Brecha de género en sistema educativo registra altos niveles en la región
SOCIEDAD. Según experta en investigación en este tipo de desigualdad, hoy se reproducen sesgos educativos difíciles de derribar para niñas y jóvenes estudiantes.
Los sesgos de género en materia educacional registran a nivel país una alta incidencia tanto en el sistema educativo primario como secundario que replica en la Región de Antofagasta, según datos de la Subcomisión de Estadísticas de Género (SEG), entidad coordinada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género (MMEG).
De acuerdo a los indicadores de SEG, la brecha entre personas tituladas en carreras técnicas del área tecnología por sexo registraba en 2020 en el país -70,2 p.p en desmedro de mujeres. Ese mismo año, el indicador de brecha de género registraba -65,1 p.p. en la Región de Antofagasta. Una tendencia que no varía en el caso de la brecha entre personas tituladas en carreras profesionales del área de tecnología por sexo, debido a que en 2020 el indicador registraba -53,5 p.p. a escala nacional, mientras en la Segunda Región en ese período este registro se situaba en -45,0 p.p.
Para Paulina Salinas Meruane, Dra. en Ciencias Sociales especializada en estudios de género y académica de la escuela de periodismo de la Universidad Católica del Norte (UCN), las causas en las brechas de género académicas resultan complejas y variadas. "A nivel estructural, tenemos un sistema familiar y educacional que, analizado desde las perspectivas actuales, mal educa a las mujeres, porque no son motivadas ni estimuladas en entornos que desplieguen sus capacidades cognitivas y emocionales en el mundo de la ciencia y la tecnología. Se reproducen sesgos que son difíciles de revertir por las propias niñas y jóvenes. A ello se suma un sistema educacional que está pensado y articulado en una cultura masculina, que se vuelve incluso hostil para muchos varones: en la toma de decisiones, las prioridades que se establecen, los criterios de calidad, distribución de recursos, y un largo etc. Y estas condiciones luego se reproducen en el mercado laboral", afirma.
"Las políticas públicas son importantes, y están empujando en el sentido correcto. Se destaca el esfuerzo que está haciendo, por ejemplo, en la industria minera por aumentar los cupos de mujeres; pero además el sistema de educación superior tiene que implementar cambios para que más mujeres puedan, sin seguir el modelo masculino, asumir cargos, tomar decisiones. También que haya mayor flexibilidad. Esto último es una herramienta fundamental para facilitar y promover la incorporación de las mujeres al mercado laboral y un desarrollo más exitoso en la educación superior. Hay mucho que transformar en los modos como se entiende el proceso formativo hoy. Hay que pensar el liderazgo de los docentes con mayor profundidad. Allí la mentoría femenina es un buen paso para reducir las brechas de género", agrega Salinas Meruane.
Inserción laboral
De acuerdo a los indicadores de SEG, la brecha de género también se evidencia en los resultados de la prueba SIMCE de Matemáticas en II° Medio. En la Región de Antofagasta este indicador en 2018 (último año con registros publicados) reportaba -7 puntos, que supera la marca a nivel país de -5 puntos.
Según comentó la seremi (S) de la Mujer y Equidad de Género, Karla Cantero Barrios, el actual Gobierno estableció trabajar para eliminar todo tipo de discriminación contra las mujeres como parte como parte de la agenda mujer iniciada en 2018. "En este contexto es que en conjunto con el Ministerio de Educación se concilió una visión para promover la equidad de género y romper con los sesgos existentes en el sistema educativo avanzando en tres líneas de acción: (1) calidad sin sesgo, (2) más oportunidades y (3) no violencia".
Por otro lado, la elección de las carreras de educación superior suele basarse en estereotipos como es el caso de las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sigla en inglés), donde hemos trabajado en fortalecer mayor participación femenina en carreras históricamente masculinizadas. Prueba de ello es la iniciativa de política Nacional de Igualdad de Género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación del Ministerio de Ciencia. Sin duda, el trabajo realizado en conjunto con INE nos permite trabajar y mejorar las políticas públicas. En el caso del contexto regional se ha fortalecido el trabajo a través de las alianzas con la academia, institutos, centros educativos y la industria disminuyendo las brechas en cuanto a educación e inserción laboral en rubros masculinizados, permitiendo incorporar más mujeres a la fuerza laboral regional", dice.
Efecto adverso
Para la académica Salinas Meruane, quien posee más de 10 años de experiencia en investigaciones de género, el rezago en esta área resulta crítico en ciencias. "El efecto es grave, cuando las mejores proyecciones laborales en los próximos treinta años son en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, según la OCDE. Por lo tanto, no nos estamos preparando en forma decidida para que las mujeres puedan asumir estos desafíos. Los cambios demográficos son acelerados, y las mujeres encabezan la pobreza, ya sea porque son jefas de hogar o por las precarias condiciones de envejecimiento que tienen, aspectos que no son suficientemente debatidos, ni puestos en las agendas. Tampoco se cuestiona las razones culturales que llevan a las mujeres a sostener el peso del cuidado en la familia, y los costos que esto tiene en su propio bienestar" reflexiona.