El servicio afgano de inteligencia dijo haber matado a un importante miembro de la filial local del grupo extremista Estado Islámico, en una operación en el este de Afganistán.
Paralelamente, al menos tres personas murieron y 24 resultaron heridas en un ataque del grupo yihadista en una prisión de la provincia oriental de Nangarhar, en Afganistán, que comenzó con un atentado suicida y que continuaba, al cierre de esta edición, con enfrentamientos armados.
El ataque comenzó alrededor de las 18.30 horas después de que un atacante suicida detonara su automóvil cargado con explosivos en la entrada de la prisión en Jalalabad.
Orakzai
Assadullah Orakzai era un líder de inteligencia del grupo armado, según un comunicado emitido el sábado por la noche por la Dirección Nacional de Seguridad. Las fuerzas especiales le mataron cerca de Jalalabad.
Se sospechaba que Orakzai estaba implicado en varios ataques mortales contra militares y civiles en Afganistán.
Un reporte de Naciones Unidas publicado la semana pasada indicó que el número de civiles fallecidos o heridos en episodios violentos en todo el país había caído un 13% en el primer semestre del año, comparado con el mismo periodo del año anterior.
El reporte atribuía parte de ese descenso a la reducción de operaciones de las fuerzas internacionales, que ahora sólo intervienen cuando se les da aviso y en apoyo de fuerzas afganas, así como al descenso de los ataques del grupo EI.
La ONU documentó 17 ataques del grupo EI con víctimas civiles en la primera mitad de 2020, por debajo de los 97 ataques en el mismo periodo de 2019. En total, señaló la ONU, 1.282 personas murieron en incidentes violentos en los primeros seis meses de 2020, y 2.176 resultaron heridos.
En marzo, un pistolero del grupo EI atacó un templo sij en el corazón de la capital afgana, matando a 25 fieles e hiriendo a ocho. El hombre retuvo a muchos fieles como rehenes durante horas, mientras las fuerzas especiales, asistidas por fuerzas internacionales, intentaban despejar el edificio. Al menos uno de los muertos era un niño. En cuestión de horas, el grupo EI se atribuyó la autoría del ataque.
Las fuerzas especiales afganas rescataron al menos a 80 fieles que estaban atrapados en la casa de oración, conocida como Gurdwara, mientras el agresor lanzaba granadas y disparaba su rifle automático contra la gente.