Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Espectáculos
  • Clasificados
  • Servicios
  • Cartelera y Tv
  • Deportes
  • Contraportada

Acciones para corregir una brecha

"Para atraer mayor cantidad de mujeres jóvenes y niñas al ámbito STEM es necesario realizar acciones desde el sistema escolar". Lilian San Martín Medina, Presidenta comité de igualdad de género, Facultad de Ingeniería UNAB
E-mail Compartir

Las cifras son elocuentes. En Chile el 53% de las matrículas de la Educación Superior corresponde a mujeres. Sin embargo, ellas sólo participan en cerca del 20% de las matrículas de carreras de áreas STEM (de la sigla en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) presentado además una deserción en primer año del 40%.

La brecha es relevante y va creciendo a medida que se avanza en la carrera académica. Para enfrentarla es necesario aumentar el número de mujeres inscritas en los distintos programas, promover acciones orientadas a fomentar la retención, la equidad de género, la eliminación de sesgos y la promoción del desarrollo profesional y visibilidad de las académicas de la facultad.

Muy pocas llegan a las más altas jerarquías dentro de las universidades, lo que se traduce en menor acceso a cargos importantes como decanaturas o rectorías. Además, en investigación hay estudios que señalan que tienen menos probabilidad de ganar premios científicos de excelencia como los Nobel.

De hecho, en nuestro país, respecto a los Premio Nacional, en las categorías relativas a ciencias hasta el año 2020 había 79 galardonados hombres y nueve mujeres. Ninguna en el área de "ciencias aplicadas y tecnológicas". Este año Mónica Rubio logró adjudicarse la categoría Ciencias Exactas.

Para atraer mayor cantidad de mujeres jóvenes y niñas al ámbito STEM es necesario realizar acciones desde el sistema escolar y obviamente desde el sistema universitario para visibilizar estas disciplinas y demostrar lo atractivo que puede ser el este ámbito profesional. Por lo tanto, es clave contar en la facultad con un mayor número de profesoras, mujeres en cargos directivos e investigadoras.

Ante esta realidad, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello, ha creado el Comité de Igualdad de Género, considerando una estructura que incorpora a las mujeres a la Informática, Investigación, Industrias e Innovación, Obras Civiles, Gestión Educacional, Minería y Ciencia de la Tierra. Este comité trabajará por aumentar la presencia femenina en estas áreas, sino además de implementar políticas de equidad de género en la Facultad.

Su trabajo busca no sólo sensibilizar en torno a esta temática, sino también generar conocimiento con respecto a ella, mediante investigación, para poder tomar acciones en base a lo detectado, y aplicarlas a nuestra comunidad de la Facultad de Ingeniería y de la Universidad Andrés Bello aportando así un cambio para el país.

Tolerancia

"Hacemos un llamado, que cada uno de nosotros se constituya en un pregonero de la tolerancia".
E-mail Compartir

Cerebro y corazón deben mantener también la armonía para que el hombre sea lo que debe ser: hombre. Ni quietud ni guerra, Ni témpano ni incendio.

La humanidad sufre hoy un proceso de deformación espiritual, debido precisamente al predominio del cerebro sobre el corazón.

El hombre se ha hecho razonador, calculador, cerebral, y por ello mismo, más intolerante que nunca. Prima en él la facultad de pensar sobre la dulce facultad de sentir. Y al extender su mano prefiere terminar la acción en el zarpazo, que es intolerancia, antes de ensayar una caricia, que es piedad.

Por eso, en nuestra modesta esfera debemos estimular todo aquello que importe la exaltación sentimental del hombre. Debemos anteponer a las maléficas especulaciones del cerebro, al servicio del odio, las sencillas virtudes del corazón, al servicio de la amistad, de la fraternidad. Es necesario remozar otra vez el viejo jardín del amor, que se llenó de zarzas, para que resurja, sobre la maleza de los odios, la pureza de una rosa hecha verbo, recordando a los hombres la palabra eterna: ¡Tolerancia y amor sobre la faz de la tierra!

Hemos creído siempre que es el progreso de la "mal técnica" lo que ha estimulado la intolerancia y el desdén por el derecho ajeno. Nos va llevando cada vez más hacia el hombre de la caverna, musculoso, aguerrido, simiesco, que se extasiaba en contemplar sobre el espejo de las aguas serenas, su vigorosa estampa de victimario.

Miremos aquel lejano pasado y miremos el presente. ¡Cuánto hemos avanzado para afuera! ¡Qué poco hemos progresado para adentro!

