Caravana migrante y el asilo contra la opresión
Chile debe liderar con urgencia plataformas internacionales que busquen soluciones integrales para esta crisis. La expulsión solo se justifica en casos de personas que hayan cometido delitos, de ninguna manera en casos de quienes vienen huyendo de la miseria y el autoritarismo.
El ministro del Interior Rodrigo Delgado sostuvo durante un punto de prensa efectuado ayer, después de ser consultado por la masiva llegada de migrantes al Terminal de Buses de Antofagasta, que el flujo de extranjeros que cruzan hacia Chile bajó a un 20% al compararlo con el periodo enero-febrero de este mismo año (cuando se produjo la primera crisis migratoria en el poblado de Colchane, en la frontera con Bolivia).
Además, el ministro aprovechó de criticar que los tribunales estén paralizando algunas expulsiones por considerarlas ilegales y a los mismos medios de comunicación, que según él se enfocaron en los "overoles blancos" cuando se realizaron las expulsiones masivas aéreas desde el aeropuerto de Iquique.
Más allá de lo cuestionable, o difícil de cuantificar, respecto a las cifras que da el ministro, tomando en cuenta que por lo menos en Antofagasta no se habían registrado antes las imágenes que actualmente se ven en el Terminal de Buses, llaman la atención las críticas. Es como si diera a entender que las expulsiones son parte de la solución al problema del éxodo venezolano hacia el sur.
Desde este medio creemos firmemente lo contrario. La expulsión solo se justifica en casos de personas que hayan cometido delitos, de ninguna manera en casos de quienes vienen huyendo de la miseria y el autoritarismo.
Además sostenemos que la búsqueda de migrantes en la noche, para ser embarcados sin posibilidad de defensa, solo genera miedo en los miles de migrantes que ya se encuentran en nuestro país en situación de irregularidad. Ese miedo se transformará en vulnerabilidad, trabajos más precarios y pobreza, que finalmente puede convertirlos en carne de cañón de las mafias que se dedican al prestamismo ilegal y al narco.
La búsqueda de la solución debe ser integral e internacional. Chile debe liderar con urgencia reuniones de naciones sudamericanas que instalen mecanismos para volver más segura esta caravana migratoria, tanto en el trayecto como en el destino. Y facilitar la integración de los migrantes es el camino. Es nuestro deber como república democrática: el asilo contra la opresión.