Labor de servicios y el comercio
Actividades de este tipo no pueden parar, están haciendo un enorme esfuerzo humano y sicológico que debe ser ayudado y comprendido por la ciudadanía. Toda la sociedad debe entender que al existir un riesgo importante para todos, deben tomarse medidas restrictivas que son de beneficio para el conjunto. Eso exige empatía y colaboración.
El estado de catástrofe declarado por 90 días y las medidas dispuestas para que las personas prevengan la propagación del coronavirus, llevaron a los servicios públicos, a las empresas, a las instituciones financieras y especialmente al comercio detallista a adecuarse a las nuevas circunstancias.
En los servicios públicos, bancos, AFP, entre otros, se llamó a los usuarios y clientes a privilegiar las operaciones en línea, vía Internet, con el fin de no concurrir a las oficinas. Y en los casos en que sea imprescindible acudir a ellas, se adoptaron medidas especiales, como limitar el ingreso, para que no se produzcan aglomeraciones y contacto de personas en las salas.
Es importante que empresas y servicios hayan dispuesto que su personal opere desde las respectivas casas, potenciando de esta manera el teletrabajo o trabajo a distancia por Internet.
Con respecto al comercio detallista, fueron cerrados los centros comerciales o malls de todo el país. Se exceptúan los supermercados (con horarios restringidos), porque son fundamentales para que las personas se sigan abasteciendo, al igual que las farmacias, los centros de salud, los bancos y las tiendas que entregan insumos para la construcción y el hogar.
Esta situación se revisará todas las semanas, porque mientras se avecina el otoño-invierno, todo indica que las restricciones serán mayores y en distintos planos.
Desde luego que es clave que las autoridades garanticen el abastecimiento de la población, entendiendo que hay actividades que se pueden reorganizar, dejando en claro que la producción, el transporte y el comercio detallista, que es el que está directamente relacionado con los consumidores, deben mantener su funcionamiento, en especial aquellos que suministran los productos alimenticios.
Al tiempo, es clave que se den las facilidades a estos sectores que sostendrán la tranquilidad de la población.
Esta es una emergencia o catástrofe que requiere el compromiso de todos, en especial de aquellas áreas claves para la vida cotidiana.