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El año 2023 será "el más caluroso" y "aumentará el compromiso climático"

DUBÁI. En la COP28 de noviembre los países aportarán su balance de emisiones.
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Agencias

El año 2023 será "sin ninguna duda" el más caluroso del registro histórico, lo que "aumentará el compromiso en temas de adaptación y mitigación por muchos países" con vistas a la próxima Conferencia de las Partes (COP28) que se celebrará en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), augura a Efe la directora de la Fundación Empresa y Clima, Elvira Carles Brescoli.

En esa cumbre que se celebrará en noviembre próximo, todos los países firmantes aportarán su balance de emisiones, "que se presenta cada tres años y es un termómetro para saber dónde estamos, qué hace falta y qué vamos a sufrir" ante la perspectiva de "unos veranos cada vez más tórridos".

Las consecuencias del cambio climático impulsarán "muchos avances en la agenda de solidaridad, sobre todo con los países más vulnerables" en Dubái, pero también en el tema de los subsidios a los combustibles fósiles donde hasta ahora, solo se ha conseguido "el acuerdo de irlos reduciendo, pero no de su eliminación", según Brescoli.

En ese sentido, la COP28 promete progresos en un camino en el que "los avances son lentos, pese a la emergencia climática" y en 2022 se vieron lastrados por "una situación geopolítica complicada", debido a la suma de tres crisis: bélica, energética y económica.

Carles Brescoli, quien acumula la experiencia de haber participado ya en 14 COP, explica que la cumbre del clima de noviembre pasado en Sharm el Sheij, Egipto, tuvo al menos tres éxitos a destacar: el primero fue que "nadie se levantó de la mesa aunque la Unión Europea estuvo a punto de hacerlo porque se sintió muy presionada e incluso agredida".

El segundo fue la creación del fondo específico de pérdidas y daños porque "llevábamos más de diez años hablando de este tema en los pasillos pero nunca estaba en las agendas de discusión" y "ahora se ha materializado", si bien "el dinero no está todavía encima de la mesa" y un comité de transición trabaja ya para formalizar este convenio.

El tercer éxito es el impulso "tremendamente importante" a la aplicación del artículo 6 del Acuerdo de París firmado en 2015, referente a los mercados internacionales de carbono, y sobre el que se ha venido trabajando desde entonces.

"Avanzamos en la parte de los dos mecanismos que tanto nos costaba, los que marcan el funcionamiento efectivo de estos mercados en los puntos 6.2 y 6.4 y también en el 6.8, que marca los compromisos determinados de cada país", precisa.

Otros factores para ver el futuro con optimismo son los referidos a "soluciones basadas en la naturaleza, para ayudar a preservar la biodiversidad y el agua" o las nuevas tecnologías y combustibles, especialmente en torno al hidrógeno verde, lo que involucra a Chile.

Entre lo negativo de la COP27, destaca que "el objetivo básico, reducir las emisiones, no lo estamos consiguiendo", si bien los cinco principales emisores mundiales, que suman 63% del total -China el que más, con 30%, pero también EE.UU., India, Rusia y Japón-, "se han apretado el cinturón y las están conteniendo".

El problema es que "una serie de países emergentes está creciendo muy rápido y aumentando muchísimo en emisiones, y nadie habla de ellos", como Irán, Corea del Sur, Indonesia o Mongolia, lo que desequilibra al final la balanza.

Encuentran una nueva membrana anatómica que protege al cerebro

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El cerebro tiene una membrana hasta ahora desconocida que actuaría como barrera protectora y como plataforma desde donde las células inmunitarias lo vigilan en busca de infecciones e inflamaciones.

Un estudio que publica Science, firmado por científicos daneses y estadounidenses, describe la función de esta nueva capa, llamada SLYM, principalmente en ratones, aunque también informa de su presencia real en el cerebro humano adulto.

Esta nueva estructura anatómica, que segrega y ayuda a controlar el flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR) en el cerebro y alrededor de él, "nos proporciona una apreciación mucho mayor del sofisticado papel que desempeña el LCR no sólo en el transporte y la eliminación de residuos del cerebro, sino también en el apoyo a sus defensas inmunitarias".

Así lo indica una de las firmantes de la investigación Maiken Nedegaard, de las universidades de Copenhague y de Rochester (EE.UU.).

