La Cámara de Diputados rechazó ayer las mociones de censura presentadas por los partidos Republicano y Social Cristiano contra la mesa elegida apenas siete días antes y que quedó encabezada por Karol Cariola (PC) como presidenta, Gaspar Rivas (expulsado del PDG) como primer vicepresidente y Eric Aedo (DC) como segundo vicepresidente.

La acción que buscaba la destitución de la testera recibió 69 votos a favor, 76 en contra y siete abstenciones tras haber sido presentada cuando las nuevas autoridades no habían cumplido 24 horas en sus cargos: los partidos recurrentes calificaron como "intervencionismo" del Gobierno la elección, luego de que el diputado Rivas declarara que el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde, le había ofrecido una vicepresidencia a cambio de su voto en favor de Cariola para que liderara la Cámara. Después, el legislador se desdijo.

Ese voto fue decisivo en su oportunidad porque Cariola ganó la elección por 76 votos contra 75 de la candidata opositora, Joanna Pérez (Demócratas).

Acusaciones

Durante la presentación de argumentos a favor de la moción expusieron Sara Concha (PSC) y Stephan Schubert (Republicanos). Ambos basaron sus planteamientos en las palabras de Rivas respecto al ofrecimiento del cargo a cambio de su voto.

"Es sumamente importante que tanto la presidenta de la mesa como los vicepresidentes están obligados a respetar la Constitución política, como juraron al asumir como parlamentarios. No es irrelevante que el primer vicepresidente declare públicamente que la actual mesa fue elegida con la intervención del Gobierno, en la persona del ministro Elizalde, lo que atenta contra el estado de derecho de nuestro país", expresó Concha.

"¿Cómo podemos confiar si la directiva actual va a garantizar independencia si llegó al poder con negociaciones del Gobierno?", se preguntó la legisladora, quien añadió que "esta conducta responde a lo que hacen regímenes totalitarios".

Sus palabras fueron secundadas por Schubert, quien dijo que el supuesto ofrecimiento de Elizalde a Rivas "afecta la probidad pública que debemos respetar y defender. Resulta fundamental contar con un órgano que le haga contrapeso al Gobierno. No debe quedar impune lo ocurrido hace una semana (...) La configuración de la actual mesa está totalmente viciada.

Defensa

Ejercieron la defensa de la mesa los diputados Raúl Leiva (PS) y Alberto Undurraga (DC). El primero planteó que "como representantes del pueblo estamos llamados a defender y preservar la democracia de acuerdo a las normas que hemos asumido. La censura se establece para castigar la conducta de la mesa y esta mesa no ha cometido conducta alguna censurable. Y para acusar la conducta de un ministro existen la interpelación, las comisiones investigadoras; no la censura a la mesa".

Mientras que el presidente de la DC reconoció la urgencia de reformar el sistema político para evitar la fragmentación, pero argumentó que "la fragilidad del sistema político no puede ser excusa para cuestionar los procesos democráticos. Además de que los involucrados niegan la acción de ministro Elizalde, si hubo acción del Gobierno no se puede hacer pagar a la mesa".

Luego la votación ratificó a la testera de Cariola y la Sala retomó su trabajo legislativo.

Reacciones

Tras la votación, la diputada Camila Flores (RN) dijo: "Sabíamos que era prácticamente imposible ganar la censura a la mesa de la Cámara. Le transmitimos también al Partido Republicano, al Partido Social Cristiano, que era una mala estrategia y que era un mal momento. Bueno, ellos se apresuraron y lo hicieron igualmente y al final se terminó perdiendo la censura. Yo, por supuesto que la voté a favor. Creo que argumentos hay de sobra, pero muchas veces estas censuras no se mueven por los argumentos jurídicos, sino que más bien por razones políticas".

Desde el oficialismo, el presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, declaró en su cuenta de X que "no pasó ni una semana para que el fanatismo de Republicanos y el Partido Social Cristiano siga haciéndonos perder el tiempo, esta vez porque no les gustó el resultado de la elección de la semana pasada. Este es el tipo de cosas que sólo alejan la política de la realidad de los chilenos".

Un nuevo capítulo se escribió ayer en la polémica que se generó a causa del partido de futbolito en el que jugó el ministro de Economía, Nicolás Grau, mientras al mismo tiempo se desarrollaba la cena del encuentro minero Cesco Week 2024, a la que estaba invitado.

Ante las primeras críticas, el titular de Economía dijo que había concurrido a la inauguración del evento y explicó que la cena aludida comenzaba a las 18:30 y que él volvió desde el Congreso a las 19:15, tras lo cual fue a "cumplir deberes con mis hijos" y pasadas las 21 horas, cuando los niños dormían, fue a jugar.

Ayer en T13 Radio insistió en que "en rigor, no es que esta 'pichanga' me alejó de algo, como dije yo públicamente, lo que ocurrió acá es que Cesco, que es por supuesto un encuentro muy importante de la minería, tiene distintos hitos y lo que yo hice fue ir a la inauguración".

Además enfatizó en que "había avisado hace mucho tiempo que no iba a participar en la cena, porque iba el Presidente (Gabriel Boric) con un conjunto de ministros que ya estaba definido. Entonces, creo que acá se hizo una polémica un poco artificial. Por supuesto que he conversado con la minera, he conversado más con el equipo directivo de Cesco, y nadie piensa que esto fue un problema, estaba todo avisado, y creo que se mezclaron cosas".

Sin embargo, desde la UDI se mantuvieron las críticas hacia el secretario de Estado. Los diputados Felipe Donoso y Flor Weisse afirmaron que Grau "debería guardar silencio y reconocer que entre el fútbol y la pega, prefirió jugar fútbol".

Los legisladores añadieron que el titular de Economía "sigue cometiendo errores no forzados. La polémica no fue artificial; fue y es absolutamente real y provocada por una imprudencia temeraria. Demostró una falta de conexión con la realidad, de su deber de compromiso ya no sólo con su Presidente, sino que con la situación económica que vive el país".