" A veces la buena medicina también es permitir que ocurra una muerte en paz"
Más de 280 hospitalizaciones de pacientes covid, una ocupación de la red de camas críticas que no baja del 93% y casi 8 mil contagiados. Las cifras de Covid-19 que actualmente exhibe la región ponen en máxima tensión toda la red asistencial.
Durante toda la emergencia los equipos clínicos se han visto enfrentados a optimizar los recursos disponibles, e inevitablemente, a establecer criterios a la hora de decidir el ingreso a unidades de medicina intensiva.
"Es un tema que se verbaliza diariamente y es complejo", reconoce, el jefe de UCI del Hospital Regional, Vinko Tomicic.
Sofía Salas, es docente del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo. En su rol académico ha seguido de cerca la evolución de la emergencia en el país y ha visto cómo en la medida que el número de casos críticos se ha elevado exponencialmente, se ha instalado el debate acerca de denominado "dilema de la última cama".
"A nivel general los médicos estamos acostumbrados a tomar decisiones para priorizar la atención de salud, tratando de evitar de hacer medidas inútiles que solo prolongan el sufrimiento. Es decir, considerando el cuadro clínico de base, uno supone que haga lo que haga, esa persona de todas formas que va a fallecer", indica.
Para la especialista, y miembro del departamento de bioética del Colegio Médico, sin embargo, la emergencia sanitaria ha multiplicado la necesidad de discusión de criterios orientadores respecto a la priorización de los recursos clínicos.
"Esa mirada de distinguir precozmente qué pacientes se va a favorecer con UCI versus otros que por su condición de base podrían ir a cuidados paliativos es algo que en este contexto de pandemia se hace necesario poder decidir de una manera muy criteriosa. Sobre todo porque sabemos que los pacientes que se agravan al ingresar en UCI probable van a estar varias semanas van a utilizar el recurso escaso durante más tiempo que una persona que tuvo un accidente automovilístico o un ACV", indica.
¿Qué rol cumplen los comités de ética de los hospitales en esto?
Hay realidades bien diversas. Hay algunos comités muy recientes en su formación, otros que tienen pocas reuniones. Por lo que cuentan algunos colegas, algunos comités han abierto consultas para estos temas y no han recibido ninguna. Porque los equipos médicos no siempre están informados respecto al apoyo que pueden dar los comités de ética
¿Cómo se puede contribuir a ordenar este tipo de debate con una pandemia en curso?
Las personas tienen que saber que no hay un criterio único para tomar esa decisión. Como por ejemplo, que se diga "nadie mas de 80 años se le va a dar UCI", porque eso no es así. Cada caso es único. Una persona de 80 años puede llegar en muy buen estado de salud y otra de 70 puede llegar en muy malas condiciones, por lo tanto, el solo factor de edad no puede ser determinarte.
Si la gravedad de la emergencia obliga al análisis caso a caso. ¿Cómo se operativizan esos criterios?
Existen lineamientos generales que tienen que ver con respetar ciertos principios, como por ejemplo, el de no establecer una discriminación arbitraria ex ante en base a la edad, la condición socieconómica, de género o de nacionalidad. Eso es inaceptable. Cuando hay escasez de recursos como hoy, lo que se busca es que la medida que adoptes pueda favorecer a la mayor cantidad de personas posibles. Y que los criterios usados sean transparentes y explicados adecuadamente a la comunidad. Porque cuando usas criterios poco claros, no pasan la prueba del escrutinio público.
Con todo el despliegue de equipos, ventiladores y capacidad ampliada queda una sensación que bajo cualquier condición, un tratamiento invasivo será exitoso
Las personas tienen que entender que la medicina no es capaz de salvar a todas los que están enfermos aunque se disponga de todos los recursos posibles. Hay veces que por enfermedades de base uno sabe que esa persona va a morir y que es mejor no prolongar el sufrimiento, haciendo medidas que son costosas y que solo van a prolongar la agonía. A veces las familias perciben eso como que "lo dejan morir", pero la buena medicina también es permitir que ocurra una muerte en paz y no estar haciendo tratamientos heroicos que no conducen a nada. Eso nos ha costado mucho como sociedad, entender que todos somos mortales.
Uno de los comentarios más recurrentes entre familiares es que no pueden despedirse de sus fallecidos ¿Cree que se puedan establecer práctica que ayuden a las familias a aliviar esa pérdida?
Ciertamente es muy doloroso, pero hay un espacio para hacer más cosas, para darle tranquilidad a las familias que se puedan despedir de su ser querido. Por ejemplo, que vía celular puedan mirarlo y decir palabras o enviar melodías, tal vez la persona ni siquiera está consciente, pero una canción puede resultar muy significativa para ellos, En ese ámbito, que es el acompañar en el buen morir, es un espacio en el que se puede hacer mucho bien para enfrentar los momentos finales. Que la familia pueda tener la tranquilidad y que vea que se hizo todo lo posible desde el punto de vista clínico.
Por último, cuál es su opinión respecto a la evolución de la pandemia en el país y la respuesta de la red de salud?
Por muy bien que lo hagamos a nivel de la atención hospitalaria, y que creo que en ese aspecto hemos sido sobresalientes, si no logramos disminuir el número de contagios, todo esto va a resultar insuficiente. El sistema está estresado al máximo y si no logramos bajar la transmisión a nivel comunitario por muy bien que lo hagamos a nivel hospitalario, esto va a ser mucho más duro.