Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Espectáculos
  • Clasificados
  • Servicios
  • Cartelera y Tv
  • Deportes
  • Contraportada

Apoyos para fortalecer del retorno presencial

"El desafío de este nuevo año escolar y de este nuevo entorno educativo es dejar de mirarnos como grupos aislados". Juan Pablo Salinas, Académico de Psicología Universidad Andrés Bello
E-mail Compartir

Se inicia un nuevo año escolar en que, después de dos años de pandemia, estudiantes y docentes volverán a encontrarse de modo presencial, según las indicaciones del Ministerio y avance del plan de vacunación en Chile. Este nuevo ciclo trae una serie de nuevos desafíos que enfrentar en lo educativo: acortar las brechas de aprendizaje ocasionados con la virtualidad, fortalecer la comunicación institucional, fortalecer la gestión escolar, mejorar las condiciones de la docencia, etc. Sin embargo, los años de virtualización han traído una serie de nuevas condiciones que debemos considerar.

Algunos aprendizajes de este periodo ponen foco en lo socio-emocional, tecnología e innovación en el aula, involucrar a las familias, cooperación y colaboración, y aprendizaje fuera de la escuela. A mi juicio, uno de los aspectos que se relevaron es precisamente el de informar, dialogar y cooperar para que el retorno de las comunidades educativas sea un esfuerzo común y un compromiso institucional.

Los procesos educativos no son resorte de los docentes o de directivos, sino de la comunidad educativa. La pandemia nos enseñó el rol central que cumplen y deben cumplir los y las apoderadas. No es posible concebir la educación sin ese trabajo colaborativo, pero este no tiene relación con exigirle a las familias que realicen tal o cual tarea, sino incluirla en un proceso de trabajo colaborativo y cooperativo común en función de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Esto cobra mayor importancia si le otorgamos valor al aprendizaje fuera de la escuela y cómo el propio rol de los y las estudiantes tiene relevancia en fortalecer su autonomía y su curiosidad en ambientes que sean colaborativos a su aprendizaje. No es posible mantener la cultura "laboral" de la escuela, en que los y las estudiantes salen de clases como terminando una jornada laboral y se vuelva un suplicio acercarse a cualquier ámbito que le recuerde a ella.

La familia, docentes y estudiantes deben construir un proceso que cambie las lógicas que tradicionalmente se han desarrollado.

Fortalecer una cultura de comunidad educativa, participativa y colaborativa favorecerá procesos de enseñanza-aprendizaje y fortalecerá los lazos entre integrantes de la comunidad. La pandemia nos ha demostrado lo importante de generar sentidos de comunidad y en el ámbito educativo cobra más sentido. El desarrollo socioemocional no es una acción aislada de cada estudiante, es también fruto del esfuerzo de la comunidad por generar condiciones de desarrollo saludable y de bienestar a cada uno de sus integrantes.

El desafío de este nuevo año escolar y de este nuevo entorno educativo es dejar de mirarnos como grupos aislados al interior de las escuelas: docentes, familias, estudiantes, directivos, etc. Debemos reconocernos como una comunidad que tiene objetivos comunes, cada uno aporta desde su rol a ese objetivo. Dialogar, cooperar, compartir y desarrollar son claves para una comunidad educativa empoderada.

Mujeres en la ciencia

"Debemos redoblar los esfuerzos para apoyar a las mujeres y hacer de la sociedad un lugar de trabajo más acogedor e inclusivo". Rubén Rojo M., Director CICITEM
E-mail Compartir

El 8 de marzo, celebrado en todo el mundo, es un día de lucha por los derechos de las mujeres y también una oportunidad para discutir las mejoras, victorias y logros que la movilización de varias generaciones de mujeres ha hecho posible, y particularmente en la ciencia.

La sub-representación femenina en las ciencias constituye un tema preocupante internacionalmente, y Chile no es una excepción. Considerando que el acceso de las mujeres a la educación superior fue una de las principales demandas del feminismo a mediados del siglo XX, es posible apreciar un avance notorio, que se materializa en el aumento progresivo de mujeres en las matrículas de pregrado, alcanzando un 51,3% de participación femenina los últimos años.

