Correo
Situación de riesgo
Haciendo una analogía con el cierre de una farmacia, me imagino que ahora se cerrará el Gobierno, dado que sus ciudadanos se encuentran en un "riesgo grave e inminente" para su integridad y vida.Harry Klenner F.
Hace dos años
Hace dos años la ciudadanía propinó una rotunda y estrepitosa derrota a la propuesta constitucional elaborada por la Convención electa al efecto. La ocasión motiva a reflexionar sobre algunos aspectos de ese fracasado y costoso proceso.
Buena parte de los miembros de esa Convención carecían de atributos y condiciones mínimas para participar en una tarea de esas características, dado que al ánimo revanchista y la ausencia de ideas agregaban la más escalofriante ignorancia. De ahí que terminaran imponiendo un texto que vulneraba principios elementales de cualquier democracia representativa que se respete, y que además, en la práctica, importaba una especie de disolución de la nación chilena en una multiplicidad inorgánica e inconexa de colectividades nacionales improbables, con estatutos privilegiados, autonomía y condiciones especiales de representación política y administrativa.
El texto borraba de un plumazo la igualdad ante la ley, traicionaba el principio mayoritario, violentaba la separación e independencia de poderes del Estado y, claramente, pretendía fundar un país nuevo, como si el nuestro no tuviera una historia nacional de la que enorgullecerse y un rico precipitado de hazañas, enseñanzas, identidad y tradiciones.
Un 62% de la ciudadanía fue capaz de advertir que se trataba de un experimento de ingeniería social y política, inspirado en un conjunto de ideologías de corte colectivista que desprecian a la persona, lo que habría significado la desintegración de Chile, la instalación de un régimen opresivo y el estancamiento económico crónico. Lo que a estas alturas cuesta explicar, después de dos años, es cómo la sociedad chilena, en un momento dado, llegó a estar amenazada por semejante delirio.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Licitación de afiliados antiguos
La propuesta previsional de licitar un stock de afiliados antiguos tiene un error de origen. Y es que no asegura que el costo/rentabilidad para el afiliado sea positivo en el tiempo. Por ejemplo, si un afiliado tiene un saldo obligatorio de $50.000.000, un sueldo bruto de $1.000.000 y un diferencial de comisión de un 1% del sueldo bruto respecto a la AFP más cara, entonces el ahorro en comisión será de $120.000 anuales; pero si la AFP más cara renta un 1% más que la AFP barata, entonces finalmente ese afiliado perderá $380.000 en ese año, perjuicio que podría incrementarse si la AFP barata renta menos que la AFP más cara a lo largo de los años.
Como antecedente, la actual licitación de nuevos afiliados asegura un costo/rentabilidad favorable para los nuevos afiliados, pues parten sin saldo en sus cuentas, además de tener la libertad de elegir otra AFP después de dos años cuando sus saldos son mayores, por lo que es una licitación exitosa a todo evento, a diferencia de la licitación de un stock de afiliados antiguos.
Eduardo Jerez Sanhueza
Huso horario
Mediodía es el instante en el que el sol, en su movimiento aparente, pasa por el meridiano de un lugar en la tierra. De esta manera, al pasar de este a oeste sucesivamente por cada meridiano, va "dejando caer" la hora del mediodía. En nuestras latitudes ello ocurre primero en Sudáfrica, luego en el Atlántico Sur, a continuación en Argentina y finalmente nos toca a nosotros. Más tarde ocurre en Juan Fernández y así el mediodía sigue avanzando hacia la Polinesia.
Para evitar que cada lugar tuviera su propia, única y distinta hora local, a principios del siglo XX los 360° de circunferencia ecuatorial se dividieron convencionalmente en 24 husos de 15° cada uno, dentro de los cuales se determinó como hora común la correspondiente a la de su meridiano central.
El territorio de Chile continental, por su posición y forma, quedó completamente comprendido dentro del huso -5. Sin embargo, por un misterio de la época, cuando adherimos a la convención se adoptó el huso -4, lo que nos dejó el mediodía, el amanecer y el atardecer, ya desfasados una hora respecto del paso del sol por nuestros cielos.
Decretar que en Chile usemos el huso -3, llamado "horario de verano", implica que cuando nuestra hora oficial es las doce del día, el sol aún está sobre el Atlántico, recién llegando a Brasil y a nosotros nos faltan dos horas para el mediodía solar; y cuando el sol está sobre nosotros, es decir, a nuestro mediodía solar, los relojes -por decreto- marcan ya las dos de la tarde. Es por ello que cuando pasamos a horario de verano iniciamos la jornada laboral en oscuridad absoluta.
No es racional pretender torcerle la mano mediante un decreto a la correlación natural entre la hora del reloj y el movimiento de rotación de la tierra. Ignorarlo es comprensible; persistir en ello es contumacia.
Jorge Chubretovich Soffia