Discapacidad y constitución
"Lo que nos corresponde a nosotros en esta realidad, de alzar la voz por ellos".
Con el estallido social de desigualdad y con la pandemia, nos damos cuenta una vez más lo desvalida y olvidada que están tanto las personas como los niños y niñas en situación de discapacidad. Mediante los diálogos organizados por las instancias municipales el año pasado en las que incluso tuve la oportunidad de participar, nuevamente quedo todo en solo buenas intenciones; y bueno todas las personas que están en contacto con la discapacidad a diario, lo tenemos claro, que las propuestas para esta gran parte de la población son insuficientes.
Los discursos políticos de todas las autoridades generalmente nos hablan de integración, de inclusión, de equidad, pero cuáles son las organizaciones encargadas de que realmente desde el discurso, se pase a la acción y que se concrete en medidas adaptadas a la realidad de las personas con discapacidad y sus familias.
En la antigüedad se creía falsamente que el tener un hijo con discapacidad era un castigo divino, y las familias ocultaban a sus hijos y familiares con discapacidad porque era parte de un estigma social, en la actualidad sabemos que la discapacidad no es un castigo, no obstante, la sociedad con tanta desigualdad, aún sigue tratando a las familias como que fuera un castigo, no entregando accesos adecuados para las personas en situación de discapacidad a diferentes edificios públicos y privados, encareciendo tratamientos, medicamentos, e insumos tan necesarios para esta parte de la población, y es crudo pero las familias se empobrecen y también se endeudan tratando de entregarles una mejor vida a sus seres queridos con discapacidad, y tanto la sociedad, como el gobierno no apoyan en facilitar, entregar equidad y dignidad a estas familias con integrantes en situación de discapacidad.
Lamentablemente en la actualidad se trata de recursos monetarios, las familias que tiene más dinero acceden a mejores tratamientos, mejores especialistas, mayores apoyos, una mejor calidad de vida, lo que nuevamente marca una brecha importante en la realidad de las familias con integrantes que presentan discapacidades.
Pero ahora ha llegado el momento con esta oportunidad histórica en nuestro país de escribir una nueva Constitución, de exponer las necesidades con mas fuerza, de hacernos notar, de participar en todas las instancias, las personas con discapacidad no son sensados, no hay una estadística clara de cuanto porcentaje de la población se encuentra en este segmento, por lo que nos corresponde a nosotros los responsables, los cuidadores, los inmersos junto a ellos en esta realidad, de alzar la voz por ellos, por sus derechos, por ser parte de la constitución y sobre todo por hacer notar que las personas en situación de discapacidad también tienen derechos y necesidades.
Patricia Canales Rojel
Psicopedagoga