Una nueva mirada en el deporte rey
El reciente fracaso de la selección masculina adulta de fútbol, tras no clasificar al Mundial, confirma un retroceso en la actividad y que el éxito no puede estar depositado en un puñado de jugadores. Claramente lejos de avanzar el fútbol fue retrocediendo y sólo los logros de una Generación Dorada servían para ilusionarnos. Pero esos triunfos escondían una penosa realidad deportiva en el país.
Durante la semana que termina fuimos testigos de un nuevo fracaso de la ANFP en el intento que la selección adulta de fútbol clasificara a un Mundial. Son dos consecutivos y tienen directa relación con la labor de los directivos de la asociación, porque más allá de la elección del cuerpo técnico -que sin dudas es importante-, hay carencia de políticas deportivas que posibiliten fortalecer la competencia en todos sus niveles y desarrollar los talentos.
El campeonato profesional es pobre y los resultados en las copas internacionales lo demuestran. Hace años que cuesta sortear la primera ronda, sin importar los rivales. Antes no se podía contra brasileños, argentinos y uruguayos y hoy se suman otros de países que creímos estar mejor como Ecuador, Bolivia incluso Venezuela.
Claramente lejos de avanzar el fútbol fue retrocediendo y sólo los logros de una Generación Dorada servían para ilusionarnos. Pero esos triunfos escondían una penosa realidad deportiva en el país. Los clubes presa de los empresarios y representantes poco les importaba invertir en la formación y así con los años la competencia se fue tornando cada vez más precaria.
Y tenía que llegar el momento del fin de la Generación Dorada y sin recambio era muy difícil que se lograran triunfos contundentes como clasificar a un Mundial en una descarnada Clasificatoria sudamericana.
Lo que viene es aún más complicado sin la presencia o prescindiendo de jugadores como Bravo, Medel, Sánchez o Vidal, porque si les queda algo por entregar no será para poner a Chile nuevamente en los puestos de avanzada en el ranking FIFA, tal vez apoyar a quienes deben cumplir con el relevo y el nivel de esa nueva camada es el que está en duda.
Chile tiene que cambiar su mirada con el fútbol, que tantas alegrías da a la gente, de otro modo no habrá nuevos éxitos. Puede que siga siendo un negocio pero con un sentido social que no se puede dejar de lado.
Es necesario trabajar de manera coordinada con el área formativa en todos los clubes. Destinar recursos y contar con buenos formadores que permitan que siempre exista un recambio para los baluartes que van cumpliendo su ciclo.
Y esto es válido para todas las disciplinas deportivas, pero con especial énfasis en el fútbol que es pasión de multitudes.