Excusas y autocrítica
En una entrevista, Elisa Loncón, presidenta de la Convención Constitucional, señaló que se le ha realizado una campaña de desprestigio solo por ser mujer e indígena. Eso es llevar el debate sobre su gestión a un plano de justificaciones simplistas y sin sentido.
Las críticas no pasan por su calidad de indígena, sobre todo cuando se observa que en cada comisión o asignación se les ha dado un trato especial a estos constituyentes, y mucho menos por ser mujer, siendo que ese género es amplia mayoría en la conformación de las comisiones y sus liderazgos.
Cuando Jaime Bassa utilizó su cargo de vicepresidente para exigir la liberación de los constituyentes detenidos en manifestaciones se le criticó de la misma forma como se ha hecho con las desafortunadas declaraciones que acostumbra hacer Loncón. Parece que el camino de las excusas siempre va a ser más fácil por sobre el de la autocrítica, que por ahora se ve desierto.
Pilar Riesco
Gastos
En reiteradas oportunidades, la mesa de la Convención Constitucional ha acusado al Gobierno y la derecha de estar armando una suerte de campaña de desprestigio en contra del trabajo que se ha realizado en el primer mes de funcionamiento del órgano.
Sin embargo, la historia es al revés. Ha sido la mesa, a punta de mentiras y medias verdades, la que ha montado una campaña de desprestigio en contra del Gobierno, acusándolo de negligencia, de no brindar las condiciones mínimas para el trabajo, de no tener almuerzos ni lugares para almorzar y llegando al extremo de señalar que los constituyentes están bajando de peso por culpa del Ejecutivo.
Tras la publicación del informe de la Segpres (donde se señala que el Palacio Pereira cuenta con instalaciones adecuadas para almorzar, que la mesa tiene transporte privado a la puerta, comida a la carta y que dispone a dedo alojamiento VIP para sus constituyentes favoritos, como la machi Linconao), los chilenos pudimos darnos cuenta que las acusaciones de la mesa comandada por los constituyentes Loncón y Bassa eran falacias. Tal vez por eso se explica la brutal caída en aprobación que ambos sufrieron en la última encuesta Cadem.
Ojalá la mesa culmine la etapa del pataleo y comience a trabajar en serio en lo que se les pidió y por lo cual todos los chilenos estamos pagando con dinero de nuestros bolsillos.
Francisca Herrera
Uso de la fuerza
Al analizar lo que ocurre en la macrozona sur, Sebastián Sichel declaró: "Me abro completamente a la necesidad de declarar estado de sitio en el territorio". ¿Para qué serviría decretar tal estado de excepción constitucional si los militares y carabineros están sometidos a unas reglas de uso de la fuerza tan insensatas y restrictivas que prácticamente les impiden usar sus armas letales?
A fin de poder enfrentar con éxito a los guerrilleros y terroristas que están en una guerra declarada contra el Estado de Chile -la que debe ser enfrentada como tal- las armas de los primeros deben tener una potencia de fuego muy superior a las de los segundos.
Mientras no sean modificadas las reglas de uso de la fuerza vigentes y no se respalde jurídicamente la actuación de los militares -evitando que sean condenados por haber actuado con el rigor propio de su profesión-; mientras la violencia ilegítima no sea condenada por todos los sectores de la sociedad; y mientras existan personas de la clase política que amparan, justifican o promueven la violencia revolucionaria e insurreccional, será imposible aniquilar al terrorismo y restablecer el Estado de derecho en dicha zona.
Adolfo Paúl Latorre
Código rojo
"El informe de IPCC es un código rojo para la humanidad", señaló el secretario general de la ONU, confirmando que somos nosotros los responsables de alterar el clima del planeta de forma irreversible. Aunque hay una esperanza: todavía es científicamente posible revertir el daño si se toman medidas urgentes y contundentes para reducir las emisiones de dióxido de carbono. ¡Ahora es cuando!
No somos un gran emisor como país, pero por nuestra gran variedad de ecosistemas, somos muy vulnerables a los efectos contaminantes. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Chile aporta al fenómeno del calentamiento climático con un 0,25% del total de las emisiones a nivel mundial. El promedio mundial de emisiones de CO2 por persona alcanza las 4,5 toneladas, lo cual nos sitúa cercanos al promedio mundial con 4,4 toneladas por habitante.
Debemos prestar atención a la ciencia porque se nos está acabando el tiempo. No existe un Plan B y como señala el propio IPCC, la naturaleza podrá evolucionar a un nuevo equilibrio, pero la especie humana no. El llamado es a empoderarnos como sociedad de las acciones que nos permitan hacer nuestro país cada día más sustentable, a valorar las pequeñas acciones que, sumadas, pueden producir grandes cambios. La comunidad no puede seguir ignorando la ciencia climática y las obligaciones que de ellas se desprenden.
Dr. Carlos Esse