Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Espectáculos
  • Clasificados
  • Servicios
  • Cartelera y Tv
  • Deportes
  • Contraportada

Cerca de 50 Científicos, entre ellos maisa Rojas, advierten que emisiones de efecto invernadero están "en su punto más alto"

E-mail Compartir

El calentamiento global provocado por el hombre sigue aumentando a un "ritmo sin precedentes" porque las emisiones de efecto invernadero están "en su punto más alto" de la historia, advirtió un equipo de medio centenar de científicos.

El artículo con los resultados obtenidos se ha publicado en la revista Earth System Science Data, donde los científicos, entre ellos la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, o el director del Instituto de Física de Cantabria, España, José Manuel Gutiérrez, revelan cómo han cambiado los indicadores clave del clima desde la publicación del informe de la Sexta Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en 2021.

El proyecto de "Indicadores del Cambio Climático Global" está coordinado por el profesor Piers Forster, director del Priestley Centre for Climate Futures de Leeds, que ve esta década "crítica para el cambio climático".

Forster afirmó que los índices de calentamiento están "en un máximo a largo plazo" debido a que los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero son "los más altos de la historia", con una actividad humana equivalente a 54 gigatoneladas de dióxido de carbono liberadas a la atmósfera de media cada año.

Sin embargo, según se desprende del estudio, del que informó la Universidad de Cantabria, hay pruebas de que el ritmo de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero ha disminuido.

El calentamiento inducido por el hombre, causado en gran medida por la quema de combustibles fósiles, alcanzó una media de 1,14 grados en la última década (2013-2022), por encima de los niveles preindustriales. Se trata de una cifra superior a los 1,07 grados registrados entre 2010 y 2019, por lo que crece a un ritmo de más de 0,2ºC por década.

Se redujo de forma positiva la quema de carbón, pero tuvo un costo negativo a corto plazo, porque ha contribuido al calentamiento global al reducir la contaminación por partículas en el aire, que tiene un efecto refrigerante.

Presupuesto de carbono

En el trabajo también se pone de manifiesto la disminución del presupuesto de carbono restante, que es una estimación de la cantidad de carbono que puede liberarse a la atmósfera para tener posibilidades de mantener el aumento de la temperatura global dentro de 1,5 grados.

En 2020, el IPCC calculó que el presupuesto de carbono restante era de unas 500 gigatoneladas de dióxido de carbono.

A principios de 2023, la cifra era cerca de la mitad por la combinación de emisiones continuadas desde 2020 y por la actualización de las estimaciones del calentamiento provocado por el hombre.

"Si no queremos que el objetivo de 1,5 grados se aleje por el retrovisor, el mundo debe trabajar mucho más y con urgencia para reducir las emisiones", apostilló Forster.

La ministra Maisa Rojas, que firma este estudio, ve "fundamental" una actualización anual de los indicadores del cambio climático y aboga por situarlo "en lo más alto de las agendas".

Eliminar las bolsas de plástico, pero sin "demonizar" el material, desafío del reciclaje

DÍA MUNDIAL. Este material tuvo incluso desde su origen una finalidad ecológica. Ahora países como Irlanda trabajan para educar a la población y cumplir metas ambiciosas.
E-mail Compartir

Efe

Eliminar las muy contaminantes bolsas de plástico de un solo uso, pero sin "demonizar" un material con muchas virtudes, es uno de los principales desafíos del reciclaje, explicaron varios especialistas en el Día internacional libre de bolsas de plástico que se conmemoró ayer.

Algunos estudios consultados por Efe indican que cada persona gasta en promedio 230 bolsas plásticas al año, lo que equivale a más de 500 billones a nivel mundial y ya proporciona cierta perspectiva de la situación, pero el problema más grave lo representan los fragmentos minúsculos o microplásticos en los que terminan por descomponerse y que llegan a los océanos para incorporarse a la cadena trófica, primero en las especies marinas y más tarde en la humana.

Hoy existen en torno a 51 billones de este tipo de partículas en mares y océanos y en los dos primeros decenios del siglo XXI "se ha fabricado la mitad de todo el plástico elaborado en la historia de la humanidad", según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Desde su origen

Las bolsas de plástico surgieron como alternativa barata y, paradójicamente, ecológica, en los años cincuenta del siglo XX y, tal y como las conocemos ahora, fueron diseñadas por el ingeniero sueco Sten Gustaf Thulin, quien creó una bolsa de polietilieno de pieza única para una compañía de embalaje de Suecia, Celloplast, que patentó el invento en 1965.

Thulin quería que cada bolsa fuera reutilizada durante mucho tiempo, pero la lógica ultracapitalista anglosajona impuso la filosofía de usar y tirar, lo que terminó por generar el actual problema de residuos.

"En aquella época, en el mundo apenas se fabricaban dos millones de toneladas de este material, que, pensado para durar cientos de años, podría haber seguido siendo una solución sostenible, ya que es maravilloso: moldeable, resistente, duradero, ligero y económico" dijo la periodista y activista Ana de Santos Gilsanz.

12 minutos de vida útil

Por ello, "no debemos demonizar el plástico en sí, sino replantearnos el uso que hacemos de él", ya que "estamos utilizando un material prácticamente indestructible para fabricar objetos con una vida útil de pocos minutos", recalcó.

De hecho, apenas 12 minutos, precisó Julio Barea, responsable de campañas de Consumo y Biodiversidad de la organización ambientalista Greenpeace, quien indicó que "entre que la compras, la llevas a casa y dejas de necesitarla, su vida útil se reduce a esos pocos minutos" a los que siguen decenios de degradación.

Esa degradación "no quiere decir que se desintegre, desaparezca o se biocomposte, sino que se rompe en trocitos cada vez más pequeños que, al final, contaminan la cadena trófica, las aguas, las tierras", advirtió, y "no hablamos de una o dos bolsas, sino de miles de millones que se fabrican y se tiran cada año en el mundo, lo cual es una barbaridad".

Por eso Barea es partidario de eliminarlas directamente, lo que considera que "no sería un gran trauma, puesto que nuestras abuelas nunca utilizaron las bolsas de plástico para hacer la compra" y, ante las opciones reutilizables disponibles a día de hoy, "en dos semanas a nadie se le ocurriría ir al supermercado sin su bolsa".

Para Tomás Gómez Franco, profesor de la Universidad Internacional de Valencia, España, su país, que genera "más de 120 toneladas de plástico diarios", lo que considera un retraso con respecto otros.

"Una cosa que no se ha dicho lo suficiente es que para el año 2050 tenemos un mandato que implica cambiar nuestra forma de consumo, nuestra forma de producción, para ir hacia la economía circular", subrayó Gómez.

Aunque "cualquier medida restrictiva o impositiva a la gente le cae mal", sugirió tomar como ejemplo a Irlanda que garantizó "una reducción del 90% del consumo de residuos" gracias a la sensibilización de su población.

Nueva Zelanda, un país a la vanguardia

E-mail Compartir

Nueva Zelanda, que este fin de semana se convirtió en el primer país en prohibir la venta de las "bolsas finas" de plástico, está a la vanguardia en la lucha contra el uso de este material contaminante. junto con ser uno de los países donde hay menos bolsas desechables tras una campaña contra productos de plástico que comenzó en 2019, ahora las autoridades prohibieron el uso de las bolsas finas de plástico, que se usan para pesar la fruta y la verdura, así como los platos y cubiertos de este material, las pajitas de plástico y las etiquetas pegadas en los alimentos frescos. Los supermercados y otras tiendas ofrecerán bolsas de papel o reutilizables.