Mayor respeto y menos basura
La principal componente para solucionar el problema de los desechos y basura en las comunas es el respeto y cariño por la tierra que los vio nacer o los acoge. En este sentido, la tarea de los municipios es destacable, porque se han enfocado en trabajar en limpieza y en devolver a las familias los espacios olvidados entre escombros y basura.
Nos hemos acostumbrados a informar y denunciar los inconvenientes derivados de la falta de compromiso ciudadano con la disposición de la basura doméstica, el cuidado de nuestro entorno y el respeto de los espacios públicos. Y, lamentablemente, es porque es algo evidente y no solo daña la imagen de las comunas, también crea serios problemas sanitarios al favorecer la aparición de plagas.
Hace poco una autoridad regional comentó que los establecimientos públicos y privados tapiados con latones o maderas y fachadas rayadas con diversas consignas no aportaban al cuidado de la comuna. Esos signos transmitían desapego y desinterés por nuestras ciudades, barrios y casas.
Y así, muchos ciudadanos que se encuentra a diario con ese panorama terminan pensando que si a nadie le importa cómo se ve, entonces para qué cuidar. La ciudad me transmite eso y por ello qué importa si sacó la basura a deshora o la dejo en lugares que no están permitidos o si voy a los lugares públicos y todo los desechos los esparzo en el suelo. Será otro lunar en un lienzo donde ya se aprecian muchos.
Entonces es esa la mentalidad ciudadana que se debe cambiar. Ir sacando las protecciones de nuestras vidrieras, limpiar las fachadas, hacer que quien transite por nuestra vereda respire cariño y arraigo por esta tierra y cuando quiera botar algún desecho lo piense dos veces.
En este sentido, la tarea de los municipios es destacable, porque se han enfocado en trabajar en limpieza y en devolver a las familias los espacios olvidados entre escombros y basura.
Si a ello se logra sumar más y mejores lugares para el esparcimiento la tarea sería aún más loable. Todos sabemos que a las ciudades del norte les falta arraigo y eso se consigue mejorando la calidad de vida.
Así no solo las autoridades tendrán que preocuparse de mantener hermoseadas a las comunas, será una tarea que recaerá en los mismos habitantes, en todos los vecinos que entenderán que una forma de querer el terruño es cuidándolo y manteniéndolo siempre limpio.
Si ello ocurre el éxito está garantizado, pero tiene que partir desde lo más interno del núcleo social y es por cada uno de los habitantes que quieren a sus comunas y les gusta ver resplandecientes.