Lugares limpios
Debido a la gran cantidad de problemas sanitarios a los que estamos expuestos cotidianamente, y que se ven mas agravados en la temporada veraniega, considero que sería una buena medida, que a todo turista, ya sea extranjero o nacional, se le exigiera obligatoriamente portar una "bolsa" u otro elemento que les permitiera recoger los restos de toda índole, que habitualmente quedan después de un día de campo, playa u otra actividad recreativa. Es relevante que en cada hogar se cree la conciencia de "protección ambiental".
Jorge Valenzuela Araya
Made in China
Una sonda china aterrizó en la luna y traerá muestras a la tierra. Es de esperar que dichas muestras recolectadas, no tengan ya impresa la denominación "Made in China". Porque después de ver que hasta nuestras banderas chilenas se fabrican en China.
¿Existirá algún producto, que hoy se venda en Chile, que no sea "Made in China" (Hecho en China)?
Lo invito a buscar entre sus artefactos eléctrico.
La gran tarea que hoy tienen los productos chinos por superar, es la idea general, que son de muy corta vida útil o incluso que son programados para tener una existencia acotada, tal vez llegar a igualar al prestigio que tiene la marca "Made in Japan", que también la tuvo muy difícil, cuando comenzó a internacionalizarse en los finales de los 60 y tenía que competir con la marca "Made in USA" y en particular con los relojes con la marca "Made in Swiss" (hecho en Suiza), la reconocida cuna de los relojes.
Una nota publicada en Internet (www.chistegenial.com), manifiesta que las dos frases más comunes en el mundo son "I love you" y "Made in China" y termina diciendo que lo común de ambas frases, es que ninguna de las dos, da garantías.
Luis Enrique Soler Milla
Crimen y castigo
A más de ocho años de que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) condenara a las grandes cadenas farmacéuticas por coludirse y subir los precios de remedios para varias enfermedades crónicas, el fantasma de la colusión sigue presente. A lo largo de los años, varios casos ya se han vuelto emblemáticos, con dos características comunes: un impacto negativo en el bienestar de los consumidores y multas inferiores a los beneficios obtenidos por el cartel.
La colusión, en donde dos o más empresas se ponen de acuerdo para no competir, no sólo afecta al mundo corporativo, como demuestra el caso de las farmacias. El típico efecto implica un sobreprecio sustancial que deben pagar las personas. Esto es una violación directa a sus derechos como consumidores y por lo mismo, es fundamental que haya una compensación.
En el mundo desarrollado, en donde las multas son sustancialmente mayores (incluyendo penas de cárcel), las compensaciones civiles a los afectados son una porción significativa en los costos de involucrarse en actividades ilícitas de un cartel.
El fin último de la fiscalización, multas y compensaciones es lograr que estas prácticas ilegales no sean económicamente rentables. A todas luces, en Chile no estamos logrando ese propósito y cualquier mejora en la fiscalización (mayor presupuesto y atribuciones de la FNE), aumento en las multas (multas asociadas a las ventas del cartel) y una compensación importante y oportuna para los damnificados son instrumentos que apuntan en la dirección correcta para desincentivar estas prácticas anticompetitivas y poder lograr el máximo bienestar del consumidor, promesa última de una economía de mercado basada en la libre competencia.
Carlos Noton
La confianza no alcanza
Lamentable, preocupante y triste ha sido la baja participación ciudadana en el reciente proceso de primarias de Gobernadores y Alcaldes en el país. El 25 de octubre el 80% de los chilenos eligió como mecanismo una convención constitucional, es decir, rechazó categóricamente a todo el sistema político. No obstante, casi en un acto de negación, las directivas cupulares y congresistas se rehusan a aceptar la realidad, abrir los ojos y entender de una vez por todas que la confianza no alcanza. Los partidos políticos desesperados por no desaparecer pero haciendo exactamente todo lo contrario de lo que la gente exige y quiere ver, para seguir permaneciendo en su zona de confort, disfrutando de sus privilegios económicos y poder político el cual les fue otorgado por sus votantes, los mismos que despertaron y decidieron cambiar la historia.
El desprestigio y falta de credibilidad de la clase política, sin duda, genera una crisis de legitimidad en los procesos eleccionarios y un gran daño a la democracia. Sin votantes no hay política y sin política no se puede construir un país.
Andrés López