El lunes 4 de enero de este año Corfo anunció la adjudicación de la licitación del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), que estará emplazado en Antofagasta, al consorcio estadounidense Associated University Inc. (AUI), lo que desató una ola de críticas desde el mundo académico y político, pues se desechó la opción representada por las universidades nacionales.
Desde el anuncio la discusión fue tal, que en marzo se formó en el Congreso una Comisión Especial Investigadora del proceso de licitación, organismo parlamentario que concluyó que en el proceso hubo conflicto de interés, faltas al principio de probidad y aprovechamiento de información privilegiada, por lo que solicitó repetir el concurso.
Antes de eso, en febrero, las universidades que integran el consorcio Asociación para el Desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT), que resultó en segundo lugar, ya habían presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, a objeto de detener la adjudicación del ITL al consorcio (AUI).
Referente mundial
En octubre de 2019, como parte de un nuevo contrato con SQM Salar, Corfo dio a conocer las bases de licitación para desarrollar el Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) en la Región de Antofagasta, que con una base de inversión de US$ 193 millones impulsará la energía solar, el hidrógeno verde, la minería de bajas emisiones y los avances en la industria del litio y otros minerales.
Centro que la Corporación espera que a 2030 se convierta en un referente tecnológico a nivel mundial en sus áreas de especialización. Aunque hoy su futuro, a raíz de los cuestionamientos, parece incierto.