Y es que nos vamos olvidando de volver los ojos hacia ese mundo interior que todos llevamos en el alma. Nos vamos olvidando que nuestra existencia es breve, que es fugaz nuestro paso por este valle de lágrimas; nos vamos olvidando que la felicidad está en nosotros mismos, y de que el hombre que no sabe o no quiere buscarla en la paz, en la tolerancia, en la concordia, para bien suyo y de los demás, no es digno de vivir su vida, y no merece asistir siquiera a la romántica siembra del hermano bueno, que sueña y que canta la esperanza de días mejores.

La intolerancia fue la condición del hombre que más ha ensombrecido la historia universal. Fue y seguirá siendo a través de los siglos la causa fundamental de las discordias humanas. Caín, que no pudo tolerar ni comprender a su hermano, inicia la serie de los grandes intolerantes.

Dulcifiquemos el espíritu hasta hacerlo tolerante. La tolerancia es uno de los grandes anhelos espirituales de los hombres de buena voluntad.

El hombre que respeta y tolera las prácticas o creencias de sus semejantes, aun cuando choquen o pugnan con las suyas, es un hombre que da algo de sí, porque se somete a la secreta abnegación de aceptar en los demás la misma pureza en el sentir que a él lo inspira.

Ya que la tolerancia significa entonces dar algo de sí, digamos que la tolerancia es también altruismo. El altruismo es una virtud, que busca su nido en el corazón de todos los hombres. Para que haya unión y armonía entre los hombres, debemos comprendernos y respetarnos. Y volvamos siempre los ojos hacia la tolerancia, la virtud del respeto y del perdón.

Hacemos un llamado, que cada uno de nosotros se constituya en un pregonero de la tolerancia, para que resuene por todos los caminos el eco de este anhelo espiritual, capaz de iluminar las conciencias y de gestar una nueva humanidad, más virtuosa, más sentimental.

Arturo Mardones,

Rotary Club Chuquicamata

Y ahora llegó el momento de dialogar

Las naciones a las que mejor les va no están en conflicto permanente, sino que son sociedades dialogantes. Las transformaciones que impactan positivamente a las sociedades vienen de grandes consensos, no de imposiciones de un grupo hacia otro.
E-mail Compartir

Entre consignas de quienes sostienen que el 18 de octubre de 2019 Chile despertó y se rebeló contra las injusticias, por lo que pasó a ser el día más importante de la historia y quien opine lo contrario es un fascista; y quienes dicen que el 18 de octubre fue un estallido delictual que nos llevará a convertirnos en Venezuela, miradas simplistas ambas, pasó el segundo aniversario de esta compleja fecha. Un aniversario que parece estar demasiado fresco como para mirarlo con objetividad. Y es que hay esperanzas que aparecieron y que aún no se concretan, y a la vez heridas que no se han cerrado.

Para los que sostienen el primer argumento, de que esta fecha hay que celebrarla sí o sí, porque se la ganó el pueblo y nos permitió un proceso constitucional, decirles que bastaba darse una vuelta por el centro de Antofagasta la tarde del lunes, ver los pequeños comercios aún con fachadas de metal, cerrando temprano por temor a saqueos, y conversar con vecinos de esa zona, para saber que esta fecha a muchos más que alegría les causa angustia.

A los segundos decirles que el estallido no tiene nada que ver con potencias extranjeras conspirando para desestabilizar el paraíso chileno, sino que tiene su origen en un sistema económico que permitió abusos y no protegió adecuadamente a su población. Lo demuestran los millones de chilenos endeudados con la educación y la salud, las alzas anuales de las isapres que a pesar de los fallos de tribunales, no han sido legisladas en el Congreso, y las salidas alternativas o bajas penas en los casos de corrupción, entre otros problemas.

Así como la rabia contra estos abusos no justifica de ninguna manera la destrucción de mobiliario público o el saqueo a tiendas, que en ambos casos afectan principalmente a los trabajadores, la clase media y los más pobres; estos actos de violencia y aprovechamiento tampoco pueden ser la excusa para mantener todo igual. Llegó el momento del diálogo, de escuchar los argumentos del otro y de aceptar que podemos opinar distinto. De buscar grandes acuerdos sociales. Las transformaciones que impactan positivamente a las sociedades vienen de grandes consensos, no de imposiciones de un grupo hacia otro. Y los países a los que mejor les va, por ejemplo los nórdicos, se caracterizan justamente por ser sociedades dialogantes.