Claudio Cerda Santander
El despliegue de las Fuerzas Armadas y Orden y Seguridad Pública por zonas fronterizas de la Región de Antofagasta, como parte del resguardo que determina la Ley de Infraestructura Crítica, surge hoy como una de las principales apuestas del Gobierno para contener la crisis migratoria de seguridad en la macrozona norte.
Este desafío implica patrullar áreas limítrofes bajo un clima extremo y en una extensa frontera. Una geografía propicia para la distribución de pasos no habilitados por donde autoridades y pobladores de zonas fronterizas reconocen como habitual el flujo de mercancías ilícitas. En diálogo con El Mercurio de Antofagasta, el general de Brigada del Ejército, Jaime Izarnótegui, designado como Jefe de Fuerzas de la Región de Antofagasta, aborda las labores de vigilancia a su cargo. La medida se extenderá por 90 días tanto en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.
¿Cómo va hasta el momento el desafío del resguardo de fronteras? y ¿cuáles serían los principales retos y dificultades que enfrentan en esta labor?
-Estamos aquí en cumplimiento de este nuevo decreto y esta nueva ley. Desde el sábado las fuerzas están ya desplegadas a partir de las ocho de la mañana, con un trabajo en conjunto con las policías, Carabineros y PDI. Esto ha sido bastante fructífero en cuanto a las coordinaciones y maneras de operar en la zona, en un trabajo que ya veníamos haciendo. Previo a que saliera esta nueva ley, estábamos cumpliendo el Decreto 265, que era en apoyo a Carabineros. Por lo tanto, en esta coordinación que había con Carabineros para operar en forma conjunta en esta área fronteriza; nuestra gente, las tropas ya estaban familiarizadas con esa situación. Ahora en cuanto a desafíos que enfrentamos en el cumplimiento de la misión, sin duda alguna que el principal es cubrir la amplitud de frontera que nos dan como mandato en este caso, que son 220 kilómetros de frontera que tenemos con Bolivia. En ese sector tenemos solo dos pasos habilitados, que son Ollagüe y el paso (Hito) Cajón, y el resto son 12 pasos no habilitados que están a lo largo de esta frontera, y por la extensión que tienen, es más complejo de controlar. Estamos cumpliendo esta misión con nuestro mejor esfuerzo para aportar en el control de la migración irregular y sobre todo en el tráfico de ilícitos que puedan ocurrir en esa zona.
Aparte de esta gran extensión fronteriza ¿hay otro tipo de dificultades que deben enfrentar en esta labor?
-Lo otro es que aquí el escenario es bastante hostil, en el sentido de que hay mucha altura. Hay sectores de puna. El clima además es bastante variable en cuanto al pronóstico atmosférico que haya. Hay tormentas eléctricas en el sector. Además en este período del verano muchas veces tenemos tormentas con nieve. Obviamente que todo esto hace que este clima y escenario sea bastante hostil para la vida humana. La oscilación térmica es también bastante variable, con altas temperaturas durante el día y muy bajas en las noches. Aunque la ventaja que tenemos es que hemos estado acá por bastante tiempo, por lo que nuestra gente está aclimatada al sector. Carabineros y la PDI también llevan bastante tiempo en la zona, así es que están aclimatados en cuanto al escenario en que estamos operando. Aunque no deja de ser complejo.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, anunciaba hace unos días en Colchane, en la Región de Tarapacá, que 600 efectivos se distribuirán en las zonas de resguardo fronterizo en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. ¿A cuánto asciende en la región el aumento de dotación?, comparado al período de despliegue por el Decreto 265.
-Lo que le puedo decir que efectivamente con el Decreto 265 teníamos una fuerza importante operando principalmente en Ollagüe, y desde San Pedro de Atacama hacia el sector fronterizo. Eso lo hemos duplicado y hasta triplicado en algunas zonas. Creemos que con el personal que tenemos actualmente podemos cumplir esta misión, cubrir esta zona y principalmente, tomando como base, estos dos sectores: Ollagüe y San Pedro de Atacama.
