"A ver…soy la esposa de Juan López, el descubridor del guano rojo y fundador de Mejillones. Llegué junto a él a poblar La Chimba, la cual luego llamaremos Peña Blanca (hoy, Antofagasta). Armamos una choza que fue nuestro hermoso hogar. Acompañé y viví los buenos y malos momentos de mi aventurero cateador y minero copiapino. Junto a mi hijo, su esposa y mi nietecita, fuimos testigos de todos sus esfuerzos por cumplir sus sueños de descubrir las riquezas de las entrañas del desierto de Atacama.

Juan no fue chango, aunque le hubiese encantado serlo. Sabía cómo conseguir agua fresca y transportarla desde las vertientes de Morro Moreno.

Juan fue la mano derecha de José Santos Ossa. Le enseñó todo sobre los salares y sus minerales. Gracias a mi Juan, Ossa se hizo rico…mi esposo, no. Aun así, cuando Ossa muere trágicamente en el sur en 1878, asistimos a la misa que se realizó en su nombre en la catedral de Antofagasta. Uno de sus hijos del matrimonio Ossa Borne, a lo lejos lo reconoció y se acercó para saludar y agradecer el gesto de nuestra presencia.

Quisiera contarles más, pero hasta allí llega nuestra historia. No hay registro de nuestras vidas luego de aquello. No hay una fecha ni una tumba donde dejar flores. Sólo el reconocimiento de Antofagasta por enaltecer a mi Juan como su primer poblador junto a todas sus hazañas, lo mantiene vivo en la historia. Y lo agradezco.

Pero tengo un reclamo. Reclamo que mi nombre se lo haya llevado el viento, que una pluma no lo plasmara en un papel, que la historia invisibilice el silencioso pero importantísimo rol de la mujer en la conquista del desierto. No fue fácil dejar los verdes llanos de mi región por apoyar sus travesías en el lugar más inhóspito del mundo. Tampoco saber arreglármelas durante sus continuas ausencias, con un nudo en la garganta por no saber si regresaría o no. Pero allí estuve, lo acompañé, lo seguí, le creí. Ojalá, algún día se sepa mi nombre y mi descendencia, porque soy importante.

Soy la señora del primer poblador de Antofagasta, Juan López".

Ana Olivares Cepeda, guía de Turismo Patrimonial