Estamos viviendo momentos históricos para Chile y nuestra provincia de El Loa. El pasado 12 de abril comenzaron las transferencias de fondos del Royalty Minero, son más de $93 mil millones que beneficiarán a 307 comunas de nuestro país y beneficiarán a más de 12 millones de chilenas y chilenos.
Cada municipio tendrá a disposición estos recursos y se espera la construcción de plazas, áreas verdes, mejoramientos de calles, implementación en materia de seguridad y prevención, fortalecer y ampliar servicios de salud y educación, financiar diversos proyectos en los ámbitos más variados de cada territorio según su necesidad.
Para nuestra provincia es realmente histórico lograr impulsar la distribución de estos recursos, posicionando a Calama como la comuna con el mayor aporte del país, traduciéndose para este año en $2.163.944.957 millones, le sigue San Pedro de Atacama con $393.507.266 millones y Ollagüe con $343.661.390 millones. Esto se trata de uno de los mayores impulsos del Estado a las finanzas subnacionales desde el retorno a la democracia en 1990 y un paso adelante desde el punto de vista de la descentralización y se debe considerar que para el año 2025 estos recursos serán el doble.
Es bueno recordar que este importante avance se produjo luego de un prolongado debate que atravesó varios gobiernos. En algunas ocasiones se logró avanzar en impuestos a la minería, pero nunca hubo acuerdo para que esta actividad contribuyera en proporción a la explotación efectiva de recursos por cada territorio.
"Con el Royalty tendremos un Estado más fuerte a nivel subnacional gracias a la mayor tributación del sector minero, pero lejos de perder competitividad e inversión las hemos aumentado", comentaba la ministra del Interior Carolina Tohá a un diario nacional, a eso quiero sumarle un dato, desde que el proyecto se aprobó, en mayo de 2023, la inversión minera privada proyectada hasta el 2027 se triplicó, pasando de 8.000 millones de dólares, a casi 22.000 millones de dólares. A nivel internacional lo hecho en Chile en materia de royalty es comentado y lejos de considerarse un retroceso en términos de competitividad se aplaude que el país haya cerrado con amplios acuerdos un debate prolongado.
Del mismo modo, quiero destacar algo dicho por el ministro Mario Marcel. "Hoy día hay muchas iniciativas legislativas que todavía están esperando en el Congreso. Llevamos mucho tiempo discutiendo la reforma previsional, mucho tiempo discutiendo los temas tributarios. Inspirémonos en la experiencia del royalty, en la cual todos salimos ganando".
Y desde aquí me sumo a lo que indicó el ministro, como gobierno nos proponemos a trabajar con esta misma receta en otros campos: el pacto fiscal, reforma previsional, y la agenda de seguridad. La experiencia del royalty demuestra que nuestro sistema político, pese a su evidente necesidad de reforma, es capaz de producir soluciones que cumplen con todos los requisitos para que Chile avance. Aprendamos de estas experiencias y creo fielmente que nos encontramos la receta para una buena política.
Sirviendo
"Para espantar la tristeza duermo", reza uno de los versos de "Tarde en el hospital" del poeta, escritor y periodista chileno Carlos Pezoa Véliz, fallecido un 21 de abril de 1908. No vivió más de 28 años, su vida no fue fácil; a su corta edad, la tuberculosis se lo llevó de este mundo. Leí este poema de niño, y con el tiempo he llegado a entender la profunda tristeza, soledad y angustia que sufrió el poeta. Producto de un terremoto en Valparaíso, un derrumbe afectó gravemente sus piernas, permaneciendo largos períodos en el hospital de la región.
Al recordar al poeta, no puedo evitar un escalofrío que llena el alma. Imaginar a un enfermo en completa soledad, tristeza y angustia… "Entonces, muerto de angustia…" es otro de sus versos. Resulta desgarrador el estado de tristeza que puede llevar a un enfermo en la soledad de un cuarto de hospital. Nuestro Padre Dios nos manda a amar a nuestro prójimo en toda circunstancia, amando al enfermo, al que está preso, atendiendo al necesitado. En una sociedad cada vez más individualista, el egoísmo aumenta a pasos agigantados. En un mundo por el cual Cristo Jesús murió y resucitó, la vulnerabilidad es cada día más patente. El Apóstol San Pablo en su carta a la iglesia en Corinto, les expresa claramente que: "Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte." (2 Cor.7:10) Para que esto no suceda Dios envía a sus discípulos para que la tristeza del mundo no siga torturando y matando. El Apóstol, insta en su carta a los hebreos: "Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo." (Heb.13:3) Como si nosotros mismos estuviéramos en el cuerpo de aquel que está preso, del enfermo, del maltratado, haciéndonos uno con el que sufre; así como Cristo lleva a la cruz, por la fe a todo aquel que cree en su nombre, así en la iglesia debemos caminar donde el Santo espíritu nos lleve, acercando el reino de Dios a todo aquel que vive en la tristeza oscura del que lo ignora.
La tristeza que es según Dios no produce culpa, ni condenación; no produce depresión ni pánico, e incluso la soledad es distinta, por las convicciones que el Espíritu Santo desarrolla en el espíritu y alma del creyente; él nunca lleva a sentir depresión ni miedo, sino arrepentimiento desde lo más profundo del corazón humano. No hay servicio semejante que se compare al asignado por Jesús a su Iglesia, el rol de servir sin distingo de raza, cultura, educación o posición social. El servicio es el fruto del amor al prójimo que lleva a la salvación y redención. Porque Dios así lo quiso, así su iglesia lo quiere, amándonos y cuidándonos, Dios así lo quiere.