Nuestro país es tremendamente diverso social y culturalmente: según datos oficiales, una de cada cinco personas en Chile vive con una discapacidad; casi un 13% pertenece a alguno de los pueblos indígenas; alrededor del 8% es inmigrante. Además, de acuerdo a nuestro estudio Orgullo LGBT+ 20234, un 10% de los adultos en Chile pertenece a esta comunidad.
Sin embargo, ¿es Chile un país inclusivo? ¿Qué piensan los chilenos y chilenas sobre este tema? ¿Y qué rol pueden jugar las empresas?
En el caso de la migración, por ejemplo, el 97% de los chilenos dice haber tenido contacto con inmigrantes en el último mes. El 61% califica su experiencia con personas migrantes como buena o muy buena, mientras que sólo un 14% la consideró mala. Además, dos de cada tres chilenos (68%) están de acuerdo en que migrar es un derecho humano de toda persona.
Sin embargo, cuando preguntamos si el Estado debe asegurar el acceso de migrantes a la educación y la salud, el apoyo disminuye a un 41%. Más aún, 84% piensa que la actual crisis de seguridad pública está asociada al fenómeno migrante, y un 36% cree que esto aplica para toda la migración, no sólo la ilegal. Este estigma supone un desafío para las organizaciones que cuentan con inmigrantes entre sus clientes, usuarios y colaboradores.
Otro ejemplo es el caso de las diversidades sexo-genéricas. Como ya mencioné, el 10% de los adultos chilenos pertenece a la comunidad LGBT+. El 61% en Chile dice tener un amigo, familiar o colega homosexual, 29% bisexual, y 15% dice conocer a alguien transgénero. Cuatro de cada cinco (82%) están de acuerdo con que las parejas del mismo sexo puedan casarse o tener reconocimiento legal, y dos tercios (65%) creen que deben tener derecho a la adopción.
Sin embargo, un 79% piensa que las personas transgénero enfrentan discriminación en Chile. Más aún, un 14% opina que las personas transgénero no deben estar protegidas de la discriminación. Además, uno de cada cuatro chilenos (27%) piensa que las parejas del mismo sexo tienen menos probabilidades de criar exitosamente a sus hijos.
En definitiva, Chile es un país diverso y con algunos avances en inclusión. Sin embargo, aún hay grandes espacios de crecimiento, y es ahí donde las organizaciones tenemos un rol y un desafío. ¿Nos estamos haciendo cargo de la diversidad humana en nuestra estructura organizacional? ¿En nuestros productos y servicios? ¿En nuestras comunicaciones y campañas publicitarias? Son preguntas que tendremos que responder para seguir creciendo en un contexto cada vez más desafiante.