No obstante, si observamos la distribución de las matrículas por disciplinas, nos encontramos con que las carreras del área científica solo cuentan con un 22% de ingreso femenino; en cambio en aquellas vinculadas con el servicio social y la salud -ámbitos ligados a la dimensión de los cuidados, que históricamente se han asociado a la condición femenina- el ingreso se estima en un 77,8%.

La segregación de género que opera entre los campos científicos explica, en parte sustancial, la situación objetivamente mala que posteriormente obtienen las mujeres en el mercado laboral. La mayoría de las brechas salariales de género que persisten en la actualidad pueden explicarse por la escasa representación de las mujeres en los estudios científicos. Los informes de muchas disciplinas han destacado que a las mujeres se les paga menos que a los hombres.

El 2021 la Universidad de Princeton resolvió una demanda federal en la que acordó proporcionar una compensación a 106 profesoras que afirmaron haber sido mal pagadas en relación con sus colegas masculinos.

Existen indicios que las mujeres han sido especialmente gravadas por la pandemia. Muchas científicas están luchando por mantenerse al día, con las crecientes demandas de cuidado infantil y familiar. Las mujeres científicas tienden a hacer más tareas domésticas que los hombres científicos, por lo que no es difícil imaginar que las mujeres puedan estar perdiendo horas de trabajo científico de manera desproporcionada, lo que tendrá un impacto a largo plazo en su carrera competitiva. Esta es una doble pena que invade la esfera profesional, y otros tantos obstáculos para una mejor representación de las mujeres, en la ciencia y en otros lugares. Debemos redoblar los esfuerzos para apoyar a las mujeres y hacer de la sociedad un lugar de trabajo más acogedor e inclusivo.

Positivo retorno a clases presenciales

La vuelta a las aulas es una de las señales más potentes de que la batalla contra el covid se está ganando. Los expertos han advertido que el virus no se ha ido y hay temores de la aparición de nuevas variantes que provoquen rebrotes y echen por tierra todos los avances en cuanto a presencialidad.
E-mail Compartir

El retorno a clases presenciales fue un tema latamente discutido y que el Minsal y Mineduc zanjaron antes del fin del 2021 al definir que debía comenzar con el inicio del año lectivo 2022. La gran cantidad de contagios con la variante ómicron en enero y febrero hizo temer que la disposición no pudiera cumplirse, pero la decisión se mantuvo inalterable y el descenso en los casos diarios, ayudó a que hubiera menos resistencia y mayor alegría por el regreso.

Según las autoridades de Educación, el proceso de retorno a las aulas con los protocolos definidos, ha sido exitoso. Claramente no todos los establecimientos han operado del mismo modo y es posible que se hayan presentado problemas, pero la respuesta mayoritaria es que el funcionamiento ha estado muy cerca del óptimo.

De este modo el 2022 se presenta como el fin de la pandemia y uno de las señales más claras de eso es ver a los estudiantes en sus salas de clase.

Los expertos han advertido que el virus no se ha ido y hay temores de la aparición de nuevas variantes que provoquen rebrotes y echen por tierra todos los avances en cuanto a presencialidad. El covid sigue siendo una amenaza y puede seguir complicando el camino hacia la normalidad que ha iniciado nuestro país.

En el intertanto es necesario retomar las cotidianidad que fue alterada por la pandemia. Un retorno a la llamada normalidad que tendrá aspectos distintos a los existentes antes del ataque del SARS-CoV-2.

Hoy se están dando pasos firmes no solo en las escuelas también en el comercio, en el turismo y en todas las áreas que se desarrollan a diario. No obstante, existe una fragilidad y todo se puede quebrar con el aumento de contagios y, especialmente, de hospitalizaciones graves.

Por el momento no podemos abandonar los esfuerzos de ir transitando a una vida más acorde a la prepandemia en el que las relaciones humanas, el contacto afectuoso son parte de la relación diaria.

Los estudiantes volvieron y ahora son otras las áreas que deben sumarse y comenzar a vivir el principio del fin de una pandemia que ha golpeado duro en todo el mundo.