El Ejército ruso intensificó ayer los bombardeos sobre distintos objetivos de la región de Dnipro, en el centro de Ucrania, causando al menos diez muertos y 35 heridos, y logró romper las líneas de defensa en la región de Donetsk en el Donbás, al conquistar la localidad de Limán y estrechar el cerco en torno a Severodonetsk, puntos clave en los planes de asalto final al distrito fortificado de Sloviansk-Kramatorsk.
"En el norte de la región el principal objetivo de los rusos es Sloviansk-Kramatorsk", aseguró Pavló Kyrylenko, jefe ucraniano de la administración militar de Donetsk.
Sin haber tomado aún todo el territorio de la región de Lugansk, las tropas rusas ya han logrado avanzar 60 kilómetros detrás de las líneas enemigas entre ambas regiones del Donbás.
De esta manera, las milicias prorrusas aseguran haber tomado "el control total" de Limán "con el apoyo de fuego de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa".
Kyrylenko confirmó al medio ucraniano Hromadske que "la mayor parte de Limán no está bajo el control de los militares ucranianos" y que las tropas ucranianas se han replegado 90 kilómetros al sur.
"Lo mismo ocurre en dirección a Svitlodarsk. El enemigo se encuentra ahora en ese territorio. Las fuerzas ucranianas se han reagrupado para tomar posiciones fortificadas", explicó.
Según los generales ucranianos, Moscú quiere obligar a Kiev a librar una gran batalla por el control del Donbás, lo que el Ejército ucraniano busca evitar a toda costa, pues en 2014, las dos mayores batallas de la guerra del Donbás consistieron en dos "kotiol" (caldera), donde las milicias prorrusas reforzadas por fuerzas rusas rodearon y aplastaron al Ejército ucraniano.
Limán es una pequeña localidad de menos de 30.000 habitantes, pero es un importante cruce de caminos que conduce e a Sloviansk, que se encuentra a escasos 30 kilómetros.