A la fiesta de la democracia no llegó nadie
"Esta elección será recordada por ser la con menor porcentaje de electores desde el retorno a la democracia".
De las elecciones de segunda vuelta de Gobernadores Regionales de ayer podemos tener varias interpretaciones políticas. Lo primero es destacar que es un primer gran paso en darle más poder a las regiones y tener acciones concretas en pro de la descentralización nacional. Si bien el cargo de gobernador regional no tendrá una capacidad de tomar decisiones significativas en términos políticos, sí tienen el poder simbólico de poder incorporar componentes distintivos en capacidad de gestión y administración, lo que eventualmente podría dar espacio a que estas autoridades regionales puedan proyectarse en términos políticos para otros cargos de elección popular de mayor relevancia política. Es una elección relevante en el mediano y largo plazo.
En segundo lugar, uno de los perdedores es el oficialismo y el Ejecutivo en particular. En general, en las contiendas entre candidatos oficialistas y la oposición o independientes el oficialismo perdió sistemáticamente.
En línea con lo anterior los candidatos independientes que se enfrentaban a candidatos del oficialismo lograron también sendas victorias. Qué mejor ejemplo que la elección en la región de Antofagasta donde un candidato independiente logra doblar la votación del candidato del Gobierno en primera vuelta para triplicarlos en la segunda vuelta. Este es un resultado que dice mucho no sólo de la desconexión del Ejecutivo con la región, sino que también es importante destacar la capacidad de congregar actores y agregar preferencias desde candidatos y candidatas independientes sin contar con las espaldas ni recursos de partidos tradicionales que llevan más de 50 años compitiendo y ganando elecciones en Chile. Es esta la gran lección para el Chile del futuro, nuevos y nuevas actores dentro de la política.
Una segunda mirada, más allá de los resultados locales y particulares, es analizar los efectos políticos respecto a los reordenamientos. Es sin lugar a dudas la Democracia Cristiana quien se puede presentar como la gran triunfadora de la noche y así lo manifestó su presidenta Carmen Frei al sobre interpretar, desde mi apreciación, que la 'ciudadanía volvió a confiar en ellos'. Sin lugar a duda que la proporción de fuerzas dentro de la oposición se reordena y deja en mejor posición a la DC, quienes quedaron en la UCI luego de los resultados del 15 y 16 de mayo. Veremos esta semana cómo las autoridades presidenciables de la DC y la presidenta del Senado Yasna Provoste en particular, logren materializar este segundo aire.
Por último, es importante destacar el resultado más lamentable de la elección. El gran vencedor de esta elección fue la desidia y apatía con la política, prácticamente 4 de cada 5 electores decidieron quedarse en casa y no participar de este proceso. Podemos aventurarnos y culpar a la pandemia o a la falta de difusión respecto del rol e importancia del cargo en competencia, sin embargo, la evidencia nos indica que se profundiza la brecha entre participación electoral y niveles socioeconómicos a nivel de comunas en donde las comunas de menores recursos participan en mucho menor medida que las comunas de mayores recursos. La ciudadanía fue invitada a una celebración y simplemente llegaron los mismos de siempre.
José Miguel Cabezas
Doctor en Política y Gobierno