"Los jóvenes son y serán siempre el futuro"
AMOR AL PRÓJIMO. David Figueroa, sociólogo y coordinador de la pastoral Pan con Queso de la Diócesis de Calama.
Conocido por su labor en la Diócesis de Calama, por su voluntariado con jóvenes, y por ser un articulador del trabajo social en la ciudad, David Figueroa (34), repasa algunos aspectos de su labor social, y que además refleja el sentir de éste joven sociólogo de profesión, pero que mira a la sociedad siempre en cómo poder ayudar y mejorar.
¿Cómo evalúas tu trabajo y participación con jóvenes de la pastoral Pan con Queso?
- Gratificante. Así de simple, porque es en los jóvenes donde hay un potencial tremendo para crear una sociedad nueva, y donde los protagonistas sean las buenas acciones más que mirar los partidismos o bien a otras formas para darse cuenta que son parte importante de nuestro futuro en el ahora. La pastoral brinda esa posibilidad de comunión, de recargarse con energía positiva y a la que hay que guiar siempre. Los jóvenes, y no sólo quienes están en la pastoral Pan con Queso, son quienes están hoy motivando cambios necesarios en la ciudad, en el país y en el mundo.
Tú te caracterizas por trabajar y compartir mucho con los jóvenes desde una mirada social, ¿te afectó la restricción que impuso la pandemia, sobre todo en salir y tener contacto con los más vulnerables?
-Sí, bastante. Esta pandemia nos obligó también a mirarnos hacia dentro, a definir emociones que muchas veces ni siquiera las entendíamos o no hacíamos el esfuerzo para ello. Ha sido una etapa complicada para muchos. Yo al menos lo veo de la siguiente manera: y es que nos da la posibilidad de replantearnos al futuro teniendo como espejo lo que antes acostumbrábamos a hacer. Tenemos una linda oportunidad de enfocarnos en las cosas más importantes y como lo son la vida, las libertades, el amor al prójimo y sobre todo en cambiar para bien.
Eres sociólogo, docente y también tuviste una pequeña incursión en la política, ¿cómo fue esa experiencia?
-Interesante. Si bien mi lista no tuvo suerte cuando postulamos en la carrera edilicia, como concejal, sí me sirvió para tener la experiencia y conocer algo de la actividad política. Yo me quedo con la definición política de Platón, la que básicamente es una herramienta para el conocimiento propio y profundo. Y eso me sirvió bastante en aquella época. Fue importante para mí también abordarla y vivirla en primera persona.
¿Qué fue lo peor y lo mejor que e ha dejado hasta el momento la pandemia?
-Lo peor ha sido que esto ha tenido una forma de abordar la normalidad que no sólo me afectó a mí, a todo el mundo. El cambiar situaciones como el de hacer clases, tener contacto con alumnos y jóvenes ha sido bastante brutal. Y dentro de lo bueno, es que he aprendido a valorar mis libertades. Es curioso, pero cuando pasan eventos de esta magnitud, las personas entienden o comienzan a entender aspectos relevantes de su vida y a los que no les prestan mayor atención en otras condiciones. Siento que ha sido una oportunidad para reencontrarme, saber quién soy exactamente y qué quiero a futuro. Esa encrucijada me la dio de golpe esta pandemia.
¿Cómo sientes y te relacionas con los jóvenes, los adolescentes, en la pastoral, en el colegio, en tu comunión con ellos?
-Ha sido muy importante, mucho, porque se trata de personas que están buscando un apoyo que les ayude a orientarse en una etapa compleja de sus vidas, sobre todo al momento de decidir qué hacer con sus vidas. Entonces es un desafío muy importante el que se debe acompañar y sobre todo entregar valores, y no sólo conocimiento. Estoy donde quiero estar, con jóvenes que tienen mucho que entregar, que quieren y deben recibir ojalá el máximo de apoyo siempre. Y no sólo ellos, todos los jóvenes de Calama. Nuestra actividad dentro de la comunidad educativa del colegio es muy enriquecedora, ha sido un privilegio estar ahí. Pero está esto de la pandemia. Eso cambió todo. Pero trabajar con quienes son el futuro es también otro privilegio que me se me ha dado. Los jóvenes son y serán siempre el futuro. Hay un trabajo enorme que hacer como sociedad con ese futuro en camino; desde lo social a lo valórico y cultural por cierto.
Otra de tus facetas es de la de comunicador, ¿cómo ha sido ello?
-Otra forma también de explorar y de conectar con las personas. El deporte y su cobertura, son pasiones también lindas, y que me han servido para cultivar amistades, entregar testimonios y llegar a y conectar con las personas, otro privilegio que pude compartir con grandes profesionales.
Amor al prójimo
- Un deber ser. Eso es lo que me motiva porque también, y con mucho orgullo, soy parte de la Pan con Queso, eso ha sido una experiencia tremenda de harto valor en lo personal y en lo profesional, la vocación que hay en ese grupo, y en otros tantos, es amar y servir.
¿Cómo proyectas a Calama en el futuro próximo, no tan a largo plazo?
-Con mayor conciencia, no tan inmersos en el neoliberalismo y sus estándares y formas. Creo en que la comunidad ha comenzado a transitar por un camino de empoderamiento, pero al que hay que respaldar con aportes serios, señales positivas, y sobre todo participativas. Desde octubre del año pasado hemos enfrentado situaciones difíciles y complejas. Hemos estado sometidos a tremendas presiones. Luego la pandemia se atravesó en nuestras vidas, nos las replanteó. Y nos hizo ver lo frágiles que somos. Hay que sacar lecciones, a mirar con perspectiva las cosas. Debemos reflexionar mucho en cómo ha sido la vida en este tiempo de confinamiento, y qué esperamos para el futuro que se nos avecina. Soy optimista, creo que podemos serlo, y ojalá sacando conclusiones acerca de todo lo que nos tocó vivir. Eso es importante aprender de nuestras experiencias y sacar lo mejor de estas siempre".