Atacan obra de Monet: es la tercera acción de este tipo
ACTIVISMO. Autoridades alemanas pidieron no continuar con este tipo de manifestaciones y llamaron al diálogo.
En apenas 14 días, activistas contra el cambio climático han atacado tres destacadas obras de arte para llamar la atención sobre la emergencia ambiental. Ayer fue el turno de un cuadro de Claude Monet, de la serie "Almiares", expuesto en un museo cercano a Berlín, el cual recibió puré. Al cierre de esta edición no se reportaban daños.
La obra del francés considerado uno de los padres del impresionismo, al recibir un puñado de comida sobre la tela -aunque estas tienden a ser protegidas en los museos con láminas de vidrio u otros materiales-, se unió a "Los girasoles", de Vincent van Gogh, que el 14 de octubre fue atacado con sopa de tomates en Londres, Inglaterra, y el pasado 9 de octubre dos personas pegaron su mano al cuadro de Pablo Picasso "Masacre en Corea", expuesto en Melbourne, Australia.
En los tres casos los autores fueron activistas que trataban de llamar la atención sobre la crisis climática.
"¿el arte o la vida?"
Dos integrantes del grupo activista por el clima Letzte Generation (Última Generación) ayer lanzaron puré de papas contra el cuadro de Monet, señalando que su acción "plantea a la sociedad la misma pregunta que dos valientes jóvenes mujeres hicieron en la Galería Nacional de Londres con sopa de tomate hace una semana: ¿Qué vale más, el arte o la vida?".
"Cada vez más personas se niegan a aceptar en silencio la progresiva destrucción y puesta en peligro de la vida humana en nuestro planeta", destacó la agrupación.
El cuadro no fue dañado con la acción, "todo lo contrario del inconmensurable sufrimiento que las inundaciones, las tormentas y las sequías ya nos traen hoy como presagio de la inminente catástrofe", agregó Última Generación, cuyos manifestantes serán investigados por daños a la propiedad y allanamiento de morada.
El Museo Barberini en la ciudad de Potsdam -cercana a Berlín-, explicó a la cadena local rbb que el cuadro, protegido por un cristal, data de 1890 y fue adquirido por US$110,7 millones en una subasta de Sotheby's.
La ministra regional de Cultura, Manja Schüle, escribió en Twitter que con acciones como estas los activistas "hacen un flaco favor" a la "gigantesca tarea de la protección del clima", junto con "destruir deliberadamente tesoros culturales".
Su par de Medio Ambiente del estado de Brandeburgo, Ursula Nonnemacher, agregó que "la lucha contra la crisis climática no se ve fortalecida con ataques a cuadros famosos", sino lo que hace falta es un "amplio consenso social".