Las inesperadas intensas lluvias que afectaron a la provincia de El Loa el verano pasado, dejó graves daños no sólo a la infraestructura pública, sino que también a la propiedad privada, mineras y agricultura.
Ante esta realidad, que de acuerdo a los informes meteorológicos las lluvias serán cada vez serán más severas y de grandes volúmenes en pocas horas, es necesario que todos los sectores tomen los resguardos y busquen el modo de hacer menos dañino el impacto.
Las grandes mineras de la zona ya están tomando sus resguardos, luego que en febrero pasado, varias quedaran paralizadas y todas tuvieran pérdidas por un total de 300 millones de dólares.
Lo mismo ocurrió con la agricultura a escala de la zona que tuvo grandes pérdidas de siembras y cosechas, sumado al aislamientos para llevar sus productos a las ciudades.
Las lluvias del invierno altiplánico provocaron grandes inundaciones, aludes de barros, destruyeron puentes y caminos y provocaron aislamiento por varios días y prolongados cortes de agua potable.
Sólo la intervención de las fuerzas armadas, autoridades de gobierno a través de sus diversas carteras, más el apoyo del sector privado fue posible volver a la normalidad en la zona y que afectó gravemente al turismo.
Aún es tiempo que la ciudadanía se resguarde de este fenómeno climático y tome acciones como asegurar y limpiar techumbres, retirar basura y escombros que puedan favorecer inundaciones, y revisar otros aspectos de seguridad, como conexiones eléctricas y fuentes de almacenamiento de agua en caso de una emergencia.
En la provincia la autoridad se ha preocupado de activar un plan de emergencia ante lluvias estivales, y sobre todo la vida de personas.
Por eso necesario que nadie se quede fuera de este plan, y los sectores turísticos, agrícolas, productivos y comunidades, tomen todas las medidas preventivas necesarias para poder evitar alguna situación compleja.