Día Nacional de la Cantinera
"No hay palabra suficientemente elocuente que puedan pintar con exactitud, ni paleta con bastante colorido que llegue a copiar bien lo que fueron esas mujeres a quienes siempre llevó al campamento, a las marchas y a las batallas, el patriotismo y el amor". Así, el historiador y veterano de la Guerra del Pacífico, Nicanor Molinare Gallardo, se refiere a la presencia de la mujer durante el conflicto.
Debieron pasar 143 años para que nuestro país entregue el merecido reconocimiento que se les debía a quienes fueron parte de la conquista del desierto, voluntaria y desinteresadamente. Las "Cantineras" fueron las mujeres que tenían a cargo la "cantina" (alimentación, insumos sanitarios, papelería, etc). Ellas, además de su participación en la logística, también tomaron las armas en defensa del país. Aquellas que no obtenían esta plaza dentro del Ejército, eran llamadas "Camaradas", aunque cumplían las mismas funciones que las Cantineras.
Comencé esta quijotesca tarea de obtener un reconocimiento real para quienes la historia había omitido, con la solicitud entregada a la Presidenta Bachelet en el 2016. Pasó por el área jurídica del Ministerio de Defensa, la Cámara de Diputados y el Senado. El 8 de junio de 2021 se aprueba por unanimidad. La Ley, promulgada el 23 de julio de 2022, con el número 21.466, indica: "Se designa el 27 de noviembre como Día Nacional de la Cantinera, en conmemoración de la participación de la mujer en la Guerra del Pacífico".
¿Por qué esta fecha? El 27 de noviembre de 1879, en Tarapacá, ocurre una de las más sangrientas batallas de la guerra. En el lugar muere valientemente el comandante Eleuterio Ramírez Molina. También mueren las Cantineras que lo cuidaban, por no dejar al hombre caído. Otras fueron tomadas prisioneras, torturadas y descuartizadas. Un par más recibe la infortunada bala enemiga quedando heridas o muertas. Un final que se repetiría durante el resto del conflicto.
Con la promulgación de esta Ley se hace justicia para quienes se niegan a ser olvidadas, ya que el reconocimiento se lo ganaron en el campo de batalla, curando, luchando, cerrando los ojos al moribundo, escuchando sus últimas palabras y dándoles cariño para que pudiesen descansar en paz.
Ana Olivares Cepeda, Gestora ley 21.466