ESAS MANOS...
Manos enguantadas que me atrapan
Giran mis hombros, acomodan mi cráneo
Manos de látex, que traccionan
Manos que hurguetean mis narices
Y succionan el brebaje de mi huida
Manos que me lavan, que me abrigan
Manos que seccionan y separan
Manos enguantadas, firmes y serenas
Manos que me llevan, hacia esos latidos
Que me esperan…
Nacer en Chile implica las mejores expectativas de sobrevida para un recién nacido, por la amplia cobertura en salud, excelentes indicadores sanitarios, la atención profesional del parto y el programa Chile Crece Contigo, con el propósito de acompañar y proteger a este nuevo ser, que abre sus ojos en esta patria y en esta tierra calcinada, de grises variados y fascinantes.
Anualmente, 1700 nuevos calameños nacen en el Hospital Carlos Cisternas, de los cuales un tercio de ellos son de padres inmigrantes, bolivianos, peruanos, ecuatorianos y colombianos, que llegan a esta tierra en busca de mejores condiciones de vida. La mayoría de ellos se incorpora formalmente a la fuerza laboral, siendo motivo de análisis y de disímiles miradas respecto a este fenómeno migratorio, al impacto en la economía, en la competencia por las oportunidades laborales, en su previsión, en las condiciones a veces penosas donde habitan, etc.
Pero este fenómeno, en el aspecto sanitario a nuestra ciudad, le ha brindado la oportunidad de cerrar la histórica brecha de médicos especialistas en el hospital local, en función del proyecto del nuevo establecimiento, incorporando a decenas de profesionales capacitados, de distintas nacionalidades. Ellos por diversos motivos optan por el desarraigo, por la nostalgia de sus padres que quedaron allá, en sus calles lluviosas, agrupándose al sabor de arepas y permanente alegría, en función de una oportunidad, desarrollo profesional, tranquilidad de vida para sus pequeños hijos, tan ajenos al mundo construido o destruido por los grandes, entregando su mejor esfuerzo, su calidez y buen trato con nuestros usuarios, agradecemos su decisión y esperamos que la gran mayoría se aferre a esta tierra donde uno llega y se va llorando.
Patricio Toro,
Director del Hospital Carlos Cisternas