"Cuando se edifica la gente está cambiando espacio público por espacio privado"
Los desafíos que enfrenta la industria de la construcción para el último trimestre del año son varios. Según datos del último Imacon, se cumplieron diez meses de retroceso en la actividad, además de una caída en la construcción de mano de obra.
A raíz de esto, Javier Hurtado, el gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), abordó los problemas que existen en el marco regulatorio de la actividad y el cambio de mentalidad que implica la edificación de nuevas obras. "Tiene que haber una política de planificación urbana que te vaya diciendo cómo tú quieres que sea la ciudad", aseguró.
-El último Imacon positivo fue el de agosto de 2016. ¿Cómo se explican estos diez meses de retroceso?
-Si tú analizas el Imacon la realidad que te está mostrando es que a partir de junio o julio de 2012, donde alcanzó el peak máximo la actividad por sobre el 10%, por varios motivos como la minería y el cambio de Gobierno el Imacom empieza a subir menos. Cada vez menos, menos y menos. En el 2013 se mantiene constante, pero a fines del 2014 empieza a crecer menos otra vez, aunque siempre siendo positivo. A partir de marzo de 2014 fue negativo hasta llegar un peak negativo en junio de ese año. De ahí vino todo el tema del IVA en la construcción y la actividad repuntó hasta más menos marzo del 2016. De ahí se acaba el beneficio del IVA y empieza a decaer nuevamente y ha sido negativa hasta el día de hoy. Si tú miras la curva entera te das cuenta que básicamente es una caída que viene como línea recta hacia abajo desde el 2012. El único elemento que hizo que la actividad se acelerara puntualmente en algún momento fue el IVA. Claramente, lo anómalo en esta curva es durante 2014 y 2015.
-¿Qué influye en esto, el escenario económico de actividad baja u otros factores?
-Lo que más influye son las expectativas bajas y la caída de la inversión. Ese es el tema de fondo. Ya llevamos cuatro años con caída en la inversión y eso se ha reflejado claramente en los números. Piensa que de toda la inversión, el 65% va a la construcción, y si eso cae obviamente lo primero que cae es la construcción.
-En junio, la contratación de mano de obra cae 4,1%. ¿Cómo se proyecta el mercado laboral para lo que resta de año, y qué ha significado para la construcción el tema del trabajo por cuenta propia?
-Ese es un punto muy importante. Si revisas el último Imacon empeoró en un 4,1% y la tasa de desempleo, según la última información del INE, es del 10,3% en la construcción. La actividad cae en un 4,1% y si tú miras lo que está pasando en la actividad, claro ves esa caída de 4,1% pero además el empleo dependiente, el asalariado, cae un 8,7% y lo que crece finalmente es el empleo por cuenta propia, que crece un 6,6%, pero no alcanza a compensar la caída del asalariado. Cuando uno analiza esos mercados, el de empleo independiente y dependiente, son súper distintos. El empleo asalariado se refiere al de empresas constructoras o el de la actividad de la construcción en general. Cuando se construye una obra nueva. Entonces, ¿dónde crece el empleo cuenta propia? Es el típico gallo que se sale de la actividad de la obra y entra a trabajar en la actividad de la mantención, reparación, ampliación y remodelación. Es el típico grupito de trabajadores que tú contratas en tu casa para arreglar el baño, por ejemplo. Ese es otro trabajo distinto y siempre ha coincidido que ante caídas de la actividad construcción, de obras, aumenta la actividad de reparaciones o remodelaciones. Por razones bastante obvias. Tú empiezas a encontrar que la mano de obra es más estable en su precio. En los peak de mucha actividad de la construcción tú empiezas a buscar maestros en la calle para hacer una reparación y no los encuentras porque están todos trabajando en obras. Y cuando la actividad empieza a caer ese maestro se va a trabajar en lo que sabe hacer: pintura, cerámicos, vidriería, carpintería, etcétera. Y se van a trabajar en esas actividades por cuenta propia. Esa es la cuenta propia de la construcción, es un tipo que es maestro y que mientras hay obras le conviene trabajar en ellas porque tiene contrato, sueldo, imposiciones, de todo. Y cuando baja la actividad y hay menos obras se va al mercado de buscar pegas más directas, en reparación o remodelación.
Edificación
-Con respecto a la industria inmobiliaria, se ha hablado mucho de los guetos verticales. Las empresas buscan que sean legales y "legítimos" y se propusieron limitar las alturas, mejorar la información pública de los proyectos, fomentar la participación ciudadana, entre otras medidas. ¿Qué te parece eso? ¿Crees que el marco legal debe ser más coherente?
