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Fairplay financiero: el nuevo "dolor de cabeza" para la dirigencia minera

EXCEDIDOS. Los balances económicos entregan una grave realidad que se debe revertir de acá a fin de año para evitar castigos que podrían llevar a Cobreloa a la imposibilidad de fichar en 2023.
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Son dos aristas distintas y que se suelen confundir. Los balances generales de los clubes hablan de déficit o superavit y desde allí, las soluciones se pueden tomar en plazos más extensos. Muy distinto es el llamado fairplay financiero, que rige a los clubes del fútbol chileno desde 2018 -al estilo europeo- y que reglamenta todo lo concerniente a mercados de pases, sueldos de plantilla y pagos por imagen de sus futbolistas.

Es una norma que impide a las instituciones gastar más del 70% de sus ingresos totales en una planilla profesional. Una donde siempre se remarcó que en Calama no se podían exceder de los montos. Pero allí Cobreloa lamentablemente pasó la raya. "Sí, estamos pasados" reconoce el presidente de "Los Zorros" sin especificar montos.

No obstante, desde el club admiten que la brecha que se tiene es cercana a los 600 millones de pesos. Una cifra mayor que debe ser cuadrada de acá a diciembre, pensando en que hay elencos del Ascenso muy pendientes del manejo administrativo de los loínos, para intentar impugnar un castigo que sería un duro golpe para los naranjas, pensando en que quieren subir a la serie de honor y quedarían sin posibilidad de fichar futbolistas para la nueva temporada.

Antecedentes

Hay ejemplos de cómo en Cobreloa hay gestiones distintas que mantuvieron a raya este ítem pese a mantener un alto déficit. Cuando la directiva encabezada por Walter Aguilera tomó el control del club en 2016 se asumió una profunda crisis y se enfrentó con la política de "apretar el cinturón".

Esa vez, Aguilera y su tesoreero Jorge Pereira definieron acortar los gastos, disminuyendo los sueldos clase A, bajando el costo de la planilla y con eso, mantuvieron a raya el ítem del fairplay financiero, dejando dineros para saldar deudas históricas y salvando a la institución de la quiebra.

Una instancia que hoy está lejos de parecerse. El alto costo de la plantilla 2022 sumado a los pocos ingresos enciende las alarmas y ante la división de la directiva, las gestiones apuntaron a buscar un aliado estratégico "milagroso": Codelco.

Por ello es que la semana pasada, Ramírez junto al director deportivo, Óscar Wirth se reunieron en la capital con el presidente ejecutivo de la estatal, Máximo Pacheco. No se habló de convenios ni de temas como el comodato del camping en Calama. "Pedimos apoyo financiero y nos derivó al área comercial donde debemos trabajar un proyecto para buscar la modalidad en la que nos puedan entregar aportes", reconoce el mandamás loíno.

Mientras, Pacheco expuso que "claramente, el aporte que Cobreloa a la comunidad de Calama es inmensamente valorado por nosotros". Alianza comercial no hay. Intentos por retomar los años opulentos del club, tampoco. Más bien, se apela a "un salvavidas".

Preocupación

Justo cuando el técnico naranja, Emiliano Astorga volvió a insistir en la opción de algún refuerzo a mitad de año para potenciar la lucha deportiva por conseguir al ascenso, la realidad golpea fuerte. Según las cifras, traer un jugador nuevo incrementa los números rojos y aumenta el problema. Y desde allí, la opción de incorporaciones aparece cerrada, a menos que "milagrosamente" lleguen recursos frescos durante la primera quincena de julio.

El timonel de Cobreloa asegura que "el técnico sabe de la situación financiera y también se le hizo saber al capitán Rodolfo González, esperando comunicársela pronto a los referentes del camarín".

Si el fairplay financiero mide sólo los registros económicos que se gastan en los pagos de planteles, hoy Cobreloa está excedido peligrosamente en el costo de cuatro planillas mensuales y necesita urgentemente cuadrar sus crifras.

Ramírez advierte que "tenemos hasta diciembre y en caso de que no logremos apoyo de Codelco, las soluciones pasan por aumentar mucho la cantidad de público en los estadios, la cantidad de socios al día, atraer más sponsors o incluso, rebajar el costo de la planilla, esto último como una medida extrema".

Tan de cuidado es el momento económico naranja que desde la ANFP llegaron a Calama para asesorar al club en estas materias. La visita de Pablo Milad el viernes pasado junto con el cuerpo técnico de la selección chilena Sub 17 -en medio de una gira por distintas ciudades del país- sirvió para que el máximo regente del fútbol chileno se reuniera con la directiva loína.

Milad asume que "para nosotros, este es un club importante por su historia, querido en todo el país. Hay preocupación porque esta es una directiva nueva que desde sus primeros días nos contó cuál era su proyecto para poner a Cobreloa nuevamente en un sitial importante del fútbol chileno y vamos a poner toda nuestra ayuda para que puedan salir de este tema, con la aseoría de la unidad financiera".

Riesgos

Pero, ¿cuál es el peor escenario en caso de que Cobreloa no logre nivelar ese 70% de gasto versus ingreso que exige la regla? Tal como pasó en Europa, con grandes instituciones como el Manchester City, PSG y Atlético de Madrid, hay una unidad de control en la ANFP que revisa los balances de los clubes e incluso, puede determinar investigaciones y probables sanciones si es que se determinan faltas o solamente, actuando de oficio ante la denuncia de otras instituciones de la misma asociación.

Si bien el sistema rige en Chile con plazo de tres años para regularización de desbalances, en el caso de Cobreloa ya se les advirtió que tienen hasta diciembre de 2022 para equilibrarlo.

Y las penas que involucran una falta a la regulación por ahora no implican desafiliaciones o resta de puntos pero si la imposibilidad de contratar jugadores en una temporada posterior.

70% de los ingresos totales del club pueden gastarse en la plantilla mensual y Cobreloa hoy supera el 5% de ese margen.

600 millones de pesos aproximados es la cuota que el club necesita recaudar de acá a diciembre para cuadrar su balance anual.