Un incómodo momento vivió la semana pasada una clienta en el Bar Nómade, mientras celebraba su cumpleaños junto a un grupo de amigos.

Según contó la afectada, mientras se encontraba al interior del establecimiento fue víctima de un episodio de transfobia por parte de personal que atiende el local. Esto luego que una garzona le negara el ingreso al baño de mujeres, señalándole esta última que el servicio que le correspondía era el de hombres.

Cédula de identidad

Ante esta situación Sascha Fernandois se vio en la obligación de mostrar su cédula de identidad, la que recién había sido cambiada gracias a la nueva Ley de Identidad de Género. Pese a ello, según relató, no se le permitió que hiciera ingreso al baño de damas.

"Ese día voy entrando al baño de mujeres y una garzona me dice 'caballero, usted no puede entrar ahí'. Me dio mucha rabia porque ese mismo día yo había recibido mi carnet, y aunque no debería ser así, se lo mostré para que me dejara entrar al baño. Mi intensión fue demostrarle que no era un caballero sino una persona trans y que el baño de mujeres es el que me hace sentir cómoda. Sin embargo ella no quiso verlo", explicó la afectada.

Tras ello -según cuenta Sascha- expuso su problema a una segunda persona a quien identifica como la encargada del local, recibiendo de ésta la misma negativa para hacer uso del servicio higiénico. Además agrega que en ningún momento dejaron de tratarla como hombre.

"Durante todo momento ellas me trataron como masculino, siendo que yo les había explicado que era trans y que el pronombre correcto era femenino o neutro. Finalmente la encargada me dijo que no era para tanto y que estaba haciendo show", comentó la joven psicóloga.

Disculpas

Eduardo Carreño, uno de los dueños de Bar Nómade, pidió -a través de un video- disculpas por el hecho e indicó que la situación afectó a los derechos de Sascha como persona trans. "Nuestro equipo de trabajo es de 54 personas de diferentes edades, razas, nacionalidades y tendencias políticas. Siempre hemos ido por el camino del pluralismo", dijo.

Agregó que "nunca ha sido nuestra intención discriminar de ninguna manera. Sascha te invito a que conversemos este tema en persona y desde ya dejo a todos invitados a nuestro bar, porque somos un grupo amplio, variado y no hacemos distinción", manifestó.

Pablo Orellana G.

Con sólo 25 años de edad Jenny Aguilar López es una joven de nacionalidad boliviana que deambula por el sector centro de Calama, y se ha hecho conocida por su complejo estado de salud mental, que la lleva a diario a dormir en la calle, donde sobrevive de la caridad y también de la entrega de dinero por parte de algunas personas que acceden a entregarle algo cuando lo solicita.

Su caso es tristemente conocido porque desde hace meses que recorre el centro, y también debido al precario estado mental en que se encuentra, he generado algunos problemas con comerciantes y con algunos transeúntes.

En los últimos días la gobernación provincial de El Loa inició gestiones para abordar la dramática situación de esta joven "puesto que la condición ya ha inquietado a muchas personas y por lo cual hemos iniciado gestiones para que sea tratada y compensada en un centro apto para ella", comentó la gobernadora provincial, María Bernarda Jopia.

Complejidades

Jenny Aguilar cuenta con familia en la ciudad, "la que llegó hasta acá precisamente buscando apoyo para ella, pero al poco tiempo quedó abandonada, y pese a los esfuerzos que hemos hecho por contactar a su círculo familiar, este rehusa y también evita generar apoyo o alguna ayuda para sacarla de la calle", explicó la autoridad provincial.

Pese a ello "y con el apoyo de dos parlamentarios estamos efectuando gestiones con Salud para ayudar a esta joven que está en un estado complicado y que necesita un tratamiento adecuado. No sólo estabilización, sino cuidado permanente", agregó Jopia.

Leonel Rodríguez, jefe de operación social y territorial del Hogar de Cristo de Calama, agregó que "el caso de Jenny es muy complejo, porque no sólo sufre el abandono y el desprecio de su propia familia, es también una sobreviviente que incluso ha sido víctima de abusos sexuales, tiene problemas de consumo de sustancias ilegales y de alcohol. Pero también es un ejemplo de la compleja situación que viven las mujeres en situación de calle. Y si para un hombre ya es brutal estar en esa condición, para una mujer es mucho más".

"Es también uno de los síntomas que tiene nuestra ciudad en torno a este realidad, la que desde el año 2009 a la fecha nos indica que las mujeres en situación calle pasó de un 5 por ciento a un 12 por ciento, y las proyecciones no son nada buenas porque podrían llegar incluso a un 18 por ciento", explicó el profesional.

Rodríguez reflexionó sobre este caso y agregó que "en Calama no existe tratamiento o cobertura para personas que padecen de salud mental. Hoy la comunidad, y menos aún las personas en situación de calle que las padecen, no tienen alternativas y están condenadas a padecer una cruel realidad como la de Jenny".

Desde la gobernación provincial explicaron que el apoyo que buscan articular "está enfocado a que la joven no sólo cuente con un tratamiento de salud permanente, "sino que se le pueda internar y recibir los cuidados necesarios para su condición de inestabilidad", dijo María Bernarda Jopia.

25 años tiene la joven boliviana de recorre el centro de la ciudad y que tiene un visible daño mental.

12% aumentaron los casos de mujeres en situación de calle desde el 2009 al 2020 según el Hogar de Cristo.

265 personas viven en situación de calle según el último registro social de hogares efectuado en el año 2017.