Ni lágrimas ni estrellas: el fenómeno de las perseidas alcanza su máxima actividad y es visible en el cielo chileno
Las perseidas son partículas que en su mayoría no superan el diámetro de un cabello, proceden del cometa Swift-Tuttle y constituyen uno de los espectáculos astronómicos más populares del invierno. Cuando colisionan con la atmósfera, estos pequeños elementos desencadenan una "lluvia de estrellas" que por estos días alcanza su máxima actividad.
Las "Lágrimas de San Lorenzo", conocidas así en algunos lugares por coincidir con la festividad, cada 10 de agosto, convocarán durante los próximos cinco días a científicos, aficionados a la astronomía y a personas interesadas en su observación en numerosos lugares del mundo.
Pero ni son estrellas ni son lágrimas. Son partículas de polvo, aunque algunos objetos pueden alcanzar el tamaño de una arveja y hasta el de una pelota de tenis, y al chocar bruscamente con la atmósfera terrestre se desintegran y emiten esa traza luminosa con apariencia de estrella fugaz.
Visitante mayor
Con 26 kilómetros de diámetro, que lo transforman en el mayor objeto que de forma periódica se acerca a la Tierra, el cometa Swift-Tuttle completa una órbita alrededor del Sol cada 133 años, y cada vez que se acerca a la estrella se calienta y emite chorros de gas y pequeñas rocas: son esas minúsculas partículas las que acaban colisionando cada invierno con la atmósfera terrestre.
El investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) José María Madiedo explicó que las perseidas han sido ampliamente estudiadas por los astrónomos y su valor científico no es comparable al de otras lluvias de estrellas menos conocidas y más recientemente descubiertas.
No obstante, el experto valoró su importancia como herramienta para divulgar al cuestiones relacionadas con este tipo de fenómenos y fomentar el interés por la astronomía, asegurando que la utilidad científica de las perseidas es relevante, ya que de su estudio se puede obtener información importante sobre los procesos que han tenido lugar en su cometa "progenitor".
Según el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), la actividad de las perseidas comenzó el 21 de julio y se prolongará hasta el 24 de agosto, pero durante esta semana alcanzará su apogeo, con unos 100 meteoros por hora, muchos de los cuales son visibles para el ojo humano.
El Instituto Astrofísico de Andalucía (IAA) señaló que los restos del cometa entran en la atmósfera terrestre a unos 210.000 kilómetros por hora y que la colisión con la atmósfera es tan brusca que la temperatura de esas partículas aumenta hasta 5.000 grados en solo una fracción de segundo, por lo que se desintegran al instante y "dibujan" esa estela.
La desintegración se produce a entre 80 y 100 kilómetros de la Tierra, por lo que solo las partículas más grandes generan "bólidos" o bolas de fuego visibles sin necesidad de instrumentos especiales.
Para observar este espectáculo, los expertos aconsejan desplazarse hasta lugares oscuros y donde la contaminación lumínica sea menor.