Cristian Arcos: de la TV al sótano de un Uber
"Enemigo interno" (Planeta) es el libro que escribió el periodista deportivo después que lo despidieron de la televisión. En el auto que manejaba para ganar plata las historias le llovían.
El rostro de la foto usted lo conoce. Lo vio muchas veces en su pantalla chica, en la sección deportes del noticiario. O lo imagina mientras escucha el clásico radial deportivo "Los tenores". También su rostro les resultó familiar a los pasajeros del Uber, que condujo Cristián Arcos tras su despido. Es parte de lo que hizo para vivir en estos años de crisis y pandemia.
Esas aventuras son las que cuenta "Enemigo interno" (Planeta), primer libro que indaga en la propia vida de Arcos tras una trayectoria escribiendo libros deportivos periodísticos ("Simplemente Gary", "Minuto 119", "Bonvallet: descubriendo la historia del gurú", entre otros). En estas páginas además, revisa sus crudos intentos de dañarse por la depresión que enfrenta.
Para Arcos trabajar con estos materiales autobiográficos fue "inesperado, estaba primero la intención de escribir otra cosa que incorporara la presencia periodística en un relato. Pero en el desarrollo del texto trabajé muchas cosas mías. Por un lado fue medio complicado, pero por otro lado me parecía necesario. Para que este texto tuviera sentido, tenía que ser con una mirada que no se da mucho, la cero autocomplacencia".
-¿Qué te da ánimo a ti para levantarte cada mañana?
-Muchas cosas, porque hay días que cuestan más y otros que cuestan menos. También momentos del año que cuestan más que otros. Vas conociendo tu hoja de ruta. Te podría decir que son mis hijos, pero eso es muy general. Hay cosas pequeñas, cotidianas, que uno aprende a utilizar.
-¿Cuán difícil es reinventarse en Chile?
-Harto. Somos una sociedad muy prejuiciosa, reinventarse es visto como algo malo, pero tiene muchos atributos. Somos muy buenos para encasillar a la gente. Cuando uno trabaja en una cosa parece que no puede pasar a otra. Cuando uno mueve ese tablero por asuntos propios, por obligaciones o por urgencias, te miran muy raro. En el mundo del periodismo eso es todavía más marcado. Yo llevo trabajando en deportes toda la vida, y si hablo de otro tema me dicen "pero tú hablas de deportes". Es un país muy raro. Reinventarse depende de lo que uno quiere hacer y las posibilidades que tienes, porque a veces uno se quiere reinventar y no te resulta. A veces tienes hasta que cambiarte de país, de ciudad, de profesión y todo eso, a mí por suerte no me llevó tan lejos. Ahora, esto es un proceso, quizá en un par de años hay que hacerlo de nuevo, uno nunca sabe.
-¿Qué realidad te mostró trabajar de Uber?
-Muchas cosas muy valiosas. Lo que más me llama la atención es la necesidad de la gente de contar sus historias. Yo tomaba un pasajero o una pasajera en un viaje medianamente largo, de 25 o 30 minutos, y esa persona me terminaba contando los dramas de su vida, que se estaba separando, que se iba a casar pero no estaba convencido. Y me conocía hace nada, 3 minutos. Sobre ese capítulo hay distintas interpretaciones. Lo principal es lo que la gente me contaba, no que yo haya manejado Uber, porque eso es transitorio.
-En los Uber aparece la migración, el tema de cambiarse de país para reinventarse.
-No solo mucha gente que maneja son extranjeros, sino mucha gente que pide. Hay muchas historias que no conté, me quedaron mil historias fuera. Te das cuenta de un montón de cosas. Gente que se viene para acá totalmente sola. Gente que tenía una profesión X y acá está trabajando en Rappi. Cuando estaba manejando, siempre sentí que esas historias las tenía que contar.
-¿Cómo es ser hincha de un equipo que jamás saldrá campeón?
-Inexplicable, pero cierto. Yo siempre digo que no soy hincha de Curicó, soy de Curicó, que es diferente. Ahí empieza a jugar el tema biográfico. Mi abuelo funda el club con otros hinchas y toda la familia ha trabajado en él. No es el equipo que elijo, sino es el equipo de la vida completa, no hay posibilidad de ser de otro equipo. Y sea como sea, a la familia la quieres igual, la aceptas, a veces no te gustan pero los bancas igual. Ser del "Curi" es un regalo muy difícil de explicar para hinchas de otros clubes que tiran las copas encima. Nuestro relato surge desde la pobreza y la derrota. Esa es su épica. Lo que venga después a partir de eso es un ingrediente más de una épica ya instalada. El sueño de mi vida es ver a Curicó Unido en primera y todo lo demás es yapa.
-¿Existe la meritocracia en Chile?
-Tajantemente no. La meritocracia es un invento "facho". Cuando digo "facho" no es asunto de derecha o izquierda. Yo lo cuento: en mi población era de los pocos que iban a la universidad, pero no es que porque fuera el más brillante de mi colegio ni de mi población ni de mi familia, es porque soy una excepción y eso no es meritocracia. Es suerte, y no podemos estar a la suerte. Somos un país marcado por donde naces. Y no es culpa de uno nacer donde nace. Y es culpa de todos nosotros mantener eso estático. Si miras las fotos de los gabinetes, son paseos de curso de unos colegios, en todos los colores políticos. No tenemos un presidente González hace muchos años. Los que estudian en algunos colegios saben que van a tener determinados cargos aunque sean unos papanatas. Y cuando nosotros tenemos hijos nos metemos en el modelo, porque no quiero que mi hijo espere cuatro horas para una atención médica.
Cristian Arcos trabajó como editor en Chilevisión y hoy es comentarista en "Los tenores" de ADN.
"Enemigo interno"
Cristián Arcos
Planeta
194 páginas
$14900
Por Cristóbal Gaete
cedida