Camino a Emaus
"Necesitamos ser portadores de Buenas Nuevas. Nuestra sociedad lo necesita, el mundo lo necesita".
En San Lucas 24:13-35 podemos leer esta historia, sobre 2 discípulos de Jesús que iban tristes desde Jerusalén hacia la aldea de Emaús. Luego de haber rememorado la Semana Santa, podemos meditar este pasaje, recordando que nuestro Señor Jesús anduvo entre nosotros 40 días después de su crucifixión, y luego fue ascendido (Hechos 1:3)
Primeramente, preguntaré: ¿Cómo estás caminando por la vida? Una gran mayoría de personas, van por la vida sin poder ver a Dios, sin ver al Cristo Resucitado (v.16) igual que los discípulos de esta historia. Lógicamente, si vamos por la vida sin poder ver a Dios, tampoco podremos ver y apreciar, la belleza, el amor, la fe, etc.; ya que estos son atributos divinos y regalo de Dios para toda la humanidad. Entonces viviremos una caminata triste y amargada
Segundo: ¿Quién es Jesus para ti? Dependiendo de nuestra respuesta, es el tamaño o valor de nuestra fe. Si solo es un profeta, como dijeron los discípulos (v.19) entonces reducimos a Dios a nuestro nivel personal o, a nuestra capacidad de entender; y la fe es más que eso: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 12:1) Un predicador dijo: "en la medida que empequeñeces a Dios, agrandaras tus problemas". El resultado de no tener en Cristo un Dios Todopoderoso provoca miedos, temores y angustia al enfrentar las vicisitudes de la vida. Te aconsejo que agrandes a Dios. Recuerda que Él es el Dios Altísimo Creador del Cielo y de la Tierra.
Tercero: ¿Haz invitado a Cristo a vivir contigo? Esta decisión personal es la más importante en la vida del ser humano. Aunque no entiendas toda La Escritura, aunque tu corazón aun no este preparado para recibirle como Rey y Señor; no importa. Dile a Cristo: pasa a quedarte conmigo; entonces te aseguro tu vida entera cambiará (v.29) Los discípulos de la historia, sintieron arder su corazón, esto es, notaron de manera tangible lo que produce la Palabra de Dios y vivenciaron hechos reales ante la presencia del Cristo Resucitado. Tú también lo puedes experimentar.
Finalmente: Cuéntale a los demás tu cambio de vida. Estos discípulos no dudaron en regresar de noche a Jerusalén (los judíos no viajaban de noche por muchas razones) y contaron sobre su experiencia personal (v.35) Si todos los cristianos contáramos sobre las bendiciones que hemos recibido después de vivir junto a Cristo, muchos creerían y harían lo mismo. El mundo sería mejor. Necesitamos ser portadores de Buenas Nuevas. Nuestra sociedad lo necesita, el mundo lo necesita. Hoy más que nunca los hijos de Dios, deben dar razón de su fe (1 Pedro 3:15) ya que haciendo esto muchos creerán y serán transformados por el poder de Dios, entonces verán al Cristo resucitado y dejaran su vida a la guía del Espíritu Santo. Dios les bendiga.
Jesús Aranda Valverde
Pastor evangélico