De celebraciones y efemérides
"Estos pasados 2 años nos han dejado varias fechas que recordar y conmemorar en recogimiento".
Entre los variados significados que podemos encontrar, la RAE nos enseña que celebrar significa ensalzar públicamente a un ser sagrado o un hecho solemne sea religioso o profano que lleva a personas organizadas a dedicar uno o más días a su recuerdo y a la realización de actos formales con las debidas solemnidades que la ocasión y lo celebrado ameritan.
En casi todas las acepciones consultadas están presentes los conceptos de formalidad, solemnidad, alabanza, alegría, agrado, y elogio, entre otros, dando a entender el carácter marcadamente festivo del concepto y el estado de ánimo que lo impulsa. Celebrar una victoria, un año más de vida, un acto religioso o un nacimiento, parecen actos que recogen fielmente el concepto en sus distintas acepciones.
Por ello llama la atención en estos últimos tiempos, el llamado a celebrar ciertos hitos con fuertes acentos segregadores y que no tienen por objetivo festejar o ensalzar a una persona, un hecho o un fenómeno social, sino levantar voces de protesta y de reivindicaciones sociales, económicas y culturales (todo lo cual es perfectamente legítimo y amparado por un Estado de Derecho moderno como el chileno) pero que lamentablemente van siempre acompañadas de otros actos innobles donde la violencia, el vandalismo y pillaje campean y son ensalzados y terminan enlodando y trastocando cualquier intento de conmemoración, alejándolo de sus originales intenciones. Finalmente es lo que termina acaparando las cámaras, luces y flashes, siendo ampliamente difundidos en redes sociales y medios de comunicación. Lo que queda en el inconsciente colectivo, en la mente y recuerdo de los que son testigos o víctimas directas.
Sabemos que por esencia, la violencia es el no lenguaje, la ausencia total de interacción comunicativa, la renuncia total a cualquier forma o intento de dialogo, por lo tanto no podría estar en el centro de un debate donde lo que se persiguen son nuevas formas de organización, estructura y gestión del Estado, nuevos pactos sociales que incluyan y no excluyan, nuevos enfoques de desarrollo para un país que tiene todas las potencialidades para conversar de cerca con el Desarrollo. Algún lector podrá decirnos que el acto violento también comunica algo: molestia, rabia, resentimiento. Sin duda pero esa es precisamente la comunicación que hoy no se necesita, porque a la hora de la construcción su aporte es nulo.
Frente a los lamentables hechos de principios de semana, sugiero que hablemos de conmemoraciones, las que hacen referencia a efemérides o recuerdos de hechos con marcada notoriedad. Estos pasados 2 años nos han dejado varias fechas que recordar y conmemorar en recogimiento.