-Esa es una declaración que hizo básicamente la asociación de desarrolladores inmobiliarios, la ADI, que quiere autorregularse. A mí me parece súper bien la autorregulación, creo que hay muchas materias en las que uno debe hacerlo, muchas más que esas. Pero el tema importante acá es el marco regulatorio. Te pongo un ejemplo. En el caso de un edificio, la altura per sé no es el problema. Si tú percibes eso, estás diciendo que ciudades como Nueva York o Manhattan son inviables. Entonces el problema no es ese, que se regule la altura, sino que tenga un marco coherente de espacio público. La gran discusión ciudadana, la gran discusión que ha tenido el mundo respecto a la edificación tiene que ver con que cuando se edifica la gente está cambiando de alguna forma espacio público por espacio privado. Está diciendo yo voy a vivir en un espacio privado, mi departamento, pero requiero mejor movilidad en el espacio público. Te pongo el ejemplo extremo como es el caso de Nueva York. Ahí la gente vive hacinada en un departamento, se ve hasta en las series, son todos compartidos. Pero en realidad el departamento funcionalmente pasa a ser un lugar donde duermes, tú vida la haces afuera de él. Entonces por eso yo creo que diversificar es la política correcta para compactar ciudades por los temas de transporte, movilidad, ambiente, energía, etc. La compenetración es importante, pero en la medida en que se genere el espacio público necesario. Si tú haces edificios con espacios públicos, van a ser atractivos. Volviendo a Nueva York, tú puedes caminar en muchas partes por dentro de los edificios porque el primer piso es espacio público.
-Lo que buscan las personas que viven en estos edificios es salir de la periferia y acercarse a los servicios. ¿Cómo se enmarcan en eso las propuestas autorregulatorias?
-Exactamente, y es lógico. Por eso creo que si me voy a autorregular en altura estoy socialmente cometiendo un error. Porque lo que tú tienes que regular es que ojalá haya diversificación y, puntualmente, que sí haya altura en algunas partes, pero siempre que generes el espacio público necesario: calles, avenidas, veredas, áreas verdes, etcétera. Que hagan que todo espacio público sea razonable. Yo estoy dispuesto a tener un edificio de 30 pisos pero que tenga una plaza abajo, una buena calle, una vereda ancha. el objetivo es que no se genere un problema de congestión.
-¿El punto se está poniendo exclusivamente sobre los desarrolladores y no sobre quienes crean los instrumentos de regulación?
-Nosotros cuando presentamos un informe sobre el estado de la planificación urbana, en el que demostramos que una de cada tres comunas siquiera tiene un plan urbano y en las que lo hay tiene una antigüedad promedio de 17 años. Eso te está diciendo que no están yendo a la tónica del movimiento inmobiliario. Los fenómenos urbanos son fenómenos cortos. De hecho, el fenómeno que estamos viviendo de edificación y de compactación es de los últimos años. Son fenómenos que ocurren a velocidades muy altas entonces tienes que tener una regulación de los instrumentos de planificación territorial que sea coherente con la posibilidad de justamente aprovechar al máximo la infraestructura, que permita generar compactación, usar las calles, las veredas, el transporte. Por eso creo que la autorregulación respecto a la altura no es la adecuada. Tiene que haber una política de planificación urbana que te vaya diciendo cómo tú quieres que sea la ciudad y haciéndolo a largo plazo. El tema de fondo es que los planos urbanos son anticuados, los procedimientos para generarlos son muy lentos y obsoletos. Para cambiar uno se demora en promedio seis años y en ese tiempo la cosa ya cambió tanto que el plan nuevo ya no es válido. Lo importante entonces es tener una planificación a largo plazo con instrumentos ágiles. Y después, claro, hay un rol del sector empresarial muy importante. Yo creo que tiene que haber autorregulación en otras cosas como mantención de obras, calidad, diseño, etc. Pero la autorregulación no puede limitarse al tema de la altura, esa es una discusión mucha más pública. Yo entiendo que a la gente no le guste la altura, pero eso es así porque lo que te dan a cambio es nada. Altura en función de buenos espacios públicos es algo que tú sí puedes conversar. De hecho, nuestra propuesta de participación ciudadana apunta a que esté presente en todo el proyecto y no en el final. Que ojalá en vez de decir sí o no a un proyecto hayan cinco opciones distintas al momento de votar. Para así entender mejor el problema a resolver y después buscar la opción que sea la mejor para resolverlo.
de cada tres comunas en Chile tiene plan urbano y en las que lo hay tiene una antigüedad promedio de 17 años. 1