Elecciones, en paz y concordia
"Para quienquiera que llegue a gobernar el país en el próximo período, la tarea será difícil y compleja, por el contexto económico y político que vivimos". Oscar Blanco Martínez, Obispo de Calama
A través de esta columna comparto algunas reflexiones que nuestros hermanos obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal realizaron a propósito de las próximas elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales, esperando que contribuya a encontrar caminos de entendimiento y concordia.Nos preocupa el actual clima de beligerancia y polarización en la vida política, especialmente en la campaña presidencial. Lo que debiera ser una oportunidad para confrontar ideas, proyectos y programas sobre el presente y el futuro de la patria, en un ejercicio que infunda esperanza, sentido de pertenencia y compromiso con el bien común; se convierte frecuentemente en un escenario de descalificaciones y disputas estériles, generando distancia, incertidumbre y desazón en muchos chilenos. Aunque la política tiene un componente de discrepancia y de tensión que le es propio, vemos un escenario radicalizado que causa fracturas que después es muy difícil sanar. Lo advierte el Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti: "(Nº 15).
Agrega la declaración que lamentablemente, crecen entre nosotros manifestaciones de violencia. La polarización y la agresión se expresan en muchos niveles de nuestra convivencia, incluso en el trato cotidiano con los demás. Han aumentado últimamente los asesinatos y otras acciones criminales. El narcotráfico y la delincuencia ocupan amplios sectores y espacios de nuestras ciudades. La legítima protesta política se vuelve a menudo, por acción de algunos grupos, destructiva de bienes y espacios públicos y privados. Los chilenos tenemos que revisar seriamente nuestra manera de convivir, porque hay una erosión de los límites que son necesarios para respetarnos unos a otros (…).
Es también motivo de preocupación, el escenario económico que estamos viviendo, que siempre en sus consecuencias negativas termina afectando en mayor proporción a los más pobres y a las familias vulnerables. Sabemos que la pandemia ha tenido nefastas consecuencias para muchos, generando problemáticas que se extenderán todavía por largo tiempo. Pero parte importante de la incertidumbre económica la está generando el propio escenario político y electoral interno. (…)
Llamamos a todos a actuar con responsabilidad. Para quienquiera que llegue a gobernar el país en el próximo período, la tarea será difícil y compleja, por el contexto económico y político que vivimos, sin olvidar la presencia aún entre nosotros de la crisis sanitaria. Ahora mismo debemos cuidar las palabras que se dicen y las iniciativas que se emprenden, para no generar esa polarización que vuelve más opaco nuestro presente.
Invitamos a los creyentes a orar por nuestra patria, por sus gobernantes y dirigentes, por sus instituciones y procesos políticos y sociales en curso, por cada uno de sus habitantes. Que hagamos nuestras estas palabras del Papa Francisco al final de su Encíclica Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social.