"Mecánica de la escritura"
LETRAS. Un manual creado por el autor de "Hijo de ladrón" para estudiantes es editado por primera vez en Chile bajo el título "Mecánica de la escritura", donde Rojas arma y rearma textos.
Una de las más recordadas escenas creadas por la pluma de Manuel Rojas narra el volcamiento de un trolley en Valparaíso por una protesta debido al precio del pasaje. Así de actual continúa leyéndose "Hijo de ladrón", novela publicada a mediados del siglo pasado que marca la forma de contar Chile durante décadas. El autor, además, publicó numerosos cuentos -entre ellos "El vaso de leche", lectura obligatoria en el colegio-, junto con dar cátedra en la Universidad Central de Venezuela, donde armó para los estudiantes de periodismo el manual "Apuntes sobre la expresión escrita", reeditado ahora como "Mecánica de la escritura", por Carbón Libros, editorial independiente creada en Arica.
"Siempre he pensado que hay un gran vacío, porque todo el proceso educativo está concentrado en la comprensión de lectura para pruebas como la PSU y el Simce, donde la producción escrita es como el pariente pobre de los ejes de las habilidades y destrezas de la escuela: no se ejercita, no se desarrolla y eso queda de manifiesto cuando los estudiantes entran a la universidad", explica uno de los editores del manual, el profesor Roberto Contreras, quien participó de la revisión del texto hecho por Rojas en Caracas y lo complementó con una versión del archivo de la Universidad Católica, para dar un vuelo más literario a la obra, y sumar la plaquette "La creación en el trabajo".
Rojas, dice Contreras, es consciente de que la lectura "te va a desarrollar de un modo que te va a poner en una ventaja social, él es autodidacta y considera que leer y escribir van juntos", por esto el Premio Nacional de Literatura da notables ejemplos a sus alumnos, del tipo "la coma no es un adorno. Tiene funciones definidas y parece decir: 'Lo que sigue después de mí es algo diferente de lo que está delante de mí o puede ser una explicación de lo que está antes de mí, es lo contrario o es la causa o la consecuencia de que se acaba de leer'".
Con la fuerza de un signo gramatical, Rojas relata "sus vivencias y logra traspasar en su literatura que, en la lectura de los clásicos, de los grandes autores, uno puede indagar cómo enfrentan la realidad, cómo trabajan con el lenguaje", afirma Contreras y el creador del joven que atraviesa a pie Los Andes señala que narrar es "una lucha del escritor con el lenguaje", donde la historia "exige un lenguaje adecuado a ella, negándose a aceptar cualquier otro. Miremos trabajar a un escritor: escribe un trozo, un párrafo o un capítulo. Vuelve sobre él, lo lee y empieza a corregir y lo corrige una vez y otra vez y diez veces".
El autor publicó "Hijo de ladrón" pasados los 50 años, hecho que el editor de "Mecánica de la escritura" interpreta como la necesidad de contar con "la experiencia vital de enfrentar tus contradicciones. Yo creo que un autor que se enfrenta al mundo con una sola verdad, que no es otra que su realidad, es difícil que logre hacer una obra. (…) Con Roberto Bolaño ('2666') te dan ganas de escribir, igual que con Rojas y Carlos Droguett ('Patas de perro')".
Esa simplicidad es súper difícil de lograr.
-Es difícil porque es lo que te está pasando como lector, pero no como escritor. En ese sentido borgeano uno siente un tremendo placer por la lectura, pero un tremendo placer por la escritura no se logra de la manera inmediata que pasa como lector: ese camino es el que propone Manuel Rojas en este libro para escribir, encontrar algunas pistas y ejercicios, incluso, donde descompone textos como "Punta de rieles" y sale una nueva versión, porque hacía continuas reescrituras, "Hijo de ladrón" tiene varias ediciones con cláusulas.
Hay teóricos que sostienen que una de las cosas más grandes que puede hacer hoy un escritor es romper el lenguaje. ¿Qué piensas que falta por quebrar? Porque con Nicanor Parra ("Poemas y antipoemas") se comienza a escribir como se habla en la calle.
-Creo que la riqueza lingüística del castellano, del español que hablamos en Chile, que nos distingue bastante de los otros lugares donde se habla el idioma, está en su fonética, su construcción; "composición", diría Rojas, pero también tiene una dimensión semántica que tiene que ver con el lenguaje figurado, expresiones que usamos, refranes, analogías, metáforas, las que forman un camino que seguimos explorando, integrando y se sigue permeando con la experiencia migratoria también. Droguett es un autor profundamente anclado en el lenguaje y dice que se mueve por él como "por alambres de púas", porque en definitiva qué hago, hacia dónde me desplazo, cómo corro el cerco del lenguaje para llegar a zonas donde tiene que ser interpretado, analizado y empleado para nombrar cosas que no se quieren nombrar.
En la plaquette "La creación en el trabajo", que viene junto a "Mecánica…", presentan a Rojas como un "obrero de la palabra", lo que se puede ver desde su ideología. ¿Cómo vería hoy la irrupción de la inteligencia artificial (IA)?
-Él planteaba la dimensión humana del lenguaje, de la vida y cómo eso hacía sentido. En el ensayo dice "la creación es colectiva": justamente no tiene nada que ver con la IA, donde es el programador o quien pide al sistema que ordene y ofrezca algo, la posibilidad creativa o de producción no se relaciona con lo que Rojas planteaba, que es el sujeto colectivo de la creación. Rojas está más cerca de hacer serigrafía en este momento o pegar stencils, porque es un agitador también, lo veo así, no supeditaría su trabajo creativo a una máquina con IA, la inteligencia de Rojas no es artificial, es profundamente material y materialista.
Pero le quedaría más tiempo para escribir al programar la máquina para tareas tediosas.
-Claro, más tiempo para trabajar en carpintería sobre su mesón y leerles a sus hijos, recuerda Paz Rojas en sus memorias, incluso a expensas de no ayudarlos a hacer las tareas. Les leía a Thomas Mann ("La montaña mágica"), William Faulkner, Oscar Wilde, o sea lo que él estaba leyendo. Y después de trabajar cuatro o cinco horas en la escritura o correcciones, se iba a su taller de carpintería que tenía atrás en la casa, entonces es un sujeto profundamente anclado con el trabajo obrero, el trabajo con las manos, con una plena consciencia de la materialidad que todo tiene, como la palabra, la tabla, etcétera.
arnold van de laar, es médico del hospital de slotervaart de amsterdam, y escritor de "el arte del bisturí".
Manuel Rojas
Carbón Libros
172 páginas
$16 mil