Apocas horas de haber concretado el caótico éxodo de las tropas de Estados Unidos, el presidente Joe Biden aseguró que la "verdadera decisión" respecto a Afganistán era si debía "retirar o aumentar" el número de soldados en el país tras una guerra que calificó como "eterna".
"Salir el 31 de agosto no se debía a que fuera una fecha final arbitraria, fue diseñada para salvar vidas", afirmó en un mensaje desde la Casa Blanca, un día después de la retirada completa de las tropas luego de 20 años que se esfumaron en unos días con la reconquista del poder por parte de los talibanes.
"No quería extender una guerra eterna", recalcó, advirtiendo que solo había una "verdadera decisión: retirarse o aumentar" la presencia militar.
La salida estadounidenses dejó escenas de desesperación y caos de afganos tratando de abandonar el país tras la llegada de los talibanes al poder, además de un atentado, reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) en el aeropuerto de Kabul, que dejó al menos 170 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses.
Biden defendió la acción pese a la lluvia de críticas internas y en la comunidad internacional por ser apresurada y sin planes de contingencia.
Insistió en que "no hay manera de acabar con una guerra" y llevar a cabo de una evacuación de esa magnitud "sin el tipo de complejidades, desafíos y amenazas" que Estados Unidos debió afrontar.
En concreto, calificó la evacuación como "una de las mayores de la historia", señaló que "ninguna nación ha hecho algo así" y situó el número de personas evacuadas en 120.000, aunque reconoció que aún quedan entre "uno y dos centenares" de estadounidenses que quieren salir de Afganistán, con los que Washington seguirá trabajando.
Estados Unidos aceleró su operación de salida y evacuación de Afganistán desde el pasado 14 de agosto, un día antes de que los talibanes tomaran el poder en Kabul.
Rescate y abandono
El mayor general Chris Donahue, comandante de la 82° División Aerotransportada del Ejército, se convirtió en el último soldado estadounidense en abandonar Afganistán, reveló el Departamento de Defensa.
El Pentágono publicó en su cuenta de Twitter una fotografía del militar poco antes de abordar un C-17, el avión militar que despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul a las 23:59 local.
Quien aún clama por ayuda es un intérprete afgano identificado únicamente como "Mohammed", quien ayudó a rescatar hace 13 años al entonces senador Joe Biden.
"Hola, señor presidente: sálveme a mí y a mi familia", pidió a través del diario The Wall Street Journal.
El hombre y sus cuatro hijos permanecen escondidos, después de intentar abandonar el país durante un año.
Su solicitud de visa para inmigrantes quedó en nada luego de que el contratista estadounidense para el que trabajaba perdiera sus documentos.
En paralelo, la ONG Veteran Sheepdogs of America acusó que decenas de perros enjaulados fueron abandonados en el aeropuerto de Kabul.
"El Pentágono negó las denuncias y afirmó que los animales no pertenecían a las fuerzas de Estados Unidos", informó La Nación de Argentina.
Fiesta nacional
El éxodo norteamericano desatando la euforia de los talibanes, que festejaron el momento con disparos al aire.
Tanto la capital como la mayoría de las principales ciudades del país fueron testigos de masivos disparos al aire, que se prolongaron casi una hora, y crearon escenas de pánico entre la población.
Ante esta situación, el principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, avisó en Twitter que la gente no tenía nada que temer, porque "los sonidos de los tiroteos en Kabul son disparos de celebración".
Con la salida de Estados Unidos del aeropuerto, donde solo quedaron aeronaves inservibles, los talibanes se trasladaron a ese simbólico escenario y declararon la "completa independencia".
Después de 20 años de guerra, la nación afgana logró al fin "obtener su independencia de las fuerzas extranjeras", celebró Mujahid, quien aprovechó de felicitar a sus combatientes por la conquista de casi todo el país en poco más de 10 días.
"Esperamos que Afganistán nunca vuelva a ser ocupado y siga siendo independiente, próspero y el hogar de los afganos bajo un sistema islámico", dijo el vocero talibán.
Frágil escenario
En contraste con la algarabía, la irrupción talibana implicó que los organismos internacionales congelaran sus aportes, lo que dejó el sistema de salud público al borde del colapso.
El ministro afgano de Salud, Wahid Majrooh, estimó que con las escasas reservas y la falta de medicamentos, oxígeno o comida, además de los sueldos impagos, es cuestión de semanas hasta que el sistema empiece a colapsar.
"No sucederá de repente, espero que el sistema permanezca activo un mes más", indicó el único funcionario del gobierno de Ashraf Ghani que se mantuvo en funciones.
Reacción europea
Los ministros de Defensa de la Unión Europea debaten hoy y mañana la creación de una fuerza de acción rápida de 5.000 efectivos en Afganistán.
El jueves se reunirán los ministros de Relaciones Exteriores para abordar qué tipo de diálogo debe mantener la UE con los talibanes.
La canciller alemana, Angela Merkel, subrayó la importancia de establecer un contacto continuo con el régimen, que garantice la salida de colaboradores locales y otros grupos amenazados.
"Se trata de tener a diplomáticos cerca para hablar con los talibanes. Tenemos que ver cómo mantenemos los contactos", agregó, negando que ello signifique establecer relaciones diplomáticas.