El Sernac denunció ante el Ministerio Público a las empresas de venta de casas prefabricadas Casas Manquehue, Casas Catalina y Casas San Sebastián por el eventual delito de estafa.
El Servicio tomó la decisión luego de analizar los reclamos y el comportamiento de estas tres empresas, llegando a la convicción que la conducta irregular y repetitiva podría implicar un eventual delito de estafa, según lo establece el artículo 468 del Código Penal.
Según la investigación del Sernac, estas empresas han incurrido en una serie de incumplimientos que han afectado gravemente a los consumidores, entre ellos, retardos en la entrega de casas, entregas incompletas o con materiales distintos a los comprometidos.
Incluso, muchos afectados denuncian que, pese a pagar, las casas nunca le fueron entregadas y aunque reclamaron en reiteradas ocasiones, tampoco les devolvieron el dinero pagado.
Recordemos que el Sernac demandó colectivamente en enero del año 2020 a las empresas Casas Santa María y Casas Los Robles por una serie de incumplimientos similares a los detectados respecto de Casas Manquehue, Casas Santa Catalina y Casas San Sebastián.
A través de estas denuncias se busca que se aclare la relación de estas tres empresas con las demandadas anteriormente, y determinar si los incumplimientos responden a conductas fraudulentas, pues se ha afectado gravemente a familias que veían en esta inversión la posibilidad de cumplir con el anhelo de la casa propia.
Según la investigación del Servicio, estas últimas tres empresas tendrían alguna relación con representantes de Casas Santa María y Casas Los Robles.
Durante el año 2021 y lo que va de este 2022, el Sernac ha recibido más de 1.400 reclamos relacionados con inconvenientes relacionados con las casas prefabricadas comercializadas por las empresas Santa María, Los Robles, Casas Manquehue, Casas Santa Catalina y Casas San Sebastián. El 57% de los casos corresponden a "retardo en la entrega".
Comprar una casa prefabricada es una alternativa para muchas personas, que les permite cumplir el sueño de la casa propia al ser una opción más rápida y a menos costo. Por eso sufren una gran decepción cuando eso no se cumple y la empresa no da la cara.
El Sernac recomienda a los consumidores evitar la contratación a estas empresas por el riesgo de incumplimiento, mientras no se aclare si los incumplimientos responden a una conducta fraudulenta.
¿Dejaremos que la pandemia nos
arrebate la sabiduría?
Casi dos años recluidos y separados de sus familias, por un bien mayor: el no contagiarlos, el protegerlos. Sin embargo, fue un largo periodo de soledad y desvinculación que causó estragos en los adultos mayores de nuestra sociedad y no solo en Chile, sino en el mundo entero. Vimos desaparecer una generación completa con historias, recuerdos y personalidades que representaban valores, experiencias y tradiciones de antaño.
Fueron madres, padres, abuelos y abuelas, la y el buen vecino, quienes se fueron en estos dos años de confinamiento. Y si la mala fortuna, además, dejaba la posibilidad de una muerte por COVID, eso era aún más terrible, pues familias enteras vieron cómo se llevaron a un ser querido a un hospital y que, sin comunicación alguna, sin un beso o un abrazo de alivio, regresó en un cajón, sin posibilidad de verlo y mucho menos despedirlo.
Cuántos corazones quebrados por esta razón y lo peor, es que esa generación se llevó los recuerdos, valores y tradiciones familiares e incluso la historia de un país. ¿Dejaremos realmente que la pandemia nos arrebate la sabiduría, dejaremos que la muerte arrebate los recuerdos, las pasiones, las historias, vivencias y tradiciones de nuestros adultos mayores?
Disculpen lo autorreferente, pero creo que compartir el dolor permite liberar el alma y, tal vez, encontrar consuelo con otros que, como yo, se sienten huérfanos de sabiduría. Con la partida de mi suegro, don Joel Meza, el poeta; mi suegra, Norma Inostroza, siempre presente y llena de amor; y mi madre, Dominga Lizardi, a quien no dejo de recordar, mi único consuelo, es decir: "Al menos ellos, no murieron de COVID y los pudimos despedir".
Es aquí donde pienso en todas las familias que perdieron a un adulto mayor y me enfoco solo en ellos volviendo al punto inicial. Cuánto los cuidamos y nos alejamos para evitar que se enfermaran sin ver que la soledad les corroía el alma, tan fuerte como la pandemia. Muchos se fueron y me pregunto ¿a quien llamaremos para preguntar por la receta de las típicas empanadas del 18? o ¿qué hierba servía para la fiebre o el dolor de estómago?, ¿a quién le pediremos aquel consejo de vida, que la mayoría de las veces, llegaba sin que lo pidiéramos pero nos daba consuelo?
Hoy yo no tengo a quién preguntar, pero muchas familias aún sí. Por ello, los invito a volver a escuchar, incluir y conectar con sus adultos mayores. No dejemos que se pierda la sabiduría, que la comunicación no se descuide. A los jóvenes, los invito a desconectarse, apagar sus celulares, qué aberración estoy diciendo para los nativos digitales, pero los invito a intentarlo.
Miren a sus viejitos y viejitas de la casa, al vecino, al señor o señora más antiguo del barrio, pregúntenles cómo era su vida, escúchenlos e imaginen cada palabra. Esta es una invitación a comunicarse con palabras, gestos, caricias, una invitación a sentarse y entregar el corazón en una conversación, es una invitación a recuperar el conocimiento. No dejemos que la muerte se lleve el legado de las experiencias, no dejemos que se pierda la sabiduría.
Marcelo Miranda
Director regional Sernac
Ali Astete Marín
Colegio de Periodistas,Consejo regional El Loa