"Nos falta reencontrarnos como sociedad"
ANTOFAGASTINIDAD. Lila Vergara Picón, matrona y exseremi de Salud.
Profesional, académica, exseremi de Salud y vocera de la Mesa Comunal Covid es parte del curriculum de Lila Vergara Picón.
Una mujer inquieta, de profundo sentido social, que tiene una mirada política de centro izquierda y que, como anécdota, en 36 años de docencia en la Universidad de Antofagasta, ha participado en la formación de casi mil matronas y matrones.
¿Cómo fue su infancia y qué recuerdos guarda de ella?
-Mi infancia temprana definió mi vida en un crisol de enseñanzas. Viví el gran amor que me entregaron mis padres y mis familiares en Copiapó. Recuerdo con felicidad nuestras vacaciones en Caldera, las casas de adobe donde vivimos, los bellos patios donde jugábamos con primos sobre árboles frutales, techos de gallineros y en acequias comunitarias; las jornadas familiares de preparación de mermeladas caceras y de confección de volantines (realizados por mi abuelo, quien padecía de ceguera total).
Lo difícil fue la relación de pareja de mis padres, que terminó con su separación en condiciones complejas. Sin embargo, de ello rescato grandes aprendizajes como hija, mujer, madre y pareja.
¿Cómo surge el interés por desarrollarse en el área de la salud?
-Desde niña quise ser matrona, inspirada principalmente por mi temprano afán de cuidado del que está por nacer. Creo firmemente que la protección de la infancia temprana, incluso antes de la concepción de un nuevo ser (condiciones de vida de los futuros padres) son la llave maestra para construir una mejor sociedad. Por ello soy una ferviente admiradora del "Chile Crece Contigo", el cual pienso debe ser potenciado como lo que es, una gran política pública para el desarrollo humano.
¿Qué es lo más hermoso que ha aprendido en estos años como matrona?
-No alcanza el espacio para describir esto. Ser testigo de la importancia que tiene el ejercicio de la sexualidad y sus implicancias en la felicidad de las personas abre una mirada muy enriquecedora. Tener lo oportunidad de acompañar a mujeres y hombres durante toda su vida en este proceso es maravilloso. Decisiones en torno a la llegada o no de un hijo, los miedos e incertidumbres de la mujer, no solo como madre, sino como mujer, la VIF en la pareja, la prevención de enfermedades propias de la mujer y del recién nacido, entre otras muchas situaciones pasan por nuestras manos y ponen a prueba nuestras competencias para entregar lo mejor de nosotros.
¿En su calidad de académica, qué valores intenta traspasar a los futuros profesionales?
- Respeto a la vida y compromiso profundo con el otro; con su mejor desarrollo y sus oportunidades para ser felices, sea este un paciente, una familia o una comunidad toda. Involucrarse en ello.
¿Cómo fue su paso por la Seremi de Salud, qué rescata de esos años?
-Fue una bellísima época. Desarrollamos una gran labor con los funcionarios de la Seremi y del Minsal, en conjunto con el Gobierno Regional de la época. Abordamos desafíos muy importantes y avanzamos sustantivamente en materias de salud y medio ambiente, en salud ocupacional y también en fortalecer la red de salud pública (infraestructura y especialista), desde nuestras competencias. Sin duda, la pandemia que estamos viviendo habría tenido resultados más devastadores en términos de pérdidas de vidas si no hubiéramos tenido disponibles los hospitales nuevos y los SAR de Antofagasta y Calama.
¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida, a quiénes admiras?
-Admiro profundamente a mi madre por infinitas razones, ella me ha enseñado lo mejor; me ha permitido ser la mujer que soy y la que aspiro a ser. También a mi adorado abuelo Víctor. Él poseía grandes habilidades, una inteligencia y valores inmensos y una visión de futuro sinigual. Cuando joven fue impulsor de múltiples emprendimientos visionarias, llegando a ser cónsul de Chile en China, antes de perder su visión. Sin duda él sigue siendo un gran modelo que he intentado seguir hasta la fecha.
¿Cuáles son sus proyectos más ambiciosos?
-Desde en mi rol de ciudadana, contribuir a movimientos u organizaciones sociales que, bajo una estrategia seria, de superación permanente y sin violencia de ninguna especie, aspiren a aportar al desarrollo colectivo comunitario. Me encantaría poder crear una Escuela Comunitaria para la Salud Pública y el Desarrollo Sostenible.
¿Qué cree que nos falta a los chilenos para ser un mejor país?
-Nos falta dar un giro en la mirada, reencontrarnos como sociedad, aspirar a dejar atrás este oscuro periodo de individualismo en que nos ha sumido el actual modelo de sociedad en la que vivimos. Tenemos una gran oportunidad, los cabildos realizados hasta ahora después del estallido social han sido una gran fortaleza de caras a la construcción de una nueva constitución. Sentarnos a dialogar sobre lo que queremos para Chile sin duda es una oportunidad gigante para mejorar como colectivo.
¿Dónde quiere estar en diez años?
-Una mezcla de vida familiar con espacio para mí, mi pareja, mis nietos, mis hijos y mis amigos, con permanencia en el quehacer ciudadano apoyando liderazgos nuevos y/o de jóvenes.