Día mundial de la bicicleta
"Implementar medidas de distanciamiento social como ensanches de acera y más vías para la bicicleta se hace primordial". Rodolfo Ugarte, Arquitecto
El pasado miércoles 3 junio, se celebró el día mundial de la bicicleta, día instaurado por las Naciones Unidas para poner en valor a este noble transporte, sencillo, asequible, fiable y ecológico, que contribuye a la gestión ambiental y beneficia la salud.
La Bicicleta ha sobrevivido de forma exitosa a más de 200 años desde su invención, ha enfrentado dignamente la arremetida del automóvil y la expansión de las ciudades de los últimos 50 años, donde los beneficios economicista de corto plazo, que significan la construcción de vivienda en periferia, han predominado sobre las ventajas sistémicas de la ciudad compacta, la cual integra socialmente, es más asequible, menos contaminante y más saludable, ya que su movilidad está basada en medios no motorizados, tan fundamentales y gratuitos, como son la bicicleta y la caminata.
El desafío de recompactar la ciudad, ha sido un gran esfuerzo de los últimos años, la agenda 2030 de la ONU y sus objetivos de desarrollo sostenibles es clara en sus premisas, las ciudades deben ser generadoras de economía, pero también de equidad social y protección ambiental. A nivel país, la Política Nacional de Desarrollo Urbano, ha sido firme promotora de ciudades accesibles, donde sus indicadores de seguimiento SIEDU, ya no se refieren a la oferta urbana de manera abstracta como era tradicional, sino por el grado de proximidad que exista.
Lamentablemente la planificación urbana clásica, siempre llega tarde, los procesos lineales de análisis, diagnóstico y acción, provocan respuestas lentas, rígidas, caras y poco resilientes. Hoy, sin embargo, tenemos la oportunidad de invertir este paradigma y entrar en acción, generar pilotos testeable, flexibles, con espacio al error, a la mejora continua, pero sobre todo al consenso, que nos permita romper el statu quo, en que por años ha estado la ciudad. Implementar medidas de distanciamiento social como ensanches de acera y más vías para la bicicleta, se hace primordial, no solo por la urgencia de salud pública, sino también por la oportunidad de hacer una mejor ciudad.
En pandemia, nuestras ciudades, y sobre todo nuestra manera de vivir en ellas están en jaque, estamos en una encrucijada, y no debemos retroceder en promover ciudades más justas, integradas, asequibles, promotoras de salud y felicidad.