Centroizquierda sin contrapeso
Este sector dominará sin oposición las autoridades regionales como los gobernadores y delegados. Se podría llegar a consensos más rápidos, pero se debe evitar la "trinchera intelectual" y saber escuchar. La riqueza intelectual del país no surge en las trincheras, sino que el debate constante y en las visiones de la vereda contraria a la cual no se le debe tener miedo ni tratar de doblegarla por el peso político.
Con la asunción de Gabriel Boric como Presidente, las delegaciones presidenciales pasarán a manos de personas de confianza de Apruebo Dignidad y eventualmente de partidos de centroizquierda, si es que las negociaciones para ampliar las fuerzas resultan exitosas. Con ello, este sector político dominaría sin contrapeso en autoridades regionales tan importantes dado que 15 de 16 gobernadores son de la centroizquierda, lo que supondrá un escenario inédito en lo político con la Derecha reducida a lo mínimo y compartiendo el poder solo en el Senado.
Esto debe ser mirado con atención y con altura de miras. Uno de los puntos que puede llegar a resultar positivo es que se pueden lograr consensos muy rápidos en materias que pueden ser muy trascendentes para las regiones. El diálogo entre ambas autoridades en Antofagasta puede ser más próspero y sin muñequeos con visiones en común que pueden llevar a cabo de forma más rápida iniciativas que sean un real aporte. Junto a ello, ser actores importantísimos en formar un frente común dado que no deben pasar por el sesgo político y la distancia ideológica. Todo esto, claro está, con las competencias que tiene cada uno en un contexto donde el gobernador no tiene nada que hacer en temas de seguridad pública, por ejemplo.
Pero también, por contraparte, se corre un riesgo que debe ser advertido desde ya. Hay pensamientos y juicios que en la centroizquierda tienen mucho en común, pero eso no quiere decir que siempre sean los adecuados. La riqueza intelectual del país no surge en las trincheras, sino que en el debate constante y en las visiones de la vereda contraria a la cual no se le debe tener miedo ni tratar doblegarla por el peso político. Ha pasado que una buena iniciativa ni siquiera se mira porque es del "otro" sector.
Si bien la ciudadanía ha dado su respaldo a la centroizquierda o la izquierda en el Plebiscito, en la elección de gobernadores, de constituyentes y la presidencial, entre otras, esto no significa que se tiene un monopolio de ideas, sino que más bien debe ser entendido y asumido como un mandato electoral para realizar cambios o "préstamo" de votos no ideológico.
Que ese sea el sello del país que construyamos y que jamás el peso electoral nuble a quienes gobernarán los destinos de la región, por más que la oposición no sea un contrapeso.