La tragedia que enfrenta la joven hincha de Cobreloa Dahery Escobar (22), quien recibió el golpe de una pantalla gigante que se desplomó mientras presenciaba un partido en el Estadio Zorros del Desierto, obliga a que este tipo de actividades deban realizarse bajo estrictas normas de seguridad. No es posible que una estructura ceda y caiga sobre espectadores, quienes confían que están libres de este tipo de accidentes.

Es claro que nadie esperaba que lo que diseñado como una fiesta deportiva terminara en esas circunstancias, pero la pregunta es si se cumplieron con todos los protocolos para que eso no ocurriera. La investigación policial, el sumario instruido por el municipio y posteriores indagaciones servirán para esclarecer las razones de lo ocurrido.

El análisis preliminar es que hubo falta de prevención. De otro modo no se entiende que estructuras diseñadas para estos fines colapsen inesperadamente sobre los espectadores y porque se puso a personas bajo ese riesgo.

En este tipo de eventos masivos hay una serie de protocolos que deben cumplirse y que, precisamente, tienden a resguardar la integridad física de los asistentes. En este caso, según confirmó la delegación provincial El Loa, no hubo un requerimiento necesario de autorización. Gran detalle que pesará en la investigación final.

Esta solicitud no es una mera formalidad, porque junto con exigir una serie de medidas -similares a las de partidos de fútbol-, también pide la presentación de informes de otros servicios intervinientes para cada evento.

Por ende saltarse esa obligación ya es una falta u omisión grave que deberá ser respondida en las instancias correspondientes.

Son situaciones que deben aclararse y deslindar responsabilidades, pero más allá de ello tiene que servir de experiencia para que no ocurran accidentes que en la práctica se pueden prever. No se puede truncar otra joven vida por falta de prevención.

La industria de hidrógeno verde se caracteriza por una dinámica impresionante, con más de 1.400 proyectos anunciados a nivel mundial y una proyección de inversiones que supera los 320 mil millones dólares.

La Unión Europea planea importar 10 millones de toneladas de hidrógeno verde al año a partir de 2030. En nuestra región, la nueva fuente de energía es clave no solo para futuras exportaciones, sino también para la descarbonización de la minería. En este contexto, las grandes empresas mineras, corporaciones de la industria química como Air Liquide y el productor de explosivos Enaex están desarrollando proyectos piloto.

No obstante, el sector enfrenta incertidumbres. El último informe de La Agencia Internacional de la Energía sobre el hidrógeno verde revela que el 94% de los proyectos a nivel global solo existen en papel, sin perspectivas claras de concretarse. Mientras que se anuncian más y más proyectos, las capacidades productivas no aumentan.

Más allá de los considerables costos asociados a los proyectos a escala comercial, la industria sufre de la falta de compromisos de compra. En el caso de Chile, aún no se ha consolidado un mercado para la producción prevista. En cuanto a las exportaciones, existen barreras técnicas significativas, especialmente en el transporte marítimo libre de emisiones de dióxido de carbono. La certificación de la neutralidad de carbono y los requerimientos correspondientes aún están por definirse.

Muchas aplicaciones que se han considerado en los últimos años - también en la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde - no son competitivas. Los analistas internacionales se refieren al modelo de una "escalera" del hidrógeno verde, donde los primeros peldaños representan las aplicaciones competitivas y, por ende, probables. Esto incluye la sustitución del hidrógeno producido con energías fósiles para la producción de fertilizantes y la refinación de petróleo. El uso en la producción de acero y, a largo plazo, como base de combustibles de aviones parece factible. Sin embargo, usar hidrógeno verde para la calefacción de viviendas, generación de electricidad o en el transporte urbano, no se justifica porque la electromovilidad y la generación directa de electricidad por fuentes renovables son soluciones más económicas.

En este contexto, es importante tener cuidado con el optimismo que marca el discurso por actores políticos, asociaciones industriales y otros. Aunque la industria de hidrógeno verde ofrece significativas oportunidades para la descarbonización y diversificación industrial de Antofagasta, todavía está lejos de ser una realidad.