Libertad económica
El pasado lunes se publicó el Índice de Libertad Económica elaborado por The Heritage Foundation. La medición considera aspectos como el respeto a los derechos de propiedad, la apertura comercial, la flexibilidad laboral, la estabilidad monetaria y el tamaño del gobierno -en términos de carga fiscal, gasto de gobierno y salud fiscal-, entre otros aspectos.El índice muestra un deterioro en la libertad económica de Chile, cayendo al puesto 20 en el ranking global y evidenciando una tendencia clara a la baja en el puntaje promedio a lo largo de los últimos años. Asimismo, el índice de Libertad Económica del Mundo publicado por el Fraser Institute ha posicionado a nuestro país en el lugar 29 a nivel global, retrocediendo 15 posiciones en comparación al año anterior. Esto es sumamente preocupante si consideramos que existe un consenso entre los economistas frente a la abrumadora evidencia empírica de que la libertad económica -comprendida en los términos en que estos índices la miden- está relacionada al crecimiento económico y al progreso de un país expresado en el ingreso per cápita. En otras palabras, los países con mayores ingresos tienen a su vez mayor libertad económica.
Se debe considerar que la medición de estos índices refleja las condiciones del país hace uno o dos años. Por lo tanto, frente a las políticas públicas adoptadas durante el último periodo, en realidad debiésemos encontramos peor de lo que estos índices nos muestran. Aquello no hace más que evidenciar una triste realidad: el deterioro de las condiciones que le permitieron prosperar a Chile durante las últimas décadas.
Nicolás Durán Asistente de Investigación de la Fundación para el Progreso
Inmigrantes/políticos
Eso es todo, ¿un miedo atávico al inmigrante? Encontrar una explicación a los efectos de una inmigración masiva pareciera ser la columna de don Carlos Peña.
Se lee razonable y bien explícito; sin embargo, quienes viven en la zona y conviven con el inmigrante y trabajan con él pareciera que no sienten miedo. Yo no siento miedo al tratar con ellos; es más, creo que son mejores trabajadores que muchos chilenos.
El desorden y desgobierno nuestro es el responsable de los efectos indeseables de su llegada al país. Recordemos que fueron invitados en Cúcuta, en el caso de los venezolanos, y que por añadidura colombianos también escucharon el llamado. "Chile está abierto para ustedes". ¿Qué realmente esperaba el convocante con su participación y llamado? Creo que un nuevo guiño a su espejo personal.
El caos generado por la llegada de éstos y su cultura (varias en realidad) se explica por la desidia de los políticos que no realizaron el trabajo de anticiparse a las situaciones y quedarse como meros espectadores de los flujos sociales. En fin, pareciera que nuestras autoridades políticas también guardan en sus bolsillos el "espejito" para mirarse cada vez que dicen algo del momento, pero que no tienen idea de la realidad social y cultural de nuestra sociedad. Para muestra: carteles de la droga, ambulantes, delincuencia, terrorismo, tomas de terrenos, colusióla droga , n, agua, sequía, estallido social... La lista puede ser interminable, pero todo termina y comienza en ellos, pues esperamos y reclamamos que las soluciones emanen de allí, de nuestros políticos y no de otros.
Octavio Quiroz
Chile, país reactivo
No cabe duda que este país funciona en forma reactiva en todas sus instancias, tanto en las personas naturales, políticos y, lo que es peor, en los organismos encargados de sus leyes y reformas.
Por nombrar algunas que a simple vista nadie entiende, cómo se demoraron tanto en implementarlas y no haber reaccionado en forma proactiva: reforma a la Ley de Control de Armas, a la Ley de Migraciones, tipificación de arrojo de basura en playas, etc.
La constante ha sido colocar la carreta delante de los bueyes, o sea, tiene que pasar algo para darse cuenta que debe existir un cambio.
Carlos Ibáñez Pettinelli
Beneficios del acero
Según datos recientes del Instituto Chileno del Acero (IChA), el consumo aparente de acero logró un máximo histórico durante 2021, con 3 millones 283 mil toneladas. Con estas cifras, Chile se posiciona como uno de los mayores consumidores de acero por habitante en Latinoamérica, con 169 kg. per cápita. Lo anterior se condice con los recientes datos entregados por Asimet, que señalan que el sector metalúrgico logró un crecimiento de un 7,3% el año pasado.
Este escenario es una buena noticia no solo para la industria, sino también lo es para el medioambiente, ya que el acero se ha posicionado como uno de los materiales de construcción más amigables desde la sustentabilidad, ya que es 100% reciclable y no pierde sus características, convirtiéndose en el material más reciclado en el mundo.
Claudio Espinoza Subgerente comercial de Proindar