El estudio se centra en la capa meníngena, que son las membranas que recubren el cerebro (la duramadre, la aracnoides y la piamadre) que crean una barrera con el resto del cuerpo y lo mantienen bañado en LCR.

La nueva capa descubierta fue bautizada como membrana subaracnoidea de tipo linfático (SLYM) y divide el espacio situado bajo la aracnoides, el espacio subaracnoideo, en dos compartimentos.

La SLYM es un tipo de membrana llamada mesotelio, que se sabe que recubre otros órganos del cuerpo, incluidos los pulmones y el corazón para protegerlos, a la vez que albergan células inmunitarias.

La idea de que pudiera existir una membrana similar en el sistema nervioso central fue una cuestión planteada por el coordinador de estudio, Kjeld Møllgård, de la Universidad de Copenhague.

La nueva membrana es "muy fina y delicada, y consta de una o unas pocas células de grosor", pero constituye una barrera hermética que solo permite el tránsito de moléculas muy pequeñas; parece separar el LCR "limpio" del "sucio", explica la U. de Rochester.

La capa SLYM podría desempeñar un papel en el sistema glinfático, que requiere un flujo e intercambio controlados de LCR, lo que permite la entrada de LCR limpio, al tiempo que expulsa del sistema nervioso central las proteínas tóxicas asociadas a enfermedades neurológicas como el alzhéimer.

La SLYM también "parece importante" para las defensas del cerebro, que son exclusivas de este órgano.

Además, "parece albergar su propia población de células inmunitarias del sistema nervioso central que utilizan a la SLYM para la vigilancia en la superficie del cerebro, lo que les permite escanear el LCR que pasa en busca de signos de infección", agrega la universidad.

El descubrimiento de esta nueva estructura en la anatomía del cerebro abre la puerta a nuevos estudios sobre su papel en las enfermedades cerebrales, pues los investigadores observaron que en la membrana se congregan concentraciones mayores y más diversas de células inmunitarias durante la inflamación y el envejecimiento, lo que sugiere, por ejemplo, que enfermedades e infecciones del sistema nervioso central podrían desencadenarse o empeorar por anomalías en la función de la SLYM.

Hallan evidencias tempranas del uso del calendario mesoamericano de 260 días

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El calendario mesoamericano de 260 días se usaba siglos antes de lo que se sabía, según las evidencias más tempranas descubiertas por un equipo de científicos en antiguos complejos arquitectónicos olmecas y mayas en el sur del Golfo de México.

Estudios anteriores sugerían que ese calendario se utilizaba mucho antes de que existieran pruebas escritas del mismo, pero fue difícil de demostrar debido a la ausencia de pruebas de sistemas de escritura en los inicios de la historia de estas culturas.

Los estudios arqueoastronómicos han demostrado que los edificios cívicos y ceremoniales importantes de Mesoamérica se orientaban, en gran medida, hacia la salida o la puesta del sol en fechas concretas, pero el origen y la difusión de esas prácticas de orientación no estaban claros.

Un grupo de investigadores de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes usó datos facilitados por la tecnología LIDAR (Ligth Detection And Ranging), que emplea un escáner láser aerotransportado para obtener un mapa en 3D del terreno.

Las imágenes cubrían desde la zona central olmeca hasta las tierras bajas mayas occidentales, y entre los yacimientos analizados estaban los mexicanos de Aguada Fénix, que se cree que es el mayor y más antiguo complejo monumental conocido de la zona maya, así como San Lorenzo y Buenavista.

El equipo buscó identificar las orientaciones astronómicas de 415 complejos ceremoniales recientemente identificados que datan del periodo Formativo o Preclásico de la Mesoamérica (1100 a.C. a 250 d.C.).

Las orientaciones de los complejos ceremoniales construidos entre 1100 y 750 a.C., representan las pruebas más tempranas del uso del calendario de 260 días, siglos antes de su uso previamente conocido en los registros textuales, señala Science Advances.

Los expertos analizaron su alineación con la salida y puesta de los cuerpos celestes en días concretos del año civil de 260 días, un sistema que se cree que fue avanzado por la civilización olmeca de la costa del Golfo de esa época.

Se cree que esta sociedad utilizaba el calendario para marcar rituales religiosos o agrícolas cuando los pueblos de la región aún dependían de la caza y la recolección.