Esta semana el Sistema de Evaluación Medio Ambiental (SEA), integrado por los secretarios regionales ministeriales y presidido por el intendente Valentín Volta Valencia, dio luz verde al proyecto de ampliación del Tranque Talabre.

En este sentido quiero ser enfático en que aquello, no es una buena noticia para Calama y su gente y no es que me oponga per se al desarrollo de la minería y sus múltiples beneficios para el país, pero quiero remarcar que de las medidas de mitigación que la misma legislación nos permite son exiguas y no dan cuenta del daño permanente e irremediable que la operación minera industrial ocasiona.

Esas compensaciones no las desecharemos, por cierto, pero insisto no es lo que aspiramos.

Apena, ver que no obstante los múltiples esfuerzos, nos conciben como una zona de sacrificio, pero en ese sentido, queremos que hayan marcos compensatorios que lo hemos dicho en más de una oportunidad.

Hoy día no bastan las compensaciones, no bastan estas respuestas que resultan a veces muy miserables, sino sencillamente leyes que dejen recursos permanentes de la industria minera.

Nosotros lo hemos dicho desde la Asociación de Municipalidades, que la redistribución del impuesto específico a la minería que tal vez debería ser una de las grandes conclusiones, cuestión que muchas veces uno no escucha de los ministros, ni de otras autoridades del nivel central.

Ya es hora que esto cambie, lo hemos dicho a los cuatro vientos, hoy basta una decisión política para entregar una compensación permanente a las comunas productoras como Calama: Redistribuyan el Impuesto Específico a la Minería, con eso ya recibiríamos recursos, millones de dólares que hoy sólo favorecen a universidades y centros de estudio. Queremos dejar de ser una comuna mártir.

Esteban Velásquez,

Alcalde Calama

Potenciar la actividad turística sería una de las alternativas a estudiar para diversificar la matriz económica de la comuna, la que absolutamente es monodependiente de la actividad del cobre. Son 100 años que Calama ha surgido al alero de la actividad minera, con un crecimiento contenido, pero que para bien o para mal ha dinamizado la economía local.

Aún en nuestros tiempos se puede corroborar porque el superciclo del cobre potenció la mayoría de los servicios y el comercio local, el que hoy claramente se ve afectado por su caída y las muestras están a la vista de todos.

Depender sólo de lo que pueda entregar el cobre se ha vuelto riesgoso no sólo para el país también para la microeconomía. Estos embates son los que hoy se sufren ante una brusca baja en el precio del metal rojo en los mercados internacionales.

Según las proyecciones en la zona hay cobre para muchos años más. Incluso se habla al menos de un siglo, pero ello no significa que no se tenga que pensar en desarrollar otra actividad económica y allí el turismo aparece claramente como una sana alternativa.

Hay países, principalmente europeos, que sustentan sus economías en esta actividad ... y con éxito. Y tras décadas están consolidados en lo que es el la actividad y sus servicios de primer nivel.

Si la comuna quiere proyectarse en ese rumbo ya debería empezar a trabajar en los servicios. Una completa cobertura de todos los detalles que se deben brindar a los turistas incluso antes que lleguen a suelo chileno.

San Pedro de Atacama que lleva la delantera en turismo aún no logra consolidar un área de servicios acorde a la cantidad de visitantes, y los grandes hoteles se tienen que transformar en verdaderos operadores para cumplir con las exigencias.

Allí como en Calama es cosa de tiempo, porque bellezas y paisajes naturales existen. Pero en lo inmediato ya se debe pensar en trabajar las condiciones y cómo generamos toda la cadena de servicios.

Si se logra Calama puede transformarse no sólo en un polo minero, también en un polo turístico.