El Titanic
"Le encanta difundir, en sus redes, historias con 'gatitos' y declarar su amor para los animales. A la hora de discriminar, esa misma sensibilidad no la tiene con los seres humanos".
Esta semana, de nuevo, el alcalde dio muestra de su manejo retórico tan peculiar, discriminando hábilmente al concejal Luis Aguilera, utilizando términos que parecen de otra época. No es la primera vez que el edil "discrimina". La ciudad había descubierto que era algo habitual para él, cuando salieron a la luz los famosos mensajes de WhatsApp de su círculo cercano de trabajo. Recuerden que J. Velásquez inició su mandato calificando de ratas a periodistas y analistas que ponían en duda las razones de su no participación en el último debate de los candidatos a alcalde, cuando él justificó su ausencia, después de horas de discusión, con la enfermedad de su madre. María Inés Verdugo, candidata que participaba en dicho evento, estaba exactamente en la misma situación y había aceptado, responsable y deontológicamente, participar. En cambio el alcalde, prefiero grabarse desde el jardín de su casa para despotricar esos supuestos devotos de otros candidatos que se permitían atacar a su santa madre. Nadie la había atacado, lo que ya se estaba intuyendo, es que al alcalde actual no le gusta la contradicción porque rápidamente pierde pie cuando se le opone la realidad. Últimamente, frente al interrogatorio de un periodista reputado, oriundo de la ciudad, el edil le indicó que su función no era de incomodarlo sino de divertir. Es verdad que "Plan 9" era muy divertido cuando, en su set, daba vuelta sobre su carrusel haciendo muecas. Hoy, es alcalde de Antofagasta.
Al "ex"(¿estamos tan seguro que sea ex?) "Plan 9" le encanta difundir, en sus redes, historias con "gatitos" y declarar su amor para los animales. A la hora de discriminar, esa misma sensibilidad no la tiene con los seres humanos, "apretando" en lo que él considera como una debilidad, siempre recurriendo a la burla. Como un mecanismo. Muchas veces, por haberlo vivido, unas personas reproducen los comportamientos de los cuales fueron víctimas. Pero sin caer en la psicología "barata", lo empírico está frente a nuestros ojos: una ciudad abandonada y el actuar de un alcalde, por lo menos, llamativo; siempre jugando el rol del agresivo/pasivo. Lo peor, es que unos clanes lo siguen apoyando, hasta algunos lo postulan candidato presidencial, por eso el alcalde se enorgulleció, en el último concejo, compararse a Calígula (sic) y Napoleón, cuando le indicaron que quizás no tenía las aptitudes psicológicas para estar en su cargo. El único problema es que los personajes a los cuales se refirió no debían rendir cuenta de su gestión ante un Concejo Municipal.
El concejal increpado, Luis Aguilera, ya en diciembre había mandado un oficio donde indicaban las tareas que debía coordinar el alcalde y que no había hecho. Esta semana volvió a resaltar aquello, a través de oficio, con la playa la Chimba. Y eso es solo un detalle dentro de un conjunto de mala gestión, recordándonos que el trabajo de los concejales es de fiscalizar. Se debe seguir así, sino va continuar sucediendo lo que ocurrió con las cancha de Las Almejas: un complejo deportivo abandonado que terminó siendo quemado en el último "festejo" del 18-O. Recuerden que hace un semestre atrás, el mismo alcalde se había grabado despotricando a los políticos oportunistas y los clubes de rugby por no entender nada a la problemática y función de ese complejo.
Si, hoy mismo, usted pasa por al lado de ese mismo recinto, podrá ver niños, adolescentes y adultos jugar en esa cancha. Inclusive después de haber sido incendiado. Eso es Antofagasta en octubre 2022. Una tierra donde reina un cierto relativismo, indolencia y "laisser faire" que nos aspira a todos hacia abajo. Y es el municipio el primer responsable de esta situación. Definitivamente, la Perla no brilla. La Perla se está hundiendo.
Cristian Zamorano
Cientista político