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La esfera del Licancabur: el último mito de San Pedro

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Este relato le entregó el componente extraordinario que necesitaba San Pedro de Atacama, para consolidarse como un destino místico. La enigmática esfera, también conocida como "perla atacameña", hallada en la laguna del volcán Licancabur, continúa despertando la imaginación. El relato que comienza en el hallazgo de la perfecta bola, se va dispersando hasta alcanzar "lugares comunes", en cuanto a "teoría de conspiración" se trata, como la NASA y el chupacabras. En medio de esto, ocurrieron una serie de muertes súbitas en el poblado.

Por cierto, de la historia de la esfera del Licancabur se puede sacar una serie completa de Netflix, o quizás, ser parte de un capítulo de Alienígenas Ancestrales.

Retrocedamos al origen del último mito del cosmopolita poblado. En 1995, Henri García, un buzo francés que se hizo famoso en la tripulación del buque científico Calypso de Jacques Cousteau, llegó a la laguna del Lincacabur. Su intención era batir el Récord Guinness, de buceo autónomo en altura. La Laguna del cráter está casi a 6.000 metros; lo que la trasforma en una de las más altas del mundo. La expedición de García contó todos los resguardos logísticos de un proyecto de tal envergadura, a través de la reconocida arqueóloga Ana María Barón.

El 13 de enero de 1995, quedó en la historia. No sólo porque García, después de una hora de buceo, logró su ansiado Récord Guinness, si no por el extraordinario hecho que hasta el actualidad sigue sin explicación.

El propio Henri García, en un relato a la Revista del Domingo, contó que mientras buceaba, se dio cuenta que en el fondo del sedimento había una esfera luminosa. Brillaba. Se sumergió hasta tomar la esfera y la llevó a la superficie. Segundos después, mientras sus compañeros lo inmortalizaban con fotografías y videos, los rayos de sol que pasaron a través de la esfera, por efecto lupa, le quemaron sus guantes y luego sus dedos. Tuvo que soltar la esfera, que quedó perdida en el sedimento de la laguna. Decidió no regresar por ésta.

Licancabur significa "cerro del pueblo", y fue venerado por los Incas. quienes realizaban ceremonias y dejaban ofrendas en el cráter del macizo.

Para los atacameños, el Licancabur es una montaña sagrada, donde los sacerdotes se comunicaban con sus divinidades en los santuarios habilitados especialmente para ello en lo más alto de la cumbre.

No hay certeza absoluta sobre qué tipo de rituales eran celebrados en el volcán, pero se cree que eran de adoración al Sol y, eventualmente, de fertilidad. Lo que sí es más claro es que el pueblo de Licancabur - ubicado en los faldeos del volcán - no fue utilizado para otra cosa que acoger a los peregrinos que se acercaban al macizo para sus ceremonias especiales.

De ahí se cree que en su cumbre existan riquezas, ya que muchos ritos -especialmente los incaicos- estaban marcados por la fuerte presencia del oro.

En los tiempos que los incas dominaban el norte y centro de Chile, para calmar los arrebatos del Dios se echaron a la espalda piedras recortadas y otros presentes para el espíritu del Licancabur, y comenzaron a trepar los 2.400 metros de la llanura, para llegar finalmente a la cima. Este ritual lo desarrollaba antes del solsticio de verano.

Construyeron allí sus pircas, depositaron sus ofrendas, hicieron sus oraciones y descendieron con el alma ligera.

Los descendientes de aquellos indígenas todavía temen y reverencian al espíritu del volcán que sigue siendo un mallku, un cerro sagrado o tutelar, donde viviría el gran dios de la región, el padre los pueblos de altura.

Esa es la razón porque nunca se atrevieron a tocar el inmenso tesoro que guarda entre sus brazos este temido volcán, que según los lugareños, si es tocado, la ira descenderá contra su pueblo y destruirá todo a su paso.

Alvaro Chocobar, quien se define como Likanantai y ha estado ligado al turismo, cuenta que la historia de "la perla atacameña" concitó mucho interés en su época, pero que actualmente sólo lo conocen quienes han habitado más años en el pueblo. "Se recuerda porque la profanación de este tesoro atacameño trajo una serie de desventuras para los habitantes del pueblo", dice.

Chocobar recuerda que tiempo después de que diera a conocer la noticia, comenzaron a fallecer misteriosamente algunos habitantes del pueblo. "Personas que se desvanecían por extrañas razones cuando regresaban a sus casas. Pueden haber sido cuatro o cinco las personas que fallecieron en esos momentos. No fueron asesinatos, sino que muertes naturales, súbitas. Por esta razón se comenzó a atar cabos y se concluyó que la profanación del Licancabur trajo esa maldición para los atacameños", sostiene.

Para remediar esta "condena" del mallku hacia los habitantes de San Pedro, Chocobar rememora que llegaron al pueblo monjes brasileños. A través de estos, y sus oraciones, se pudo calmar la ira del espíritu del volcán. "Y en adelante no se registraron más muertes súbitas", dice.

Para el cambio de siglo, San Pedro de Atacama atrajo personas de todas partes del mundo con la intención de pasar una experiencia mística. Se habló de aperturas energéticas, de litio, de energías cósmicas y claro, de la célebre esfera del Licancabur.

De esta manera un grupo de personas, según da cuenta el blog clubdecampismo, realizó una expedición a la cima del Licancabur, para realizar un pago a la tierra. Ese grupo halló nuevamente la esfera dado que las aguas de la laguna estaban en un nivel bastante bajo. El relato da cuenta de una catarsis colectiva por el hallazgo. La emoción hizo que varios se refregaran la esfera por sus cuerpos para cargarse de energía. No hay fotos de este suceso. Las cámaras no funcionaron porque las baterías se agotaron súbitamente.

Uno de los integrantes de la expedición bajó la esfera al pueblo. En adelante comienzan a suceder una serie de historias y mitos, como la aparición de un investigador de temas ovnis en Calama, junto a personas de la NASA, para investigar el origen de "la perla". Luego se comienza a hablar del chupacabras en Calama, en lo que podría denominarse el peak del realismo mágico.

El destino de la esfera no está claro. Ana María Barón, reconocida arqueóloga, que acompañó a García en la primera expedición, dice -en una entrevista- que conoció la esfera que circuló por San Pedro, a principio de este siglo. "Era opaca y sin brillo. La esfera que encontró García era distinta. A mí me cambió la percepción del mundo, antes era más racional", sentencia.

Henri García se suicidó por efecto de una severa depresión. Su hijo, Loty García, vive actualmente en Isla de Pascua, y ha declarado en entrevistas anteriores, que su padre siempre decía que el más extraordinario hallazgo de su vida fue la esfera.

La historia de la esfera descubierta por un buzo de Jacques Cousteau en los años 90 sigue envuelta en el misterio. Algunos habitantes antiguos aseguran que se trata de una ofrenda, pero el sacarla del lugar provocó una serie de desgracias.

Rodrigo Ramos Bañados

cronica@mercurioantofagasta.cl

Volcán

Maldición

Esfera

el licancabur, un volcán sagrado para los atacameños.

está foto habría sido tomada por la arqueóloga ana maría barón.