los pacientes?
-La libertad de crear e implementar ideas basados en la Disciplina de Enfermería, el aplicar lo aprendido en la teoría y el verlo ejecutado en el paciente/familia nos llena el alma ver sus resultados. Lo que más me gusta es educar al paciente y familia.
¿Cómo ha sido enfrentar una pandemia como la del covid-19?
-Como persona ha sido estresante, fue duro ver como caía la moral del equipo, ver cómo muchos dejaban de venir a trabajar producto de distintos factores como el agotamiento mental o problemas personales y que cada vez éramos menos con más sobrecarga. En ocasiones se pasaba más tiempo acá que en el hogar. Tocó hacer de todo; hubo repercusiones en el ámbito personal, distanciamiento familiar por el temor a contagiarse, etc. También era duro ver la preocupación de nuestros pacientes y su temor a que nos contagiáramos y ellos se quedaran sin atención (son arraigados a la atención del personal que ya los conoce desde años). Pero llegó el momento en que la resiliencia floreció y seguimos luchando, no nos rendimos a pesar del cansancio, pero creo también que van a pasar años y seguiremos viendo repercusiones. Esta pandemia cambió la vida de todos para siempre y nos dejó lecciones que no debemos olvidar.
¿Qué le ha enseñado esta crisis sanitaria?
-Profesionalmente me dejó una experiencia de saber cómo reaccionar ante estas situaciones, pero el costo emocional hasta ahora sigue siendo alto. Me enseñó que tenemos un gran equipo de diálisis, unido y valiente que va a todas por sus pacientes, comprometidos 100%.
¿Qué puede rescatar de este momento?
-Que sacó lo mejor de todos nosotros como unidad, fuimos nuestro propio soporte emocional, nos ayudamos en todo aspecto hasta en temas domésticos como cooperarnos en traernos cosas del supermercado por el tema de los permisos. Las relaciones interpersonales mejoraron y se estrecharon, aunque también hubo momentos difíciles que surgieron en algunas ocasiones.
¿Hay algo más que te gratifique más trabajando con los pacientes? ¿Por qué?
-Lo que me gusta de esta unidad es que trabajamos mucho con la familia, no vemos solo al paciente, sino que tratamos de involucrar a la familia en su cuidado. Hemos tenido pérdidas por culpa del virus y naturales que nos han dolido mucho, hemos derramado lágrimas y es porque tenemos un vínculo desde años con ellos. Cuentan con nosotros y es gratificante poder ayudar, incluso muchas veces más de lo que nos concierne.