¿Cuáles serían las principales amenazas en ilícitos en zonas de frontera?, considerando que la región no enfrenta la misma presión migratoria de Colchane, considerada como epicentro de la crisis migratoria en el país.
-Esta área que delimitó el nuevo mandato, es una zona que tiene dos aspectos sobre los cuales tenemos que hacer el esfuerzo de controlar y regular. Uno es la inmigración ilegal, obviamente con niveles muchos más bajos comparados con la Primera Región, pero que siguen ocurriendo y ocurren no con tanta cantidad de gente, de migrantes ilegales, aunque si sigue ocurriendo en forma aislada en diferentes sectores.
La otra amenaza grande que tiene esta zona, es el tráfico de ilícitos. Para eso hemos estado haciendo un trabajo coordinado con las policías: con Carabineros y PDI. Ellos, por supuesto, con su función policial tienen un mayor conocimiento de cómo operan estas bandas en estos sectores. Ese trabajo que estamos haciendo en conjunto, esperamos que nos dé resultados y podamos de alguna manera regular de mejor manera este sector fronterizo.
Para quién aún no comprende el proceso de reconducción en fronteras ¿qué ocurre si encuentran caminando a algún migrante tras haber ingresado al país por un paso no habilitado? y ¿qué ocurre si no se acepta la reconducción? Como ocurre hoy con Bolivia, para quienes no poseen la nacionalidad de ese país.
-Por ley la autoridad que tiene la misión la reconducción es la Policía de Investigaciones. Ellos son los que están mandatados a hacer la reconducción, y lo que hace la fuerza militar en este caso es ponerlo a disposición de las policías: de Carabineros o la PDI para que ellos cumplan ese proceso. Ahora en el escenario que usted me plantea, que alguna patrulla se encuentre con algún migrante ilegal en una zona aislada, lo primero es identificarlo. Para eso estamos mandatados hoy a hacer control de identidad, registro y retención. Pero yo diría que lo principal es brindarle protección o ayuda humanitaria por las condiciones de ese migrante mientras lo ponemos a disposición de las policías. Eso derivado de lo que hablábamos anteriormente, sobre el escenario hostil en esta zona.
Desde el inicio de esta intensificación de las labores de control en fronteras ¿se han registrado detenciones o han advertido movimientos sospechosos?
-No hemos tenido situaciones graves, en el sentido de reportar alguna banda o que haya habido alguna interacción más grave con éstas. Sí hemos detectado movimientos, pero lo importante es que no han ingresado a territorio nacional. Eso es lo positivo, y eso también marca que hasta el día de hoy como hablábamos desde un principio, esta zona tiene una condición diferente a lo que la pasa en la Primera Región. Desde el sábado pasado en que estamos operando no hemos registrado detenciones.
¿A que se refiere con movimientos advertidos en frontera?
-Lo que pasa es que las unidades militares trabajamos 24 horas. Hacemos patrullajes, tanto diurnos como nocturnos. En ese sentido, en forma nocturna el Ejército está colocando todos los medios tecnológicos disponibles que tenemos, y con eso podemos detectar movimientos en forma nocturna. Entonces, lo que ha ocurrido, y lo que también ocurría cuando operábamos con el Decreto 265, es que las unidades detectan movimientos cercanos a la frontera, pero no se produce el ingreso al país. O muchas veces lo que ocurre, tal como pasa en la Primera Región, al ver la presencia militar o policial se devuelven o huyen.
"No hemos tenido situaciones graves, en el sentido de reportar alguna banda o que haya habido alguna interacción más grave con éstas". "La otra amenaza grande que tiene esta zona, es el tráfico de ilícitos. Para eso hemos estado haciendo un trabajo coordinado con las policías: con Carabineros y PDI".