Pese a que estudios recientes han determinado que la participación de extranjeros en índices delictuales nacionales, no tiene mayor influencia dentro de las estadísticas a nivel país, ya que se mantendrían en muy bajos porcentajes en comparación con delitos cometidos por chilenos (alcanzando apenas el 2,36% de los imputados), datos actualizados de Fiscalía Antofagasta revelan que esta realidad es al menos distinta en la región, donde la presencia de extranjeros en delitos -según el número y tipos de causas ingresadas a Fiscalía desde el 2017-, se ha triplicado durante los últimos cinco años.

Así, si el 2017 las causas ingresadas a Fiscalía asociadas a extranjeros eran 3.294, actualmente la región supera las 10.178 causas. Ese año (2017), el 91,4% de los delitos ingresados correspondían a chilenos, mientras que solo un 8,6% a extranjeros. Actualmente, la preponderancia de los nacionales en estos delitos ha bajado a un 70,4%, mientras que la presencia de extranjeros ha aumentado a un 29,6%, durante el último lustro. Fenómeno que tuvo su peak en 2020, donde se ingresaron 4.600 causas de extranjeros a Fiscalía, pasando a una presencia dentro de la comisión de delitos, de un 17% solo ese año, en contraste con el 10% que mantenía hasta 2019.

Ratio

Respecto de cuáles son los delitos que han sido más recurrentes entre la población de extranjeros durante este periodo de tiempo, y donde en la mayoría de los casos dependiendo del delito, se mantiene con una proporción de 10:3 (de cada 10 delitos, 3 son cometidos por extranjeros), según el análisis de las diferentes familias de delitos realizado por Fiscalía Regional, aquellos delitos que están sujetos a la Ley 20.000 (Ley de Drogas) y contrabando aduanero y tráfico de migrantes, son aquellas infracciones donde se rompe esta regla, logrando observar mayor presencia de extranjeros.

Un ejemplo de lo anterior, son las infracciones cometidas a la Ley 20.000, donde se observa que desde el 2017 en adelante, en la región de Antofagasta, el 63% de los infractores son ciudadanos chilenos, mientras que un 37% son extranjeros, o sea 7,4% mayor al ratio.

De esta cifra un 23% son bolivianos y un 9% venezolanos; el resto son ecuatorianos, peruanos y colombianos, en ese orden.

Respecto al contrabando aduanero, el 64% de los imputados son chilenos, mientras que un 36% son extranjeros. En el tráfico de migrantes, el 68% de los imputados son chilenos, mientras que el 32% son extranjeros.

Mayor connotación

Dentro de los delitos de mayor connotación, como homicidios, lesiones y violaciones, ocurridas durante este periodo de tiempo (desde el 2017), se observa que en el caso de los delitos de homicidio, el 79% de los imputados en la región son ciudadanos chilenos, mientras que el 21% son extranjeros ; en cuanto al delito de lesiones, el 80,4% de los imputados son chilenos y un 19,6% extranjeros, principalmente bolivianos y Colombianos, con un 7,7% y 6,4% respectivamente. En cuanto a los delitos sexuales, los chilenos representan un 86,5% de las causas ingresadas a Fiscalía, mientras que los extranjeros un 13,5%.

Fiscalía

El fiscal regional Alberto Ayala explicó que las razones fundamentales de este fenómeno, pasan por la crisis migratoria actual y la falta de un sistema unificado de datos penitenciario que permita identificar cuáles son aquellos ciudadanos extranjeros con antecedentes.

¿Cómo interpreta el fenómeno que plantean los datos entregados por Fiscalía?

-Esto se explica, primero, por la crisis migratoria, claro (…) al haber un porcentaje muy alto de extranjeros que andan pululando por la ciudad, también podría conducir a conductas delictivas como una forma de subsistir en las circunstancias precarias en las que se encuentran; y porque las condiciones materiales en las cuales viven preferentemente los ciudadanos dominicanos, ecuatorianos, venezolanos o colombianos en Antofagasta, difieren sustancialmente de la calidad de vida que tienen los chilenos, que sin ser una vida muy superior, somos un país subdesarrollado al igual que ellos, pero viven hacinados en campamentos, con falta de electricidad, con problemas de conductas sociales y grupos y fenómenos delictivos que ellos han traído desde sus propias tierras, realizando conductas que influyen e impactan en nuestra región.

¿Por qué piensa que el número de delitos cometidos por extranjeros, durante este periodo, podría ser incluso mayor a lo que muestran los datos?

-Creemos podría ser mayor por distintos factores, primero porque no necesariamente lo extranjeros tienen conocimiento de cuándo son víctimas de delitos, pensando en lesiones o delitos sexuales cometidos entre sus propios connacionales, no sé si ellos manejan los accesos a la justicia en el mismo porcentaje en la que lo maneja la población chilena, por lo cual podría ver una cifra negra que esté flotando ahí.

Si bien las estadísticas en torno a crímenes de alta connotación, como homicidios, lesiones o violaciones en la región, siguen preponderando a los chilenos ¿Por qué cree que se produce esta percepción de riesgo, en torno a estos delitos, respecto a los extranjeros?

-Porque ellos traen una cultura de delitos, que más allá del volumen de delitos propiamente tal, lo que la caracteriza, o al menos así se ha visto en la región durante los últimos cinco años, es la violencia intrínseca incorporada al proceso delictivo. Hoy vemos muchas más armas y más violencia, mucha más criminalidad organizada en grupos pequeños, pero bandas organizadas que intentan controlar ciertos territorios en zonas marginales y eso puede explicar en cierta medida, esta mayor criminalidad que se hace de la figura del extranjero.

¿Cuál es el perfil del extranjero que finalmente llega al país a delinquir? ¿son personas que ya tienen antecedentes penales o comienzan a delinquir llegados acá?

-Uno de los problemas que tenemos nosotros como investigadores, son las conexiones internacionales con otros países, porque no sabemos si ese migrante se llama como dice que se llama, porque cuando son expulsados del país, después entran por la puerta trasera con otro nombre. Lamentablemente no tenemos todavía una coordinación certera con otros países donde podamos, a través de un correo y una llamada telefónica de 30 minutos, tener el acceso a toda la información penal que pueda tener una persona en el extranjero, solo tenemos una unidad internacional donde tenemos que darnos una vuelta larga para poder obtener esas informaciones.