"El radar no sólo sirve para el aeródromo El Loa, sino que para todo el espacio aéreo de la región"
Recientemente la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) inauguró la primera estación radar de control de tráfico aéreo alimentada por energía solar: Barros Arana. Tecnología desarrollada por la multinacional francesa Thales que ya opera, brindando información de las operaciones aéreas, civiles y militares, al aeródromo El Loa.
Sobre esta iniciativa se refirió el director general de Thales para el Cono Sur, Wellington Rodrígues, compañía que cuenta con 1.100 radares de tráfico aéreo desplegados en el mundo. Estación que no sólo será de utilidad en Calama, pues resolverá las necesidades del Centro de Control de Iquique y del Centro de Control de Aproximación de Antofagasta.
¿Cómo surge la sociedad con la DGCA?
-Tenemos una presencia de 55 años en el país y la DGAC siempre ha sido nuestro aliado estratégico en el desarrollo de varios proyectos en el país. Tenemos cerca del 75% de los radares de control de tráfico aéreo, de modo que tenemos una historia de cooperación desde hace muchos años.
Cuando la DGAC comenzó a mirar el desafío de desarrollar una solución de radar para el control del espacio aéreo de Calama, nosotros participamos del proceso licitatorio para colaborar con la DGAC y traer una solución innovadora, sostenible que resultó en el hecho que tenemos hoy.
La estación ya está operativa, firmamos el contrato el 31 de diciembre de 2021 y después de 18 meses, en junio de 2022, pusimos la estación en funcionamiento para la etapa de testeo, que duró hasta diciembre de 2023, cuando se la entregamos definitivamente a la DGAC, que es la primera alimentada 100% por paneles solares fotovoltaicos del mundo.
¿Qué cobertura alcanza el radar?
-La estación de radar está compuesta por un radar primario y otro secundario. El radar primario es uno más activo que envía mensajes a los aviones y recibe de vuelta su información de posición, independiente de si el avión es colaborativo o no. El radar secundario es más pasivo, porque envía la información al avión, pero sólo recibe si el avión le envía de vuelta.
Esos dos radares operan conjuntamente. El radar primario tiene una cobertura 150 de millas náuticas (278 kilómetros) y el secundario de 260 millas náuticas (481 kilómetros), o sea que cubre todo el espacio aéreo de la región, de manera que sirve no solamente para el aeródromo El Loa, sino que todo el espacio aéreo de la región, los más de 60 vuelos que aterrizan en el aeródromo El Loa y los que pasan hacia Argentina son controlados por este radar.
¿Estos equipos son un salto tecnológico?
-Lo que traemos para estos proyectos es siempre lo más moderno, la mejor tecnología de control de espacio aéreo del mundo y hoy vemos mucho el tema de la aviación verde y eso se traduce en el elemento de energía, pero también en la solución técnica que posibilita a los sistemas de control poder direccionar mejores rutas para las aeronaves y hacerlo de manera más eficiente para ahorrar combustible. El radar tiene todas esas capacidades.
¿Cómo se logra esa eficiencia?
-No acortará los tiempos de vuelo, pero los hará más eficientes desde el punto de vista energético, ahorro de combustible, porque muchas veces las rutas, y ahí los sistemas de inteligencia que se utilizan, pueden definir los vientos y el camino más adecuado para que siga el avión.
¿Es efectivamente la primera estación de este tipo que utiliza sólo energía renovable?
-Es la primera y única en el mundo, en este momento, qué es alimentada 100% por energía solar. Acá tenemos 340 paneles solares, que trabajan 12 horas cuando es verano y 10 horas cuando es invierno, recogen la incidencia solar que hay en la región que es muy rica en este tipo de energía, y eso genera un total de 960 kWh para la operación de la estación durante el día. Ese elemento de energía sostenible que tenemos acá, junto a las baterías de litio que tenemos, posibilita que el radar también opere durante la noche, cuando no hay energía solar se hace el traslado, de manera que puede operar las 24 horas, los 365 días al año, garantizando la seguridad de los cielos de la región.
¿Existen planes para replicar esta modalidad en otras zonas?
-Hemos tenido mucho interés en soluciones sostenibles y este es un punto fuerte, traer soluciones cada vez más verdes, inclusivas y seguras, y hay interés de soluciones no solamente con energía solar, también eólica, que se puede utilizar y alimentar una estación de radar de manera sostenible.
Estamos mirando hacia allá cada vez más y el hecho que Chile esté a la vanguardia en esa materia no es porque sí, Chile tiene ya una historia y la hemos construido en conjunto también con soluciones innovadoras, trayendo siempre la vanguardia como lo hacemos hoy en Calama.
¿Cuál fue la inversión involucrada en el proyecto?
-La inversión que hizo la DGAC fue de US$9 millones y estuvimos involucrados, trabajando directamente en el proyecto, 30 personas, y 300 indirectamente, proveedores, para soportar toda la actividad.
La estación es autónoma, controlada desde el centro de control del aeródromo El Loa donde se ve toda la información de seguridad, está concebida, justamente, para el tema de sostenibilidad, para no tener presencia humana, solamente para mantenimiento predictivo, pero funciona de manera autónoma y quien opera la estación de control en el día a día es la DGAC.
Asegura la vigilancia en el norte
La DGAC informó que la estación Barros Arana, en operación, es conformada por un avanzado y eficiente radar de vigilancia primario STAR NG y un radar de vigilancia secundario RSM Modo S. Los que, combinados, aseguran la vigilancia operativa para el control del tráfico aéreo civil. Esta innovación tecnológica sitúa a Chile a la vanguardia de las iniciativas sostenibles dentro de la industria de la aviación civil y permite aumentar significativamente la seguridad y eficiencia de las operaciones aéreas en el norte.
278 km el radar de vigilancia primario STAR NG de la estación tiene una cobertura de 150 de millas náuticas.
481 km el radar de vigilancia secundario RSM Modo S de la estación tiene una cobertura de 260 millas náuticas.
3.500 metros de altitud, en el cerro Barros Arana y a 60 kilómetros al sur de Calama, se emplaza el nuevo radar.